Narrador Omnisciente
Todos estaban ya reunidos en el salón del trono en esperas de la reina, observándose unos a otros y el Rey Sebastian dentro de él rogando porque su hija estuviese bien y haya escuchado lo que le pidió, estar caminando perdida en el bosque no es muy buena idea.
Titania apareció frente a todos dejando un destello de luz tras de sí y observó directamente a Sebastian.
Mientras estos estaban en sesión, una pequeña niña se encontraba aburrida montada en el caballo del rey, con cuidado se bajó y comenzó a caminar.
- Princesa, no debe ir por ahí. - Mencionó uno de los guardias que estaban custodiando la entrada y por ende protegiendo a la princesa.
- Sólo quiero ir al baño.- Dijo la niña provocando que el Guardia sintiera algo de vergüenza.
- Buscaré a una de las mucamas, no se aleje. -
La niña lentamente comenzó a caminar mientras los guardias estaban distraídos y logró escapar de la mirada de los mismos.
Por otro lado, una madre se encontraba a las orillas de un lago meditando y escuchando todo a su alrededor. Al sentir la presencia de seres que no pertenecían a su misma naturaleza, abrió los ojos de par en par y se levantó de dónde se encontraba arrodillada, se dirigió hacia las escaleras y llamó entre sus labios el nombre de quién la vigilaba desde ya hace varias horas sin que él se diera cuenta.- Alejandro, sal de ahí hijo mío. -Titania no tocaba el piso, pero aún así bajo la punta de sus pies crecía rastro de vegetación que a su paso daba la ilusión de que pisaba cada lugar por el que pasaba simulando un rastro, un camino.Un pequeño zorro negro, con una cola y marcas azules salió con sutileza de entre la oscuridad de las escaleras, y con la cola enredada entre sus patas caminó hasta quedar frente a la reina.La reina lo obse
Un castillo negro, quemado, en ruinas.No.Un castillo endemoniado, destruido y remodelado.Tal vez.Una vida, sustituida por otra y un alma poco a poco siendo envenenada.Hay veces que las cosas nunca salen como se suponen deben salir, como también sucede, de cambios radicales que en vez de hacernos progresar, nos hace retroceder.Tal vez, esto fue lo que le pasó a nuestro querido némesis en esta bella y trágica historia.Era de esperarse el encontrar al dictador, estático en medio del salón del trono, o al menos de lo que quedó de él. Todo alrededor se resumía en negro, cenizas, cosas rotas y... Sangre.Aun tenía sus manos llenas del líquido rojo, seco ya, y, el lugar sumido en una oscuridad casi espectral con aires de un espíritu extraño, para sorpresa de los sobrevivientes, el castillo en el cuál antes reinaba el amor, la calidez y la gentileza, ahora estaba lleno de frío, oscuridad y de personas que simplemente no conseguían mirar mas allá de debajo sus hombros.Tal vez todas esta
La búsqueda de lo correcto inicia, tras caer un par de veces.- G— Mis queridos niños, el Hilo Dorado es todo menos un regalo de buen augurio. — Habló la noria.— ¿No? — Preguntó Alejandro.Las norias negaron.— El Hilo Dorado es una leyenda que hasta el día de hoy sigue siendo muy incomprendida, pero tras varios siglos hemos logrado detectar un patrón en la aparición del mismo. Y es que, éste aparece cuando la sociedad, o para ser más exactos "La familia real" se ve siendo amenazada hasta el punto de su entera extinción. — Comenzó a explicar Moare.— Pero, Isabel y yo no tenemos la marca de hace unos pocos días, llevamos más de 10 años con ella. No tiene sentido, apareció siendo nosotros apenas unos niños y no existía peligro. ¿O sí? — Preguntó el pelinegro.— Pues, tenemos la sospecha de que nosotras, Titania, mis hermanas Moare y Viatä ya no somos las únicas con poderes inimaginables. — Mencionó Nacimiento con temblor en su voz.— ¿Qué? ¿A qué se refieren? ¿Existe otra persona con
— Y fue así, cómo la mujer se había sacrificado para que el caballero viviera, dotándole a él el resto de sus años de vida y también obsequiándole gran parte de su magia. Y se cumplió justo como dijo la maldición, cuando fue su reencarnación vivieron para buscarse, pero nunca encontrarse, teniendo así, familia con personas las cuales no amaban tanto como deseaban volver a estar juntos. La maldición fue propagándose como una herencia hasta dejar a todos los seres vivientes víctimas de la misma. — Concluyeron.Alejandro e Isabel tenían lágrimas en sus ojos y las marcas de ambos tenían un especial brillo que pasaba de dorado a plateado y luego rojo de forma intermitente.— La unión dorada, la pareja indestructible, "El sacrificio de amor más puro". Una persona que será para ti por el resto de tu vida, una persona que será tu compañera, tu fiel amigo, tu acompañante, tu amor, cuidador y protector de lo bueno y lo malo. No existe diferencias de color, raza, sexo, eso no existe porque cuand
