Como dije antes, si él hubiera nacido hace cien años, seguro habría sido un famoso experto en venenos.La verdad, cualquier remedio que sacara sería ilegal.Pensando en eso, levanté la cabeza y le dije:—Puedes hablar directamente con mi papá. Con el lugar que tienes, seguro te va a recibir con una sonrisa falsa y te va a contar todo.Cuando oyó eso, Benoît sonrió apenas.—Así es, para eso vine.Me acordé de algo y enseguida dije:—Ah, no, ni pienses que mi papá siempre te va a recibir así ni te va a contar todo. Está muy pendiente de Luna, y por ella podría mentirte, así que mejor cuídate.Benoît sonrió y dijo:—Ya lo sé, relájate.—Cuando todo esté claro, si Luna no sirve de nada, te la regalo.Salvar una vida.Especialmente si es la hermana de Gabriel.No es que me importe demasiado.Y, sinceramente, tampoco sirve de mucho que me importe.Así que asentí. —Vale.Después de tomar un poco de café, Benoît pareció acordarse de algo:—Escuché que le pegaste a Fiorella. Y que no fue poca c
Pero, por más que tratara de convencerse a sí misma, que no podía gustarle este hombre, Luna no pudo evitar sentirse atraída.Él era como una droga.Sabe que es peligroso, pero aun así, no lo puede evitar.La verdad, no me gusta ver a Luna, así que cuando la vi acercarse, me despedí de Benoît y me fui.No pasó mucho desde que me fui,cuando Benoît se levantó y miró a Luna.—Bueno, vamos a conocer a tus nuevos papás.Luna se quedó sorprendida unos segundos, luego preguntó:—Ben, ¿qué estás…?—Voy a darte una mano.—¿No querías solo fastidiar a Esmeralda, reconociendo a sus padres como tus padrinos?Luna sabía que con Benoît no podía disimular lo que sentía por mí, así que desde el principio decidió no esconder su odio frente a él, pero…—¿No es Gabriel el que quiere a Esmeralda?¿No es porque Gabriel siempre la apoya?—¿Y eso qué tiene que ver?Él levantó una ceja con esa expresión suya tan cargada, que hizo que a Luna se le acelerara el corazón.Esmeralda…Me llegó una llamada de Luna,
Aunque muchas madres en este mundo que no quieren a sus hijos,A veces la falta de amor no tiene explicación.Pero normalmente, las madres que no quieren a sus hijos solo porque sean egoístas, a veces no quieren a nadie, mucho menos a una hija que no es suya.Así que, si una madre no quiere a su hija de sangre, pero sí a una que fue adoptada, seguro hay algo más detrás.Mi mamá, con la mirada perdida, le respondió a Benoît.Pero, lo que dijo, dejó a Benoît, que ya había visto un montón de cosas raras, sin palabras.Más tarde esa noche, después de bañar a mi abuela y verla dormida, justo cuando iba a revisar unos datos, me llegó un mensaje de Benoît diciendo que estaba en el jardín del hospital.Pensé que seguramente ya tenía los resultados.Me puse el abrigo y bajé rápido.Estaba muy interesada en saber qué había descubierto,así que, apenas lo vi, no pude evitar preguntarle:—¿Qué dijo mi papá? ¿Le hizo algo raro a Luna?Benoît me miró, pero no contestó enseguida.Sus ojos, que siempr
—Tu mamá cree que, si no te hubiera tenido en ese momento, él con el tiempo podría llegar a amarla. Por eso, desde entonces, nunca ha podido tratarte bien, ni aunque seas su hija.Yo me quedé como una boba, pensando…Benoît me miró, y sin poder evitarlo, me pasó la mano por la cabeza, un gesto lleno de cariño.—No sigas dándole vueltas a lo de tu mamá. No vale la pena.Todavía no sabía qué decir.Pero bueno, ya hacía rato que había dejado de esperar algo de ella. Me había decepcionado tantas veces que ninguna cosa absurda que hiciera me sorprendía.Así que salí rápido de ese momento incómodo.—Esa Luna…—Por ahora no podemos hacer nada, porque está muy débil. Tu papá le dio muchas pastillas para subirle las defensas, pero ni siquiera sabe bien qué fue lo que le dio. Por eso Luna tiene esa sustancia tan rara en la sangre.—Hay que seguir vigilándola un poco más.Cuando escuché eso, me quedé callada unos segundos, luego pregunté:—¿Le pediste a mi papá que dijera qué medicamentos usó con
