Desgraciadamente todas las habitaciones de la realeza (La mía y la de mis padres) quedaba en medio del pasillo, y no al principio donde podemos llegar rápidamente.
Según el plan que me había contado alejandro, ya después de haber cruzado la cocina y entrar al pasillo principal debíamos movernos rápido, porque ahí no hay lugares ni cruces por los cuales escondernos.
- Isabel, hay que apresurarnos. - Tomó mis manos y me levantó.
Corrimos sigilosamente y entramos a la cocina. Descansamos unos segundos y alejandro se asomó por la puerta.
- Maldición. - Susurró.
- ¿Qué pasa? -
- La conexión de la cocina al pasillo está bloqueada. - Sentí mis nervios recorrer mi cuerpo. Él tomó su espada.
De repente, la puerta trasera de la cocina se abrió. Ambos nos asustamos y alejandro empuñó su
Unpajaritolindomesusurróaloído"Quiérete"- ¿Quéhicistetú?+Mequise. - Datrespasosysepierdeenlaneblinadelacaída.Han pasado cuatro horas, lo sé porque es el tiempo que me toma desde el castillo a la espesura del bosque. No estoy completamente seguro del si aún siguen tras nuestra pista, lo que sé es que es tarde. Demasiado. Y estar a tan altas horas de la madrugada sólo en este bosque con ella entre mis brazos es un peligro sumamente gigante para ambos.Escucho pasos y ramas romperse a lo lejos.Me pongo alerta pero no puedo hacer mucho, una de mis manos está en la correa deMaximusel que era el corcel del rey. Negro como la noche y con cuatro patas delanteras y traseras, es un animal magn&iacut
Una luz algo cegadora comienza a aparecer por todos lados y apresuro mi caminar.Llego a lo que de lejos parece la cordillera de una montaña normal, pero poco a poco al acercarme toma forma de un castillo bien camuflajeado entre las rocas, luego una voz a lo lejos.– Vaya, hoy llegaste temprano.– Dice pero no puedo verla.– Hoy no madre.– Respondo sin ápice de alegría como siempre suelo hacer.– ¿Enojado? ¿Peleaste con ella acaso? – Dice con tono esperanzador.– Ojalá hubiese sido una discusión solamente...– Susurro.Llego al castillo y subo a una de las torres más alejadas y altas. En resumen, mi habitación. Entro y coloco a isabel con cuidado en mi cama, me acerco a la ventana y cierro cortinas, me devuelvo y me quedo levantado a un lado de isabel.Me recuesto de una de las vigas de la cama la cual tiene unas cortinas de un
Somos lo que nos enseñan, o ¿Somos lo que aprendemos?¿Quiénes somos?Somos si no quienes más, aquellos que aprendemos del dolor.- GTeamo,hija.-¿Papá?-Preguntoperotodoestáennegro,hacefrío.Quizásdemasiado.Siempre,heestadoorgullosadeti, mipequeña.-¡Mamá! -Corroperonoséadóndeir.Sientoalgomojarmislabiosymismanosviajanamicara,apenaslatocanéstasquedanempapadas. ¿Estoyllorando?Perdón.Todoseaclaradeunmomentoaotroymeencuen
Minutos pasan, luego horas y sigo encogida bajo las mantas llorando en silencio y sintiendo culpa, la cuál poco a poco me come lentamente. Alguien abre la puerta y sé de antemano que es él, lo siento en mi pecho.- Isabel...-Susurra pero me escondo aún más en la cama.-Mipequeñarosa...-Dice y un sollozo sale de mi destrozada garganta. Siento su caminar y la cama se hunde tras de mí, siento un brazo pasar por arriba de mi persona y posarse justo en frente. Su cabeza se recuesta de mis hombros por segundos y dice.-¿Quéteapasadomipequeñarosa?Queteveosinpétalosygrandesespinasatualrededor.-Comienza a recitar.¡Oh!Mipequeñarosa,sitansólosupierasque&nb
Escucho cosas a lo lejos pero no me muevo, quiero seguir durmiendo estoy agotado.— Está en el acantilado. — Susurran entre sí duendecillos.¿Acantilado? ¿De quién hablarán? — Pienso.Tengo mi brazo arriba de mi cara evitando que la luz me queme más la vista, respiro profundo y me dedico a seguir durmiendo. Minutos después siento correr a mi alrededor gnomos con sus acompañantes silvestres, otros montando ciervos y algunas hadas volando.— ¡A saltado avisad a breeze! — Dice un enano de los bajos mineros.¿Saltado? — Me digo aún sin entender nada.Luego, como si lo hubiera estado esperando, un dolor aparece en mi pecho haciéndome abrir los ojos grandemente y llevo mi mano al origen del mismo. Me siento y mis orejas salen a relucir, escucho a lo lejos a una chica hablando y sé quién es.— Isabel... — Susurro.Disparado comienzo a correr hacia dónde me guía su voz y en el camino salto algunas rocas y en ese salto mi forma kitsune sale a relucir haciéndome facilitar el correr más rápido.
