Pobre Narel, tantos problemas que se le avecinan.
Lana miró la leche, era sola y su hermano tenía una igual del sabor, entonces le dijo molesto.—No es la leche con chocolate, no me gusta.—A mí me gusta la de fresa.Se quedaron serios y entonces miraron a otros de sus amigos con sus leches.—Oigan, ¿cambiamos?Uno miró su leche y dijo a sus amigos.—Soy intolerante a la lactosa, pero está leche si la puedo tomar —cambió con la de Lana.Una niña le dijo a Lana.—Yo no quiero mi leche de fresa, te la cambio por la tuya.Lo habían hecho y fueron a comer juntos a un rincón, cuando terminaron de comer la niña que cambió su leche se quejó.—Me duele mucho…El otro niño se quejó y tiró la leche al suelo.—Me duele, me duele.La supervisora se acercó y vio la palidez de los niños.—¿Qué tienen?Hacían arcadas de vómito y los llevaron a la enfermería de inmediato. Lana miró a su hermano y preguntó.—¿Qué les pasó?—Yo creo que esa leche sí le hizo daño.La doctora que atendía a los pequeños que se retorcían de dolor exclamó.—Estos niños fuer
Narel se dio cuenta de que no conocía de nada a Jason Miller, era un tipo apuesto, rico y con m****a en su pasado. Revisó lo que salía en redes sociales sobre el accidente y en efecto hubo rumores de que fue un incidente.—Era cierto, entonces alguien quiere hacerle daño a Jason.Llegó a casa y vio al detective Carson hablando con Jason y ella se bajó del auto y fue decidida a escuchar las razones.—Como le decía la asistente de la escuela dijo que un mensajero trajo las leches de parte suya.—Jamás hacemos eso.—Pensaron que los niños tomaban de una marca especial.Narel intervino.—Era leche sola, ellos las toman saborizadas.—Señora Jones, ¿verdad?—Así es y deseo saber todo lo que pasa.—Bueno, le decía al señor Miller…—Yo también tengo derecho a saber, soy la madre.Jason la tomó del brazo y la jaló a un lado.—Cálmate, el detective, me informa los pormenores del caso, no es nuestro enemigo.Carson retomó el tema y les explicó.—Entonces, como le explicaba al señor Miller, alguie
Narel se recompuso de sus cavilaciones.—¡Qué vergüenza, Narel! Enseguida tu mente fantasiosa se volvió al tipo lindo y rico.Se dio unos golpes en el rostro y se recostó a mirar el techo. Tenía que ubicarse, por Dios, Jason tenía novia y una chica linda y rica.Jugueteó con la rosa y entonces recibió una notificación de parte de Jason, iba a darse una reunión y deseaban que estuviera presente.Bajó ya arreglada y vio a todos los Sanders con unos sujetos de negro.—¿Pasa algo?—Narel, este es el jefe de seguridad que contratamos.Eso se estaba poniendo denso.—Buenos días.—Señora Jones, somos el equipo Raider, llevaremos su seguridad desde ahora.—¿Llevarán?—Al ser la madre de mis hijos, estás incluida.Eso no se lo esperó.—Les explicaremos el protocolo a seguir, hemos determinado la palabra clave para que todos sepan si son parte del equipo.Jesús.—Segundo, cada uno llevará una persona de seguridad.Los niños serían escoltados y dejados en la guardería y recogidos por el personal
Narel llegó preocupada y se topó con Jason, furioso.—A ti quería verte.—Sí, yo también a ti.—Escucha, Narel, ¿has tratado temas sexuales con los niños?Esa pregunta la desestabilizó y tuvo que ser sincera; obviamente, ella los preparó para esos asuntos.—Sí, claro, lo normal.—Narel —se rio de ella—, tú no sabes nada de sexo.Ella se cruzó de brazos y le respondió.—Sé que los hombres tienen pene y la mujer vagina, y que una cosa con la otra puede dar problemas.Jason se llevó las manos a la cabeza y comenzó a reír con ganas. Era lo más estúpido que había escuchado en su vida. Reía tanto que preocupó a Narel.—¿Te sientes mal?—Es que tu conocimiento del sexo es tan… primitivo.—Al menos sirve para enseñarle a los niños que no se dejen tocas ahí y a respetar lo de los demás.Dios mío, esa mujer no sabía nada de nada.—Ok, Narel, solo debemos expresarnos con claridad con los chicos.—Eso hago, Jason.Con todo eso se le olvidó preguntarle por el arreglo, subió a su habitación y encont