Fui descubierta por un tipo mayor cuando estaba pescando por la mañana. Accidentalmente su anzuelo se quedó enganchado en mi ropa, y por más que intentó, no pudo sacarme con su caña. Al acercarse, vio que yo estaba como que ahogada en el agua. Asustado, dejó caer la caña de pescar y salió corriendo a llamar a la policía buscar ayuda.Cuando la policía me sacó del agua pantanosa, apenas me quedaba un hilo de vida.Por lo que los médicos que participaron en mi rescate llegaron a pensar que yo no terminaría sucumbiendo a tal desgracia.Al notificar ellos a mi familia, ellos también me dieron por perdida y ni siquiera les importo nada.Sin embargo, de alguna manera, gracias a una resistencia y resiliencia increíble, logré sobrevivir por obra de milagro.Comparado con el dolor de la caída en ese instante, el tormento que sentí al despertar, con mi cuerpecito todo maltrecho, fue casi que insoportable. El cuerpo humano tiene 206 huesos, y yo tenía 108 vueltos nada. Los rápidos del rio me hab
Al ver los pedazos de vidrio en el suelo, el tipo al parecer se irrito. Su arrogancia hacía que la atmósfera del hospital se sintiera aún más fría.—¿Cómo se te ocurre hacer un berrinche en medio de un hospital? ¿Cuándo vas a empezar a comportarte como una adulta?Yo no respondí nada, solo no podía creerlo.¿Berrinche?¿Quién es él como para hablarme de esa manera?Parecía que iba a decirme más cosas, pero se acordó de algo.—Luna no quiere salir del hospital y ni siquiera volver a casa, ella se siente bastante dolida por tus dramas. Está tan triste que piensa irse. Hoy, no importa lo que pase, tienes que ir a disculparte con ella y convencerla de que se quede.Después, se me acercó rápidamente y trató de levantarme de la cama. Por reflejos, me aparté de él y de su mano.—¿Y quién es usted? ¡No le conozco y por favor no se me acerque!Aunque ahora podía moverme, mis heridas no habían sanado por completo, y tenía pánico de que alguien me tocara.El tipo se enojó.—Esmeralda, ¿qué estupi
Enterarme, de la nada, de que tenía un esposo me dejó dando vueltas en la cama, sin poder pegar los ojos del sueño. Así que decidí llamar a mi mejor amiga, Mila Picard.Aunque no había querido contactar con ella para que no se preocupara al saber que estaba gravemente herida, también me sentía aliviada de que ella no hubiera intentado contactarme en todo este tiempo. De lo contrario, seguramente habría descubierto lo de mi accidente.Sin embargo, en el momento en el que me contestó la llamada, no pude evitar sentirme un poco dolida y reprocharle:—¿Yo no te llamo y tú tampoco me llamas después de tanto tiempo?Han pasado más de dos meses. No sólo no me llamó ni una vez, ni siquiera me mandó un mensaje.¡Pero qué desconsiderada!Pensé que se sentiría apenada y me iba a explicar que había estado en algún lugar remoto haciendo investigaciones científicas, sin señal ni comunicación.Pero para mi sorpresa, después de un largo silencio, me respondió:—Esmeralda, ¿te olvidaste de que ya no so
Durante este mes de recuperación en el hospital, no me quedé de brazos cruzados. Hice que investigaran todo sobre la relación entre David, Luna y yo.Descubrí que David y yo nos habíamos casado por amor. Siempre pensé que había encontrado el amor verdadero.Por este hombre, no sólo entregué todo lo que tenía para ayudarlo con su negocio, sino que también abandoné mis estudios para ser una ama de casa y cuidar de su salud.Pero, ¿quién iba a pensar que todo lo que me dijo eran falsas promesas de amor?La persona que realmente amaba era mi hermana adoptiva, Luna.Desde que Luna regresó, todo cambió.En nuestro aniversario de bodas, él se fue con ella al Ártico a ver la aurora boreal.En mi cumpleaños, él la acompañó a la ciudad de Tokio a disfrutar de la romántica lluvia de flores de cerezo.En San Valentín, le regaló a Luna una casa llena de rosas rojas y un anillo de diamantes enorme, mientras que a mí sólo me dio un regalo que venía como extra con los obsequios que compró para ella.Y