Justo cuando estaba a punto de decir algo,

—¿Viste a la mujer embarazada con Vincenzo?

—Es su esposa, ya tienen un hijo. ¿Vas a convertirte en la otra por una cara como esa?

Abrí los ojos, sorprendida, y respondí instintivamente,

—¡No quiero ser la otra!

Ni siquiera estaba segura de si esa persona era David.

Aunque fuera él, solo fue un momento en el que vi a alguien que pensaba que estaba muerto, y mi cabeza se volvió un caos.

Solo quería saber si era David.

No tenía ninguna intención de estar con él, mucho menos de ser la otra y destruir una familia ajena.

Benoît levantó la mirada y me observó por un momento antes de callarse.

Justo en ese momento trajeron la comida y, por respeto, decidí no decir más.

Después de comer, Benoît me lanzó una mirada que me decía que debo pensar bien sobre lo que me había dicho antes y se fue.

Mirando su figura alejarse, pensando en sus palabras y en lo que me había pedido,

recordé que, sin importar cómo me sintiera sobre Gabrie