Narrador omnisciente Diego no tardó en descubrir que no tiene los pasaportes de Belinda en la cartera y solamente debió sumar dos más dos para comprender la situación.Se ha dedicado a seguirla durante más de diez minutos, pero la mujer no ha hecho otra cosa más que acelerar.—¡Belinda! ¡Detente ahora mismo! —Le grita sin césar.—¿Le disparó, señor? —Pregunta su mano derecha.Diego contrató a Mario hace algunos meses. Lo considera un tipo peligroso capaz de realizar cualquier tipo de trabajo ya sea robar, secuestrar o asesinar.De hecho fue el quién asaltó a Belinda y le quito el dinero que Diego le había prestado. Es la clase de hombre que él necesita a su lado, él fue recomendado por su socio.Diego y su padre hace años hacen lavado de dinero en la empresa y para ello tienen un socio oculto quien es uno de los delincuentes más buscados, pero se oculta tras la máscara de hombre intachable.—No te atrevas a lastimarla.Belinda al darse cuenta de que está perdida y no podrá llegar a su
Me desperté muy adolorida y confundida, puedo observar las paredes blancas y el color celeste de las cortinas.Al percatarme de que estoy vestida con una bata blanca y un suero está conectado a mis venas me doy cuenta de que me encuentro en una habitación de hospital o clínica.Lo último que recuerdo es haber llegado a un refugio de personas indigentes, a esa Monja tan amable y al hombre, pero esté último está borroso en mi cabeza.—Buenos días—Una mujer entra al sitio vestida de enfermera.Debo admitir que es muy bella. Debe tener unos veintitrés o veinticinco años.Su cabello es pelirrojo y corto a la altura de sus hombros, ojos oscuros y maquillaje impecable.—Buenos días ¿Qué me paso?—Te desmayaste y el Doctor Martínez te trasladó hasta aquí. —¿Puedes darme un poco de agua?—Deberías levantarte hay personas que verdaderamente necesitan atención y no hay camas suficientes.Estaba a punto de responderle cuando alguien más entro en la habitación.Por su vestimenta blanca me percató
Acabo de charlar con la ginecóloga y esta me hizo algunas recomendaciones para mi embarazo además de recetarme unas vitaminas para que los dos estemos fuerte. No me realizó la ecografía porque aún faltan algunas semanas para la primera.En este instante me encuentro en la cafetería del hospital con Margarita y el pequeño Mateo. Raramente, ella me invito el almuerzo, simplemente comí un sándwich y el pequeño una hamburguesa al igual que ella.—Te agradezco —Es lo menos que puedo hacer por mí minita de oro. ¿Cómo sigues? La bruja de Rubí no me permitió verte.—Ya estoy mejor, mi temperatura está bien y mis malestares han disminuido. No sé que habría hecho sin ti.Ella rodea los ojos —No suelo salvar mujeres en apuros tuviste suerte Belinda —Ya que soy tú minita de oro puedo pasar a tú casa. Emiliano me comentó que me llevará a la estación de buses más tardes y quiero descansar, tomar un baño.—¿Por qué tu padre millonario no envía por ti?—Porque está muy ocupado me iré en autobús haci
Diego Cuando llegue a la ciudad ya era muy tarde y simplemente me dedique a dormir en casa de mi padre.Aunque en realidad no logré pegar el ojo en toda la noche. Más que temor a las represalias de Belinda las cuales verdaderamente no me asustan porque ella no puede hacer absolutamente nada en mi contra lo que me quita el sueño es la nostalgia.Llevo exactamente veinticinco horas sin ella. Sin su voz, su aroma, sus labios y su cuerpo en las noches. Esa mujer me tiene verdaderamente mal y no sé que hacer para vivir sin ella.Nunca he sido un santo, pero admito que con ella traspase todos los límites. Nunca he golpeado a ninguna mujer ni la he tomado a la fuerza, ella es mi excepción en todos los sentidos.No planeaba lastimarla simplemente deseaba alejarla de Fernando y del mundo. Llevarla a un lugar en el cual solo estuviéramos ella y yo para lograr enamorarla y convencerla de que acepte ser mía, sin embargo, todo se salió de control.Soy consciente de que la herí muchísimo y posiblem