Estaba llena de odio y rabia, quería vengarse de todo el mundo, lloraba y tiraba todo lo que veía en su camino.Su gran amor estaba besando a otra, tenía hijos de esa otra y estaba enamorado de esa mujer. Era mucha rabia.—Aparecida m*****a, m*****a.Tenía que hacer algo y luego se dio cuenta de que no había mucho por hacer más que esperar a que Jason la cortase. Se recostó en el frío suelo a sollozar, sacó su móvil y se tomó varias fotos llorando y las envió a sus contactos.**Jack vio la foto de ella llorando, como siempre las mujeres tan teatrales y sonrió, entonces la llamó.Cuando su móvil sonó y vio que eraJack, ella tomó la llamada.—Jack.—Preciosa, ¿qué sucede?—Estoy triste —sollozó—. Jason me traicionó.—¿Con Narel?—Sí, y lo odio mucho.Estaba sorprendido y preguntó.—¿Despuntó lo de ellos?—Ella quiere valerse de esos mocosos para cautivar a Jason, se besaron y todo.Entonces era oficial, Jason cayó ante la trama de la paternidad.—¿Qué piensas hacer?—Quiero beber, llor
No podía articular palabra, la mirada de rabia de Jason la tenía mal y la señora Prady no ayudaba.—La prensa siempre cubre este evento, solo espero que esto no salga en los diarios.Lana tomaba un juguito y su hermano se le acercó.—Creo que tienes problemas.—¿Por qué?—Parece que bailaste feo, papá está molesto.El mundo de Lana se cayó en ese momento y corrió a buscar a su padre y escuchó.—Horrible, fue horrible, mi hija y tú bailando de esa forma.Los ojitos de Lana se llenaron de lágrimas y corrió fuera del lugar avergonzado.**Jack vio a la pequeña salir corriendo y se acercó a ella que lloraba.—Hola, pequeñita.La niña lo miró y al verla llorando le preguntó.—¿Qué te pasa?—A papá no le gustó mi baile.—No lo creo, estuviste estupenda, ¿qué padre no vería a una preciosa niña tan linda como tú?Lana sollozaba y él le dijo entonces.—¿Quieres un helado?Ella asintió, entonces un guardaespaldas lo detuvo.—¿A dónde lleva a la niña?—A tomar un helado.—Dígame su nombre.—Soy a
—Jason, puedo explicarlo, fue un malentendido.Balbuceó nerviosa, Candy.—¿En serio? Mi hija se enfermó por todo esto.Eso no se lo esperó y entonces le dijo alterada:—Lo siento, no lo imaginé.Jason la agarró del brazo.—Mi hija es lo más importante que tengo y no voy a dejar que nadie la humille.—Jason, me lastimas.La soltó y le dijo molesto.—Candy, terminamos.Ella lo miró con horror y él le señaló.—Esto no te lo perdono.—¿Me dejas?—Sí, esto no es bueno, si dejo que actúes así todo se saldrá de control y mis hijos no pueden estar en medio de una guerra.Ella estaba impresionada, no se esperó que todo se volviera en su contra. Jason se fue molesto y ella se puso a llorar.**Luisa le informaba a Narel los avances de la casa Heller.—Tenemos casi todo listo, nos faltan que lleguen unas plantas para colocarlas cerca del lago artificial y terminamos.—Me siento más tranquila con eso, después de todo lo pasado.—Sí, eres tendencia en redes.Solo eso le faltaba ser la novedad del m
Narel estaba molesta, sus hijos felices y él sin saber cómo actuar. Los niños asaban sus malvaviscos y cantaban una canción en francés.Jason se acercó a ella que estaba seria.—¿Estás molesta?—No debiste hacer eso, los niños pueden hacerse ilusiones y no quiero eso.—Eres rara, ¿lo sabes?—Ilusa no soy.Se levantó a poner orden y les dijo a los niños.—Hora de dormir.—Quiero seguir jugando.—No y no.Jason tomó el control en esos momentos.—Hora de una historia de miedo.Narel lo miró y negó con la cabeza, sus hijos celebraron. Se colocaron atentos alrededor.—Les voy a contar la historia de un príncipe que fue perseguido por una sombra oscura por muchos años.Narel escuchaba el relato y sintió temor, los niños tenían los ojos bien abiertos y cuando terminó lo hizo de forma emocionante.—Entonces el príncipe peleó con la sombra siniestra y la encerró en el cofre de los mil sellos y nunca más molestó al príncipe ni a su descendencia.Narel aplaudió y los envió a dormir y ellos los ar