Capítulo1285
Ximena se esforzó por incorporarse débilmente. Samuel intentó ayudarla, pero ella apartó su mano bruscamente.

—¡No me toques!—, espetó Ximena mirándolo con desprecio.

Samuel retiró la mano, dejando que Ximena se apoyara sola contra la cabecera de la cama.

Ximena:

—Ya te he dejado las cosas muy claras, ¿no? ¡Hasta un tonto lo entendería!

Samuel bajó la mirada:

—Sí, lo entiendo.

—¿Lo entiendes y aun así me sigues secuestrando?—, Ximena se alteró. —Samuel, ¡nunca había visto a alguien tan sin escrúpulos como tú!

Samuel se mordió el labio y respiró hondo antes de levantar la vista:

—Xime, ¿vendrías conmigo, por favor?

—¿Ir?—, Ximena se rió con frialdad. —¿A dónde crees que puedes ir? Por tu terquedad y egoísmo, ¿sabes cuántas vidas inocentes has cobrado? ¡Deberías entregarte y arrepentirte ante ellos! ¡Vivir solo hace que sintamos que hasta el aire que respiramos está contaminado!

—Crees que ellos son inocentes, ¿pero qué hay de mí?—, los ojos de Samuel se llenaron de dolor. —¿No merezc
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