Candy fuera, pero ese Jack se trae algo que no sé cómo explicar, pero no me cae bien.
Narel estaba molesta, sus hijos felices y él sin saber cómo actuar. Los niños asaban sus malvaviscos y cantaban una canción en francés.Jason se acercó a ella que estaba seria.—¿Estás molesta?—No debiste hacer eso, los niños pueden hacerse ilusiones y no quiero eso.—Eres rara, ¿lo sabes?—Ilusa no soy.Se levantó a poner orden y les dijo a los niños.—Hora de dormir.—Quiero seguir jugando.—No y no.Jason tomó el control en esos momentos.—Hora de una historia de miedo.Narel lo miró y negó con la cabeza, sus hijos celebraron. Se colocaron atentos alrededor.—Les voy a contar la historia de un príncipe que fue perseguido por una sombra oscura por muchos años.Narel escuchaba el relato y sintió temor, los niños tenían los ojos bien abiertos y cuando terminó lo hizo de forma emocionante.—Entonces el príncipe peleó con la sombra siniestra y la encerró en el cofre de los mil sellos y nunca más molestó al príncipe ni a su descendencia.Narel aplaudió y los envió a dormir y ellos los ar
—Candy, ¿podemos hablar?Esas palabras sacaron de onda a Narel. Ella aceptó gustosa y Jack se sentó frente a ella.—Somos los dejados.—Yo no he sido dejada por nadie.—Es tu novio.—Sí, pero no soy celosa.—Vaya —se echó para atrás—. Eso es interesante, una mujer que no es celosa, poco común, por cierto.Narel le preguntó.—¿Tú eres celoso?—Soy como un oso de celoso y de peligroso.Narel miró a Jason charlando con Candy.**—¿Dónde conociste a ese tipo?—¿Tienes celos de Jack?—Déjate de niñerías, Candy, solo te hago una pregunta, contesta.—Es un amigo, estoy saliendo con él ahora.—Ese tipo no me agrada, intentó llevarse a Lana.—Deja el teatro, ¿cómo pudiste caer con esa mujer?—Narel es especial.—Escucha, no deseo oírte hablar de las cualidades de esa mujer.—Solo quiero que nada te pase, Candy.—Me sé cuidar.—Solo te pido que estés atenta.—Y lo estaré.Volvió junto a ellos y Candy le dijo a Narel.—Tu novio quiere proteger a todo el mundo.—Es su mejor cualidad.—No lo conoce
Clare se mareó al escuchar esos apellidos y el detective se acercó a ella.—¿Se encuentra usted bien?—Es que… No entiendo, ¿qué sucede?Colt tomó el control para explicarle.—Estoy investigando el incidente en la clínica de fertilización Son.—Es que… No entiendo.—Su esposo trabajó allí, ¿verdad?La mujer removió en su puesto y le respondió.—Sí, trabajó, fueron varios años como director, pero no entiendo, ¿por qué eso ahora?Colt le explicó.—Usted sabe que se suscitó un incidente en el periodo que su esposo trabajó como director de la clínica.—Abraham siempre fue un hombre metódico, profesional.—¿Cómo explica que se haya realizado una inseminación sin una debida autorización?—Lo siento, desconozco, mi esposo siempre fue correcto hasta el día de su muerte.—Hubo una violación de seguridad con el tema de las autorizaciones, estamos investigando ese caso, si sabe algo, puede llamarme.Le dio una tarjeta y la mujer la miró con atención.—¿Usted para quién trabaja?—Para el señor Jas
A Narel le habían puesto bastante sedantes para el dolor y se sentía drogada, salió un poco confundida y vio a Jason y sonrió como tonta.—Eres tan lindo.—¡Narel!, ¿todo bien?—Todo, todo, ¿tienes novia?—Creo que sí.—Descuida, no soy celosa.Reía escandalosamente y una enfermera le indicó.—Parece que los sedantes tienen un efecto extraño en ella.Ella se le fue encima de la enfermera diciendo agresiva.—Búsquese el suyo, a este lo reservé yo.Jason tomó a Narel del brazo y la llevó al exterior, y ella, como borracha, decía.—Estás apurado, ¿me quieres coger?—Dios.—Dios, no, llama al diablo caliente.com.Le abrió la puerta y ella, riendo, decía.—¿Esta nave es tuya? Eres rico, busco a un hombre guapo y lindo para padre de mis gemelos.—Ya lo encontraste —dijo divertido.—¿Será?Ella sentía que el aire la adormitaba y le dijo al sujeto.—¿Puedes poner música?—Claro.Colocó una suave música y ella la cambió, por una movida.—Esto es música, no esa m****a que pones.Jason escuchaba