A pesar de que no está tocando el piso, sus pies se encuentran en puntillas y bajo de estos algo de césped verde aparece y ahí bajo de estos, apareciendo un pequeño tallo de flor de campana sale a relucir.— No lo sé madre, mejor dime tú ¿Por qué mandaste a Genosse a buscarme?—La desafío, pero ella sólo sonríe. Se aleja y vuelve a dónde se encontraba momentos antes. Queda arrodillada de espaldas a mí y, ésta está con la mirada perdida hacia el viejo sauce. Lửa se encuentra bajo las raíces del mismo rodeada en una prisión de agua protegida por una bolsa de aire dormida. Muchos rogamos porque siga así.— ¿Por qué está la mestiza aquí? — Exclama.— Mamá, te recuerdo que "Esa mestiza" es el amor de mi vida, y como portador del hilo dorado te exigo respeto. —— "Portador del Hilo Dorado" ¡Bah! Patrañas... — Dice aún estando de espaldas a mí. — Antes, odiabas esas malditas marcas. ¿Ahora? — Gira su cabeza y de reojo me ve. — ¿Ahora las defiendes? —Respiro profundo un par de veces me relaj
Nunca sabremos que nos deparará el destino, solo sabemos que hay un futuro y que nosotros somos constructores de él. Todo lo que hagas en un "Ahora" decidirá tu "Mañana"—GSin duda alguna, la pérdida de ambos padres puede ocasionar más que dolor. Puede ocasionar más, muchísimas cosas más. Puede decidir el rumbo de la vida del infante si éste aún es un pequeño, puede ocasionar grandes consecuencias en la vida de un adolescente que depende de ambos seres para poder saber qué camino tomar en su vida. Y, ya cuándo se pierden siendo adulto, se extrañan sus consejos, guías y compañía. Lo único que podemos decir es "Ahora estarán en paz" y los despedimos con amor y cariño, dolor y tristeza, pero sobre todo con orgullo.Digamos que éste no era el caso de nuestra protagonista.Bien podemos decir que Isabel no era una niña y sabemos de antemano que su posible futuro no estará perdido del todo. Pero, tampoco es una adulta la cuál aprendió, experimentó y fue aconsejada por sus padres.Isabel es
Y con una mirada de inocencia pura Isabel asintió. No podía Mentirle a Titania, o al menos, no sabía cómo.— ¿A dónde vamos? — Preguntó Isabel.— No lo sé, dime tú ¿A dónde vamos? —Preguntó de vuelta Titania.La pregunta descolocó a Isabel haciendo que se preguntara ligeramente¿Acaso estoy siguiendo a alguien que no sabe a dónde va?— Se dijo.— O mejor dicho querida Isabel. ¿A dónde piensas ir?— Concluyó Titania.Isabel palideció un poco y casi en un susurro respondió.— Quería ir al lugar en dónde conocí a su hijo. —Titania la observó por un par de minutos y riendo suspiró.— Isabel, no creo que hayas respondido mi pregunta. — Titania se detuvo un momento y se colocó frente a Isabel.La mencionada quedó confundida.— ¿No respondí su pregunta? —— No, claro que no. —Ambas parecían estar en un juego, e Isabel digamos que no estaba de ánimos para jugarlo y terminar de perturbar su cerebro.— Disculpe, pero en realidad no entiendo. — Se rindió.— A lo que me quiero referir mi niña, es