Capítulo 54. Enfrentamientos y verdades (parte II)Nahia AndersonMe quedo en la cocina recogiendo algunos platos que quedaron de la noche anterior, quiero convencerme a mí misma que estoy aquí porque soy una mujer que ama el orden y la limpieza y no porque estoy al pendiente de esa puerta y de las personas que están detrás de ella. El departamento es bastante amplio, pero con un concepto abierto que me permite ver desde mi posición esa oficina. Veo el reloj de la cocina y ya tienen demasiado tiempo esos dos allí resolviendo sus “problemas”.—¿Qué estamos viendo? —Escucho la voz de Marie muy cerca de mí y me sobresalto, dejando caer el plato lleno de jabón que estaba en mis manos y termina hecho pedazos en el suelo.—¡Mierda, me asustaste! —grito espantada porque no la vi ni la oí llegar hasta aquí. —Susto que me has metido tú, al dejar caer esto. Me agacho para recoger el desastre y ella me ayuda, ambas nos detenemos al oír que la puerta se abre y ella recoge los últimos pedazos d
Capítulo 55. "Es mío". Nahia AndersonDos horas… eso es lo que llevo viendo cómo Isabella coquetea con Noah y, aparentemente, la incomodidad se ha ido de él. Debería estar en la habitación con Marie, pero el berrinche que me hizo después de llevar las sábanas a la habitación de Noah hizo que me doliera la cabeza. Pocas veces peleamos y sé, en parte, que ella tiene razón. Pero todo esto es por su bien y prefiero esperar que se le pase a volver a tener la misma conversación con ella y que después me deje sola con estos dos. Los he visto trabajar, porque a pesar de que ella se la ha pasado encima de él, están trabajando y la muy perra sí que lo sabe hacer, debo reconocerlo. Pensé que se encerrarían en el despacho, pero Noah es quien ha insistido en hacerlo aquí en la sala porque quiere que Marie y yo aprendamos un poco más con este caso. Intenta involucrarme, haciéndome una que otra pregunta o comentario, quizás para que yo no sienta que sobro aquí, para que no me vaya o simplemente
Capítulo 56. Ahora o nunca. Nahia AndersonSiento como cada fibra de mi ser se quiebra, como se desmoronan las ilusiones que me hice en la cabeza. Siento como una vez más mi corazón se rompe y ahora, creo que sí es para siempre, porque he perdido toda esperanza de volver a enamorarme. Porque era él, el hombre que idealicé como perfecto todas estas noches.No quería mirarlo a los ojos, porque hacerlo, sería aceptar la realidad que tengo ante mí, sería aceptar que son sus manos las que tocan otra piel, sus labios los que besan otra boca, que no es la mía. Veo sus labios moverse, pero me cuesta reaccionar. Repite mi nombre, Pero aún estoy en shock por todo lo que estoy viviendo, no escucho nada de momento, no siento nada, soy solo un pedazo de papel tirado en el suelo y nada mas. —Nahia…—dice de nuevo mi nombre, sus labios se mueven mientras habla, pero no es su voz la que llega a mis oídos—. ¡Nahia! ¡Carajo, Nahia, despierta, que me estás aplastando! —grita Marie mientras me empuj
Capítulo 57. Me rindoNoah Ferguson.La tengo frente mi y en sus ojos no hay más que miedo. Sus manos cubren mis labios y las siento frías y temblorosas de un momento a otro, como si la temperatura hubiese caído en picada en cuestión de segundos. Me ha dicho que es su turno de hablar, pero se ha quedado callada cuando al fin la he dejado hablar, puedo ver como en su cabeza hay un debate interno y la culpa me golpea de lleno. No sé si debí ser directo, no creo que haya sido buena opción presionarla, empujarla a enfrentar sus sentimientos, porque, aunque sus palabras de hace un momento y el sabor de sus labios, me brindaron paz. Justo ahora siento culpa, una que está aplastando todo mi cuerpo.Quizá mi mejor opción era quedarme callado, seguir guardando mis emociones hasta el momento adecuado y solo aclararle que entre Isabella y yo no ocurre nada en lo absoluto y dejarlo estar. Pero tuve que presionar, tuve que abrir esa puerta que yo mismo decidí cerrar antes de irme, por su bienesta