Narel vio salir a Jason del estudio y ella le dio alcance.—Tenemos que hablar.—Claro, vas a decirme que quieres sexo, ¿verdad? Pero lo siento, no puedo atenderte porque tengo algo importante que hacer.—¿Me estás jodiendo?—Tengo algo relevante.—¿Cómo qué?—Verás, encontré una pista sobre lo que nos pasó, espero poder obtener resultados.Ella se cogió el cabello y preguntó.—¿Lo que nos pasó?—Alguien nos hizo una treta, usando tu vientre y mi esperma, tengo una pista.—Tengo que saber.—Voy a ver a la persona ahora.—Vamos a ver a la persona ahora.—Narel.—Jason, es mi vida también.Él asintió y le indicó que siguiera y entonces fueron rumbo a la casa de la señora Heller. Jason le contaba un poco de lo que sabía de la dama.—Es una señora de unos 50 años, viuda, con un hijo de por medio.—¿Y ese hijo es Jack?—Sí, Jack.—Es muy raro.—Lo es, eso me tiene loco.Llegaron al sitio y ella miró el jardín y sonrió.—Le gustan las flores, tiene un buen corazón.Jason la miró como diciend
Narel estaba hecha una furia, no esperó que la ex de su novio la atacara tan bajo y Jason le comento.—Ya, déjalo.—No lo entiendes, son mis hijos, siempre los he protegido.—Y lo hiciste en ese momento.—Sí, me refiero a que lo hacía de cosas menores —lo miró—. Le tienen miedo a las cucarachas, yo también, pero cuando aparecía una debía de ser fuerte para matarla, aunque me muriera de miedo.Si volaban, nos metíamos en el armario y luego salía a cazarla; era todo tan distinto.Jason besó su cabeza y entendió que no siempre fue fácil para ella.—Cuando vi esa casa sentí que no debía abrirla, daría mi vida por ellos.Sollozó, Jason la abrazó y Andrew se acercó, un poco incómodo por lo pasado.—Bueno, yo no pensé que Candy fuera capaz de hacer esas cosas.—Ahora ya sabemos de lo que puede hacer.Meneó la cabeza, estaba molesto por haber creído que esa mujer podía ser la adecuada para su hijo.—Será mejor que vayan con mis nietos y los cuiden.Jason tomó a Narel y fueron a casa junto a su
Jack recibía junto a Candy a los invitados y Andrew se sintió abrumado cuando se acercó a ellos.—Señor Miller, bienvenido.Candy estaba en silencio y el sujeto le dijo lo que pensaba.—Parecía una buena idea hasta que vi el ambiente, pero ya estoy aquí, así que a ver lo que ofrecen.—Siempre tan propio —comentó Candy.—Más que tú, sí.Desde ya era un bloque de hielo y Candy miró a Jack con rostro pétreo.—Tranquilo, amor.—Estoy tranquilo, ahí vienen los otros Miller.Jason y Narel tomados del brazo se acercaron junto con Lorna y Denis.—Señores Miller, señora Miller, Narel bienvenidos a mi humilde hogar.—Su mansión es muy hermosa.—Gracias al trabajo de Narel que me ayudó para darle el efecto deseado.Candy miraba a Narel como una diosa vestida y ella sonrió levemente.—Me agrada que te guste mi trabajo.Candy dijo de pronto.—Siempre le digo a mi querido que hay más por explorar en materia de arquitectura, no es solo poner flores por poner.—Es cierto por eso se estudia para darle
Lana y Dave gritaban por la sala de juegos cuando escucharon un estruendo. El niño preguntó.—¿Qué fue eso?—Algo se cayó.Lana se asomó y no vio nada en el pasillo.—Tal vez pasó algo en la sala.Bajaron en silencio y vieron a la empleada desplomada en la escalera y la leche con galletas regadas por el entorno.—Se desmayó.—Hay que pedir ayuda.Lana iba a bajar y Dave la retuvo.—Tengo miedo.—Ella se desmayó, debemos pedir ayuda.Lana bajó con cuidado de no cortarse con los vidrios y sintió un silencio muy extraño y su hermano llegó a ella.—Voy a ver al guardiaspaldas.—Así no se dice.—Voy a irlo a ver.Corrió a la entrada y cuando llegó vio a los guardias en el suelo y miró a todos lados y no vio a nadie consciente.—Esto no está bien.Corrió al interior y su hermana llegó corriendo a él.—Todos duermen, como en la película de la Bella durmiente.—Esto no es normal.Escucharon el ruido de algo que se rompía.—Tenemos que irnos.—¿A dónde?—No lo sé.Dave tomó el teléfono y no hab