Capítulo 19Bajo Palabra. Noah Ferguson.El caso de mi hermana no es sencillo, ya que los cargos en su contra tienen los fundamentos suficientes para al menos, dictar privativa de libertad con una condena mínima.Me jode que esté metida en problemas gracias a tres personas que no valen la pena. Pero lo que ellos no entienden, es contra quién se están enfrentando. Por algo soy el presidente de la junta directiva del bufete, a pesar de que soy el socio más joven, no me dieron la presidencia por tener una cara bonita, me la dieron porque soy especialista en varias áreas del derecho y el derecho penalista es una de ellas.Mientras Marie y Nahia hablan, me dirijo hacia la secretaría de la jefatura para exigir la denuncia hecha por escrito y las declaraciones de las víctimas.Me informan que las víctimas se encuentran en su otra sala declarando y yo me apresuro a hacer unas llamadas para poder sacar a Marie bajo fianza.Me dirijo hacia el jefe de la comisaría y le hablo desde la verdad,
Capítulo 20Que comience el juego.Narra Nahia AndersonVamos saliendo de la jefatura cuando la encuentro con una de las personas menos deseadas. La forma en la que me mira de arriba abajo, hace que me hierva la sangre pero Marie actúa primero, cuando creo que mi amiga va a darle un poco de su propio veneno, Noah interfiere, alejándose junto a Marie y dejándome sola, frente a la bruja mayor.—¿En serio? Además de perra, ¿Ahora te dedicas a andar como una andrajosa por la calle? ¿Te tengo que recordar que por desgracia eres la esposa de mi hijo y llevas el apellido Smith? —me habla como si eso fuera un privilegio en vez de una desgracia—, por algo mi hijo hizo lo que hizo, porque siempre fuiste una zarrapastrosa, la menos exitosa de su familia —se burla y yo ya no puedo contenerme.La cachetada que le suelto hace que voltee el rostro, fue algo que no tuve que pensar demasiado porque surgió de manera espontánea.No sé si es un desquite por esa cachetada que me dió, pero ver si expresión
Capítulo 21El alcohol quita las penas.Narra Nahia Anderson.Marie y yo subimos a la habitación, corremos como par de muchachas que están emocionadas por irse de fiesta.Yo no estoy emocionada por eso, yo quiero demostrar un punto, a todos y a mí misma, necesito demostrar que ya no me importa, que lloré lo suficiente por gente que ni siquiera vale la pena, pero lo hice porque yo lo necesitaba.La cama de mi mejor amiga está repleta de vestidos que para nada van con mi estilo y me encuentro contrariada de momento. Con cada opción que elige para mí, hace que me sienta aún más insegura de lo que soy.Tomo con los dedos un vestido negro de la cama y me sorprendo al ver lo pequeño y ajustado que puede ser.—Te volviste loca si crees que voy a ponerme esto —estrecho los ojos al mirarla y ella resopla.—¿Por qué? —me arranca el vestido de las manos— es nuevo y con ese cuerpo de diosa, te quedaría fenomenal.—¿Diosa? Estás mal de la cabeza —a mi mente vienen los recuerdos de Ryan concretando
Capítulo 22No la toques.Noah Ferguson.Veo a estas dos mujeres subirse al taxi y no han pasado diez segundos cuando ya voy rumbo a mi auto.—¿A dónde vas, Noah? ¿No se supone que venías a verme? —, pregunta mamá con una sonrisa y sé perfectamente que la ha pillado. —Claro mamá, ya cenamos y llegó la hora de irme a casa —trato de sonar un poco creíble.Mamá se cruza de brazos y es más que evidente que no cree ni una sola palabra.—¿Estás cien por ciento seguro de que viniste a verme a mí? —arquea una ceja y no puedo evitar reírme un poco.—Vale, me atrapaste —levanto las manos en señal de rendición—, de seguro Marie ya te fue con el chisme.—No, ella no necesita decirme nada, yo te llevé en mi vientre por nueve meses y bastantes dolores de cabeza me causaste como para no darme cuenta cuando mi hijo está enamorado —se cruza de brazos— así como también me doy cuenta de que a tu casa no vas —sonríe—, ve por ellas y cuidalas.Asiento y saco mi celular y activo la ubicación de GPS que le