Me encuentro abrazando a un dormido Mateo puedo escuchar los ronquidos de su madre quién se encuentra a mi lado en el autobús.Siento que los nervios se apoderan de mí al darme cuenta de que estamos a punto de llegar a la ciudad. Me encuentro a centímetros de Mi Aarón y Mi Fernando, aún no sé cómo le diré al segundo todo lo que me ocurrió.Sé que será muy difícil para el porqué se trata de su propio primo. A pesar de todo él considera a Diego como el hermano que nunca tuvo.En cuanto el chofer anunció que llegamos golpee el hombro de Margarita y la mujer despertó de mala gana lanzando bostezos.—Se me parte la cabeza —Hay que bajarnos y tomar otro autobús.Ella rodea los ojos —Otro —Si, yo vivo a unos quince minutos de acá.Durante todo el viaje ella hizo malas caras, sobre todo porque debe cargar sus maletas y las de Mateo aunque también la noto fascinada con la ciudad debido a que no la conocía.Me decidí a bajarme una parada antes de mi casa y dirigirme directamente al lugar de tr
Llevo más de diez minutos intentando encontrar las palabras precisas para confesarle a Fernando el martirio que he vivido. No es fácil hablar de los múltiples abusos y humillaciones a los cuales fui sometida.Ni la peor de las mujeres merecería ser abusada, golpeada y humillada de la forma en la cual Diego lo hizo conmigo.Es difícil pensar que no fue mi culpa, que yo no provoque, pero fue así. Como me dijo Emiliano el monstruo es él no yo.-Belinda estoy esperando una repuesta ¿Por qué lo hiciste?-No entiendo a que te refieres porque yo no hice nada malo.Él ríe molesto -Te parece poco el hecho de convertirte en la amante de Diego, huir con él y abandonar a tu hijo.-Yo no hice nada de eso, de verdad es muy difícil lo que te voy a decir.A pesar de mi tristeza y el hecho de que estoy convertida en un mar de lágrimas solo veo odio en su mirada y no comprendo el motivo.-¡Ya no me verás la cara de estúpido! ¡Sé perfectamente que desde que entraste a la empresa eres su amante!. No entie
Me desperté con muchas náuseas y un intenso dolor de cabeza. Sé que estoy dañando a mi hijo, pero no he logrado dejar de llorar durante toda la noche. Siento que mi mundo se ha derrumbado en las últimas semanas. No encuentro una salida al infierno en el cual se ha transformado mi vida.Creí que al librarme del encierro volvería a ser feliz, pero esa felicidad fue momentánea. El verdadero tormento es mi vida.Llevo mis manos a mi estómago intentando tomar fuerzas. Si no fuera por él ya habría acabado con mi miserable vida, pero él me necesita.—Tú serás mi segunda razón para seguir con vida. Espero que seas niña y que no te parezcas en nada a ese ser tan despreciable. Te prometo que él nunca te lastimara.—Hablando sola —Pregunta mi tío entrando a mi habitación con una charola en mano—Si prefiero hablar conmigo misma antes que agobiarte. Tú eres igual.—Lo sé, pero no sirve de nada guardarse las emociones no es sano.—Él coloca la charola en la mesita de noche —No soy un experto, pero
Narrador omnisciente Belinda no logra dejar de llorar y los intentos de Margarita por calmarla no están surtiendo ningún efecto.Ambas mujeres fueron interrumpidas cuando José Luis entro a la habitación. Él decidió almorzar en su casa para supervisar a su sobrina.—¿Qué pasó, amor? —Él la estrecha entre sus brazos —Ya no puedo más tío. Ya no aguanto más esta situación, me quiero morir.—¿Qué pasó?.Ella niega con la cabeza —Ese idiota la intento volver a violar —Responde Margarita y Belinda le lanza una mirada asesina —Es la verdad, yo misma tuve que quitárselo de encima porque estaba intentando violarla. Si no le pone un alto terminará matándola.—¡Cállate!—¿Si le viste la cara verdad? ¡Dime quién es!.—No vale la pena tío —Eso lo decido yo.—Es un tal Diego, un rubio de ojos claros.—¿Diego Valencia?.Belinda asiente con la cabeza entre lágrimas —No hagas nada tú sabes como son esas personas —Me da igual su poder, ese cerdo te violó y no se quedará sin su castigo. —Es todo lo