Capítulo 57. Me rindoNoah Ferguson.La tengo frente mi y en sus ojos no hay más que miedo. Sus manos cubren mis labios y las siento frías y temblorosas de un momento a otro, como si la temperatura hubiese caído en picada en cuestión de segundos. Me ha dicho que es su turno de hablar, pero se ha quedado callada cuando al fin la he dejado hablar, puedo ver como en su cabeza hay un debate interno y la culpa me golpea de lleno. No sé si debí ser directo, no creo que haya sido buena opción presionarla, empujarla a enfrentar sus sentimientos, porque, aunque sus palabras de hace un momento y el sabor de sus labios, me brindaron paz. Justo ahora siento culpa, una que está aplastando todo mi cuerpo.Quizá mi mejor opción era quedarme callado, seguir guardando mis emociones hasta el momento adecuado y solo aclararle que entre Isabella y yo no ocurre nada en lo absoluto y dejarlo estar. Pero tuve que presionar, tuve que abrir esa puerta que yo mismo decidí cerrar antes de irme, por su bienesta
Capítulo 58. ¡Te amo!Nahia Anderson.No tengo palabras para explicar la sensación de liberación que siente mi cuerpo al decir esas dos palabras. Cinco letras que para muchos pueden ser pocas, pero que tienen tanto significado detrás de ellas. No hablé cuando pedí hacerlo, cuando era mi turno, porque justo en los momentos que debo ser vulnerable, en los que mis defensas están bajas, vienen mis temores a atormentarme.Las lágrimas fueron la forma de drenar un poco la ansiedad que sentía justo en ese momento, pero fueron sus palabras, el dolor que había en su mirada, en su voz, las lágrimas que derramaron sus ojos, los que me hicieron reaccionar y por fin hablar. Amor… eso es lo que siento por él y nadie puede cuestionar lo que siento, porque yo sola he sanado, nadie puede decirme como reparar cada herida que hay en mí y aunque aún quiero vengarme, eso no significa que mi corazón no esté dispuesto a amar a alguien que le ha demostrado que un amor puro y sincero, existe. Después de l
Noah Ferguson La miro esperando una respuesta, a la expectativa de sus palabras. La deseo, sí. Demasiado, más de lo que alguna vez he deseado algo.Y aunque me cueste un jodido mundo guardarme las ganas y mi verga esté a punto de reventar como lo estuvo esa noche en la que estaba tan vulnerable, en la que me pidió hacerla mía y solo pude guiarla para que liberara esa presión que sentía, porque no podía tomarla en ese estado, sé que si ella me dice en este momento que no está lista, voy a respetarla. Aunque me cueste un jodido mundo, voy a mantenerme a raya como el caballero que soy.Pero las ganas y el deseo que siento por ella no van a mermar, solo quedarán las ganas acumuladas y serán mis manos las que guíen mi liberación mientras pienso en ella, siendo la única forma en la que he podido soportar este tiempo. Mi pecho sube y baja mientras siento cómo el aire en mis pulmones quema, arde. Deslizo mi dedo por su labio inferior, está sonrosado. Quiero seguir probando de ella, pero
Nahia Anderson. Lo que acaba de suceder es algo sin precedentes para mí. Con Noah acabo de experimentar cosas que jamás había sentido ni tenía idea que podía sentir. Antes, el sexo para mí no significaba gran cosa, porque así me lo enseñaron, porque como tonta creí que lo correcto era brindarle satisfacción a él, dejando mis necesidades de lado. Pero Noah me acaba de enseñar lo que un hombre verdadero hace, lo que es capaz de hacer. Mis pulmones reclaman el oxígeno en ellos y yo trato de calmarme de todo esto que acaba de suceder. Estoy en una jodida burbuja que no quiero que explote, quiero quedarme aquí, con él, sin que me importe que el mundo afuera se caiga; pero quiero disfrutar de este pequeño momento de felicidad, porque ambos lo merecemos.Siento su mirada sobre mí, porque no me he atrevido a verlo desde que ambos terminamos tendidos en la cama. Puedo parecer tonta o estúpida, pero sí, siento un poco de vergüenza por demostrar que no soy tan experta en el área. Noah pasa
