—Yaritza, ¿te has vuelto loca?

¿Después de recibir una bofetada, aún quería que se arrodillara?

Un hombre debería tener algo de dignidad al menos.

Diego en toda su vida, ¡nunca se había arrodillado ante nadie!

Yaritza se rio con desdén: —¡Un ex adecuado debería ser como si estuviera muerto! Y cierto exesposo, después del divorcio, aún ronda frente a su ex, usando tácticas de todo tipo, tratando de recuperar un matrimonio ridículo que ya fue echado a la basura.

Dicho esto, ella empujó con fuerza a Diego y pasó la mano por su melena ondulada.

—¿Quién está realmente loco? No creo que necesite decirlo, ¿verdad? —En el momento en que terminó de hablar, Yaritza se dio la vuelta. Ella era tan decidida que no se molestó en mirar hacia atrás.

Sin embargo, solo Yaritza sabía...

Cada persona que decide dar la vuelta y alejarse, ha estado parada en el viento durante mucho, mucho tiempo.

Ella no fue una excepción.

Pero, después de cinco largos años, ¿cómo se podía olvidar tan fácilmente? Sin embarg