Candy, como que estas de más en esta familia.
Andrew quería conocer a sus nietos y manejó a Almeville y cuando vio la mansión, se topó con el auto de Candy saliendo.—Candy.—Señor Miller —frenó.—¿A dónde vas?—Parece que en la vida de su hijo estoy de más.No entendió y, cuando llegó, Jason salía con unos leños y se frenó al ver a su padre.—Parece que viste a un fantasma.Se acercó el campechano y palmeó la espalda de su hijo mayor.—¿Y esos leños?—Vamos a realizar una actividad con los niños —respondió.—Bien, ¿y mis nietos?—Bajarán pronto.—Me topé con Candy, se la veía muy mal.—Después hablaré con ella.Entonces le dijo a su hijo.—Clark, no desprecies a Candy, en estos momentos puedes pelear la custodia de los chicos y ella ser la madre adecuada para los mismos.Los niños bajaban las escaleras junto con Narel, entonces Andrew preguntó.—¿Qué hace esta mujer aquí?Miró a su hijo y Narel se frenó en seco, ¿ese era el comité de bienvenida?—Buenas noches.El sujeto se acercó a admirar a sus nietos que lo miraban con sus pre
Jason bufaba de la rabia, su pequeña princesa hablaba como una callejera, Narel apenada se excusó con ellos.—Lo siento, Lana siempre repite cosas…—Deben de educarse, no es posible eso.—Lo sé, hablaré con ella.—Trata de corregirte también. Ella aprendió de ti todo eso.Ahora ella era una maleducada, era insoportable.—Perdón, he hecho mi trabajo sola y tengo dos preciosas bendiciones por eso.—Gracias a mí las tienes y mi hija no puede hablar como una callejera.—La corregiré.Entonces le dijo con firmeza.—Mañana tenemos la entrevista, es muy importante para el futuro de los niños.—Solo es una guardería.—Es el futuro de una educación brillante para mis hijos.—Hablas como si fuese Harvard.—¡Es el Harvard de los niños pequeños!Narel se daba contra la pared, es que nunca pensó que su vida cambiaría tanto en tan solo unos meses. Salió con su Van rumbo al negocio en donde Luisa entregaba un bello terrario a una cliente.—Disfrútelo, y cualquier duda que tenga, estamos para servirla
Candy cenaba con Jack Heller en un restaurante y sacaba toda su frustración con él.—Jason ahora juega al papá con esa desconocida.—Te dije que los hijos atan a las personas.—Jason no está atado, siempre le huyó a las formalidades.—Y ahora es padre de gemelos.Era toda una locura, y ella comentó.—No puedo salir de la vida de Jason, no puedo.Jack sonrió y le comentó.—Tal vez necesitas a alguien sin mucho rollo, o…—¿O?Jack se llevó el vaso a los labios.—Deshacerte de la mujer y quedarte con el tipo y los niños.Candy se dio cuenta de que debía sacar a Narel de la ecuación, siempre hay alguien de más y ella nunca estuvo en el plan.**Jason veía los titulares en donde ponían su imagen y las de sus hijos: los hijos del acero, la dama de acero. Odiaba todo eso, pero sabía que eso llamaría la atención.Lo cierto es que pensar que alguien en algún lugar podía desear su muerte le daba rabia. Fue a su auto y llamó a Colt.—Colt, ¿has averiguado algo de mi caso?—Sí, señor.—Bien, dime.