Noah Ferguson.Salgo de la habitación para darle espacio y me arreglo en el baño del pasillo, listo para lo que tenemos que hacer. Bajo hacia la cocina cuando escucho que mi hermana está allí, porque realmente necesito una buena taza de café. Las pocas horas que dormí fueron bien justificadas, pero eso no quita que necesite algo para reponerme.Nahia está tardando más de lo que pensé y yo aprovecho para ponerme al día con la mocosa.Apenas ve que entro a la cocina, ella misma me sirve una taza de café y me la entrega con una sonrisa.—Sabes lo que acabas de hacer, ¿verdad? —comenta emocionada—. Dime que lo hiciste bien, por favor, te lo suplico. Dime que mi amiga no sufrió contigo y que diste la talla como el Ferguson que eres.Frunzo el ceño sin entender del todo, aunque una parte de mí cree saberlo.—No tengo que darte explicaciones de mi vida sexual, Marie. Estás loca, además, deberías aprender a tocar puertas antes de irrumpir así —me burlo de ella mientras tomo un sorbo de mi taz
Capítulo 62. Nahia Anderson.Vergüenza. Es lo que siento al escuchar las palabras de Noah. Él me abraza mientras que yo, saco el llanto que se me atora en la garganta cada vez que tengo que enfrentar este tema. Son las secuelas del daño que me han hecho, porque realmente no me afectó de esta forma como lo ha hecho la traición de Ryan, que puede decirse que me desestabilizó la vida. Me afectó el hecho de con quién lo hizo, me hizo vivir mis peores miedos y dañó, incluso, la confianza que debería tener en mí misma. Seco mis lágrimas y me aparto un poco de él, sintiendo pena por preocupar a las personas que me rodean hasta este punto.—Sabes bien que no lo hacemos con malas intenciones, no quiero que creas, que hacemos esto para hacerte daño o porque queremos decidir por ti. Llevo una mano hacia sus labios para que se calle, mientras respiro varias veces para calmarme un poco. —Tienes razón —le digo—, sé que no lo hacen con malas intenciones, que no me han querido presionar, sobre
Capítulo 63. AdvertenciaNoah Ferguson.Las despedidas siempre son de lo más difíciles que yo, podré enfrentar. Sea por un lapso corto o largo de tiempo, cuando te despides de las personas que amas, siempre se siente ese vacío en el pecho, ese, el cual sabes que solo su presencia y compañía, puede llenar. Justo ahora me siento así y más porque realmente no pude disfrutar de ella, con la libertad que ya tenemos ahora. La tengo entre mis brazos, sabiendo que la azafata del avión privado espera por mí en esa sala a la que me negué entrar para poder abordar. —Te voy a extrañar demasiado, no sé cómo irme de nuevo —soy sincero. —¿Quieres que le diga a la azafata que te arrastre al avión? —bromea y me siento tranquilo, porque al menos el venir aquí ha dado los frutos que esperaba y mucho más. —¿Eso quiere decir que no me extrañarás? —murmuro, fingiendo que estoy ofendido. —Sabes bien que sí, pero esa mujer nos mira como si ella misma quisiera venir aquí y poner tu trasero en el asiento
Capítulo 64. Voy a ayudarteNahia Anderson »Buenos días, mi amor. Apenas tengo dos días aquí y ya quiero tomar un vuelo de regreso. Necesito estar contigo, siento que estoy perdiendo tiempo valioso en el que podría estar a tu lado. Espero que todo lo que hagas hoy salga muy bien. Un beso a mi hermana y, por favor, no le digas que aún esto no es “oficial” o volará hasta aquí a arrancarme los huevos.Sonrío al leer su mensaje apenas despierto. Obviamente, apenas llegué del aeropuerto tuve mi pequeño interrogatorio personal por parte de mi mejor amiga. Me la pude quitar de encima porque, al ser la hermana menor del hombre que amo, ella no querrá escuchar a detalles todo lo que hice con su hermano. Aguantó solo quince segundos antes de taparse los oídos y arrepentirse de lanzarme pregunta tras pregunta. En cuanto comencé a contar cómo su hermano me tomó de la cintura para hacerme suya, no soportó nada más, pero es su culpa, ella preguntó y yo solo quise molestarla. »Buenos días, guapo,