CAPITULO 61

Elizabeth sale con el alma rota, con su corazón hecho pedazos, ella lo ama, pero en realidad no quiere verlo así, ella pensó que había cambiado, pero solo reprimía lo que en realidad es, un hombre frio, un hombre que solo le importa él.

Ella llama a Richard para que venga a recogerla, se sienta en el jardín, a mirar como todo eso tan bonito que planearon juntos se convirtió en un desastre, ni el ponqué pudieron partir, ella recuerda el regalo de su hijo, el cachorro que está en su jaula y va por él, en ese momento se da cuenta que Bastián esta con él en brazos, se esconde y escucha lo que él dice.

-Estamos solos cachorrito, yo puedo estar perdiendo lo que más amo por mi estupidez, pero es que nadie sabe todo lo que pase con ese hombre que se hace llamar padre, son cosas tan difíciles de borrar, yo nunca le hare eso a mis hijos, yo los cuidare, les daré mi corazón, mi amor, yo estaré siempre para ellos.

Elizabeth sale de donde está.

-Tú eres un buen padre, lo único que nece