Un viento helado recorrió el lugar provocando a más de uno sentir escalofríos y una sensación de terror y peligro inminente.Isabel observaba a Quirón mediante la ventana de humo azul, ésta se encontraba pálida y totalmente estupefacta ante lo que acababa de escuchar. ¿En realidad podía llegar a ser tan cruel? ¿Ése era su Tío?— Tenemos reportes que los subordinados del General Samael, han destruido el hogar de muchas personas e incendiado el pueblo en los alrededores del castillo hasta llevarlos hasta su casi total desaparición dejando sólo cenizas. Muchos súbditos están en el bosque señor...— Titania lentamente se acercaba hasta quedar a un lado de las norias, Breeze y Genosse la imitaron. — ... Hay niños, madres, familias enteras, animales, elfos, todos heridos buscando auxilio ¿Qué debemos hacer? ¿Cómo debemos actuar? — Concluyó.Alejandro giró hacia Isabel la cual tenía su cara sumida en lágrimas sin expresión alguna y luego detenidamente a su madre, ésta asintió.— Abran el port
Isabel asintió y se retiró. Caminó hacia los cuarteles y ahí encontró a Alejandro hablando junto con los Generales y estudiando las imágenes que aparecían frente a ellos en la mesa. Era el castillo donde había crecido, su hogar, su lugar seguro hecho desastre, cenizas y con restos carbonizados de los objetos que antes se encontraban dentro del castillo a su alrededor amontonados en escombros.Isabel se acercó y todos la observaron en silencio, con su dedo lentamente pasó imagen tras imagen y cada vez se sorprendía más de la malicia y egoísmo de su tío.— Señorita Isab..— Comenzó un general.— ¿Cuándo fueron tomadas estas fotografías? — Pidió saber Isabel no dejándole terminar la oración.— Esta mañana, señorita. — Respondió uno de ellos.— Gracias.— Lo observó y se retiró del lugar dirigiéndose hacia la puerta del castillo.Observó a los sobrevivientes de su pueblo, lo que quedaba del legado de su padre y sintió algo quebrarse dentro de sí.— ¿Y? — Comenzó a decir, mientras Isabel seg
Al comenzar a caer el atardecer, se podía observar a los guardias sostener antorchas de luces mágicas proporcionadas por pequeñas hadas de luz iluminar el camino para salvaguardar y proteger la vida de quiénes seguían en camino hacia el nuevo refugio.Ya estando en él, Isabel con ayuda de las sirvientes de Titania lograron hacer pequeños campamentos, fogatas e incluso a dar comida a quiénes se encontraban ahí.— Espero que la comida sea suficiente para aguantar un tiempo.— Comentó Breeze a Isabel paradas bajo el umbral de la caverna observando el bosque y todos sus límites.— Hay cazadores, el río no está muy lejos el sonido de la cascada llega hasta acá y si hay animales cerca significa que hay peces, podemos abastecernos de ellos.— Respondió Isabel sin mirar a Breeze.— Igualmente hay árboles y arbustos con frutas silvestres cerca, podemos comer de sus frutos.Explicaba sin siquiera girar a verla, ésta se encontraba concentrada observando los límites más allá del castillo, justo dónd
"¿Equivale más el Ser valiente al que Ser Inteligente?" — Necesito alcanzarlos, necesito estar allá. Están en peligro. Se repetía el kitsune en su mente mientras corría con fuerza y con toda la rapidez que le podían dar sus patas. — Están atacando el portal ¿Por qué? El no sabe que ella está aquí, al menos... — Comenzaba a sugestionar. Paró en seco y recordó esa misma mañana, en el momento que había observado a los cuervos. — ¿Es posible? — Se respondió internamente. Su mente divagaba en una posibilidad tras otra pero todas las rechazaba. — No es momento para esto, debo ir concentrado a la batalla. — Exclamó. Observó hacia los cielos y detalló el Roc dónde se transportaba Oberón pasar por arriba de él rápidamente, y volvió a emprender la carrera esta vez con más determinación. Iba acercándose cuando comenzaba a escuchar los gritos de guerra, de lejos observó el marco de piedra junto con algunos guerrilleros del general de las tribus del norte protegerlo. Éstos rápidamente se h