Capítulo 23Asqueroso Narra Nahia Anderson«¡Mierda! ¿Qué carajos me pasa?» me pregunto a mi misma.Siento que todo me da vueltas cada vez más, cuando me levanté de la silla para bailar ya me sentía mal, pero ahora es mucho peor. Las náuseas se acumulan en el centro de mi pecho y siento un ardor insoportable en el estómago. El ir y venir del auto me hace sentir peor y puedo sentir como mi cuerpo comienza a temblar de forma incontrolable.Agradezco en cierto modo que Noah haya estado allí, no estoy acostumbrada a beber de esta forma, pero me avergüenza que me vea en este estado.No sé a dónde carajos vamos, solo sé que en más de una ocasión me toca respirar profundo y apretar los dientes para calmar las náuseas terribles que tengo.Cierro los ojos intentando aclarar mi mente pero es imposible, siento que todo me da vueltas y las náuseas de nuevo suben a mi garganta.—Espera, espera, espera —le pido y siento cómo detiene el auto de pronto. Abro la puerta y creo que devuelvo todo lo
Capítulo 24¡Santa madre de Dios!Narra Nahia Anderson.No me estoy sintiendo bien y no sé dónde demonios se ha metido Noah. Necesito un baño con urgencia y camino estando aún más mareada que antes.Estiró mis brazos y me sostengo de las paredes para tener un poco de estabilidad.—Noah ¿Dónde estás? —trato de llamarlo pero no recibo respuesta.Camino por el mismo pasillo donde ví que se metió, no tengo idea de lo que está haciendo y las náuseas vuelven a mí.«Un baño, necesito uno, ¿Dónde está?».Me apresuro porque las náuseas son cada vez más intensas, llego a una habitación donde no hay nadie y me apresuro hasta el baño, levanto la tapa del retrete y saco todo lo que me agobia.«No voy a volver a beber, no voy a volver a beber más nunca, mi una gota de alcohol» pienso deseando que esta pesadilla termine.—¿Todo bien?Alzo la mirada y me quedo helada.«¡Santa madre de Dios, No puede ser!». Es inevitable que mis ojos se paseen por todo el monumento que tengo frente a mí.«Nahia compó
CapítuloAmor propio. Narra Noah Ferguson.Las palabras de Nahia se repiten en mi cabeza una y otra vez, ya le he aguantado bastante, todas sus groserías, su mal humor, sus desplantes e incluso la he justificado todo este tiempo ya que se que el dolor que siente es indescriptible.Y ahora, me encuentro en mi propia casa y vuelvo a justificar sus acciones, porque sé que es el alcohol y la maldita droga los que hablan por ella en este momento.Las ganas que tengo de estamparla contra la pared y demostrarle que si tengo las pelotas para follarla hasta el cansancio me corroen, la imagino dispuesta para mí, saboreando cada parte de su cuerpo hasta que ambos quedemos cansados de darnos placer. Pero no, conozco los efectos de esta droga, he oído de ella e investigué para un caso de abuso sexual hace unos meses.La droga actúa rápido, al principio te debilita, dando la posibilidad al agresor de poder dominarte y llevarte a dónde le plazca para tenerte a su merced. Luego, aumenta el líbido d
Capítulo 26Trágame tierra.Narra Nahia Anderson.No sé en qué momento me quedé dormida. Después de un buen rato poniendo en práctica eso que él me enseñó… «¡Dios! ¿Cómo se supone que voy a verle la cara ahora? Se me cae de vergüenza». Me quedo acostada, estoy completamente desnuda, tal cual como me quedé anoche. O bueno, es lo último que recuerdo. Trato de pensar en la clase de idioteces que cometí y recuerdo algunas cosas pero otras se tornan algo confusas. Flashes mentales de mi misma diciéndome a Noah que me follara…«¡Maldición! No puede ser»Tengo un recuerdo fijado en la mente, algo que permanece latente pero que me niego a aceptar. En mi mente, está presente el recuerdo de Noah, mirándome a los ojos mientras dirige mis manos y me enseña a…«No, no, no. Nahia ¿Qué hiciste?».Nunca en la vida me había masturbado, no sé, siempre sentí curiosidad, pero nunca lo probé. Y ahora, saber que él es quien me ha enseñado me abruma por completo. Recuerdo lo bien que se portó, eso sí