Candy sentía que perdía terreno frente a Narel, ella solo era la novia de Jason, pero Narel tenía dos hijos de él y vivía junto a él.—¿Te molesta que tenga una relación cordial con la madre de mis hijos?La voz de Jason la sacó de sus pensamientos y ella le respondió.—Siento que no soy importante como ella.—Lo eres.—¿Nos casaremos algún día?En los planes de Jason no estaba el casarse, ni el ser padre, pero las cosas se dieron de otra forma.—Estoy considerando eso.—Espero que lo consideres mucho porque tus hijos necesitarán una madre adecuada en su vida.Denis escuchó la conversación y no le gustó nada, su hermano quedó solo, se lo veía preocupado.**Narel recordaba lo pasado en la cena, había cenado de forma cordial con el padre de sus hijos, pero cuando vio a la novia pensó que estaba de más en esa relación.—Narel, él se tiene que casar y tú tendrás que pensar en rehacer tu vida.Para ese momento la idea de rehacer su vida era muy raro, porque ella misma decidió ser madre tem
Candy bufaba de la rabia y daba vueltas en la sala y preguntó.—¿La has visto desnuda acaso?Jason era sincero con ella.—No, solo en ropa interior.Indignada, preguntó.—¡Qué! ¿Se te ofreció?—No, qué dices, fue un accidente.—Esto no me gusta, Jason.—Quieres calmarte, no pasó nada.Lana entró con un dibujo y se puso en la entrada.—Papá.—Lana, dime, preciosa.Ella le dio el dibujo que había hecho.—¿Y esto tan lindo qué es?—Este eres tú, esta es mami y este es Dave y yo.Era lo más estúpido del mundo, ella medio miró el dibujo y eran cosas deformes y comentó.—Parece que tu talento para el dibujo no lo heredaron.Jason la miró molesto y Dave llegó con otro dibujo y este era más raro todavía.—Mira, papá, estamos saltando de un avión.—Eso suena muy extremo.—Este eres tú y esta mami, Lana y yo.Todos tenían lo que supuso, eran paracaídas y vio a una mujer que no lo tenía.—¿Y ella? ¿Quién es ella?El niño miró a Candy y, al notar la mirada del niño, observó el dibujo. Todos tenían
Lana miró la leche, era sola y su hermano tenía una igual del sabor, entonces le dijo molesto.—No es la leche con chocolate, no me gusta.—A mí me gusta la de fresa.Se quedaron serios y entonces miraron a otros de sus amigos con sus leches.—Oigan, ¿cambiamos?Uno miró su leche y dijo a sus amigos.—Soy intolerante a la lactosa, pero está leche si la puedo tomar —cambió con la de Lana.Una niña le dijo a Lana.—Yo no quiero mi leche de fresa, te la cambio por la tuya.Lo habían hecho y fueron a comer juntos a un rincón, cuando terminaron de comer la niña que cambió su leche se quejó.—Me duele mucho…El otro niño se quejó y tiró la leche al suelo.—Me duele, me duele.La supervisora se acercó y vio la palidez de los niños.—¿Qué tienen?Hacían arcadas de vómito y los llevaron a la enfermería de inmediato. Lana miró a su hermano y preguntó.—¿Qué les pasó?—Yo creo que esa leche sí le hizo daño.La doctora que atendía a los pequeños que se retorcían de dolor exclamó.—Estos niños fuer
Narel se dio cuenta de que no conocía de nada a Jason Miller, era un tipo apuesto, rico y con m****a en su pasado. Revisó lo que salía en redes sociales sobre el accidente y en efecto hubo rumores de que fue un incidente.—Era cierto, entonces alguien quiere hacerle daño a Jason.Llegó a casa y vio al detective Carson hablando con Jason y ella se bajó del auto y fue decidida a escuchar las razones.—Como le decía la asistente de la escuela dijo que un mensajero trajo las leches de parte suya.—Jamás hacemos eso.—Pensaron que los niños tomaban de una marca especial.Narel intervino.—Era leche sola, ellos las toman saborizadas.—Señora Jones, ¿verdad?—Así es y deseo saber todo lo que pasa.—Bueno, le decía al señor Miller…—Yo también tengo derecho a saber, soy la madre.Jason la tomó del brazo y la jaló a un lado.—Cálmate, el detective, me informa los pormenores del caso, no es nuestro enemigo.Carson retomó el tema y les explicó.—Entonces, como le explicaba al señor Miller, alguie
Narel se recompuso de sus cavilaciones.—¡Qué vergüenza, Narel! Enseguida tu mente fantasiosa se volvió al tipo lindo y rico.Se dio unos golpes en el rostro y se recostó a mirar el techo. Tenía que ubicarse, por Dios, Jason tenía novia y una chica linda y rica.Jugueteó con la rosa y entonces recibió una notificación de parte de Jason, iba a darse una reunión y deseaban que estuviera presente.Bajó ya arreglada y vio a todos los Sanders con unos sujetos de negro.—¿Pasa algo?—Narel, este es el jefe de seguridad que contratamos.Eso se estaba poniendo denso.—Buenos días.—Señora Jones, somos el equipo Raider, llevaremos su seguridad desde ahora.—¿Llevarán?—Al ser la madre de mis hijos, estás incluida.Eso no se lo esperó.—Les explicaremos el protocolo a seguir, hemos determinado la palabra clave para que todos sepan si son parte del equipo.Jesús.—Segundo, cada uno llevará una persona de seguridad.Los niños serían escoltados y dejados en la guardería y recogidos por el personal