Capítulo 58. ¡Te amo!Nahia Anderson.No tengo palabras para explicar la sensación de liberación que siente mi cuerpo al decir esas dos palabras. Cinco letras que para muchos pueden ser pocas, pero que tienen tanto significado detrás de ellas. No hablé cuando pedí hacerlo, cuando era mi turno, porque justo en los momentos que debo ser vulnerable, en los que mis defensas están bajas, vienen mis temores a atormentarme.Las lágrimas fueron la forma de drenar un poco la ansiedad que sentía justo en ese momento, pero fueron sus palabras, el dolor que había en su mirada, en su voz, las lágrimas que derramaron sus ojos, los que me hicieron reaccionar y por fin hablar. Amor… eso es lo que siento por él y nadie puede cuestionar lo que siento, porque yo sola he sanado, nadie puede decirme como reparar cada herida que hay en mí y aunque aún quiero vengarme, eso no significa que mi corazón no esté dispuesto a amar a alguien que le ha demostrado que un amor puro y sincero, existe. Después de l
Noah Ferguson La miro esperando una respuesta, a la expectativa de sus palabras. La deseo, sí. Demasiado, más de lo que alguna vez he deseado algo.Y aunque me cueste un jodido mundo guardarme las ganas y mi verga esté a punto de reventar como lo estuvo esa noche en la que estaba tan vulnerable, en la que me pidió hacerla mía y solo pude guiarla para que liberara esa presión que sentía, porque no podía tomarla en ese estado, sé que si ella me dice en este momento que no está lista, voy a respetarla. Aunque me cueste un jodido mundo, voy a mantenerme a raya como el caballero que soy.Pero las ganas y el deseo que siento por ella no van a mermar, solo quedarán las ganas acumuladas y serán mis manos las que guíen mi liberación mientras pienso en ella, siendo la única forma en la que he podido soportar este tiempo. Mi pecho sube y baja mientras siento cómo el aire en mis pulmones quema, arde. Deslizo mi dedo por su labio inferior, está sonrosado. Quiero seguir probando de ella, pero
Nahia Anderson. Lo que acaba de suceder es algo sin precedentes para mí. Con Noah acabo de experimentar cosas que jamás había sentido ni tenía idea que podía sentir. Antes, el sexo para mí no significaba gran cosa, porque así me lo enseñaron, porque como tonta creí que lo correcto era brindarle satisfacción a él, dejando mis necesidades de lado. Pero Noah me acaba de enseñar lo que un hombre verdadero hace, lo que es capaz de hacer. Mis pulmones reclaman el oxígeno en ellos y yo trato de calmarme de todo esto que acaba de suceder. Estoy en una jodida burbuja que no quiero que explote, quiero quedarme aquí, con él, sin que me importe que el mundo afuera se caiga; pero quiero disfrutar de este pequeño momento de felicidad, porque ambos lo merecemos.Siento su mirada sobre mí, porque no me he atrevido a verlo desde que ambos terminamos tendidos en la cama. Puedo parecer tonta o estúpida, pero sí, siento un poco de vergüenza por demostrar que no soy tan experta en el área. Noah pasa
Noah Ferguson.Salgo de la habitación para darle espacio y me arreglo en el baño del pasillo, listo para lo que tenemos que hacer. Bajo hacia la cocina cuando escucho que mi hermana está allí, porque realmente necesito una buena taza de café. Las pocas horas que dormí fueron bien justificadas, pero eso no quita que necesite algo para reponerme.Nahia está tardando más de lo que pensé y yo aprovecho para ponerme al día con la mocosa.Apenas ve que entro a la cocina, ella misma me sirve una taza de café y me la entrega con una sonrisa.—Sabes lo que acabas de hacer, ¿verdad? —comenta emocionada—. Dime que lo hiciste bien, por favor, te lo suplico. Dime que mi amiga no sufrió contigo y que diste la talla como el Ferguson que eres.Frunzo el ceño sin entender del todo, aunque una parte de mí cree saberlo.—No tengo que darte explicaciones de mi vida sexual, Marie. Estás loca, además, deberías aprender a tocar puertas antes de irrumpir así —me burlo de ella mientras tomo un sorbo de mi taz