Haida se colocaba de pie dando un golpe en seco sobre la mesa.

-Te dije que no le digas raro, ni fenómeno, ni bicho o anormal…se llama Fred, ese es su nombre…y puede que no siga la línea convencional de casarse con una chica y traerla a casa…pero si por casualidad nos dijera que es feliz y quiere luchar por la persona que ama…. nosotros le seguiremos dando todo nuestro apoyo…es mi hijo no el tuyo, te recomiendo que vayas a cuidar los tuyos-.

-Cuido mis hijos mucho mejor que tú-.

-Entonces te habrás fijado de tu hija… se viste como un chico y vive sumida en sí misma por si no lo has notado… lleva el cabello corto de miles de colores, tiene aros por doquier y no por eso creo que sea “rara” el caso de ella es que está llamando tu atención, suele llorar a menudo, vive deprimida y pasa en mi casa varias horas al día-.

-Mi hija no necesita nada de ti-.

-Creo que necesita una madre…no una enemiga-.

-Ella estará bien, no me des concejos como criar a mis hijos…no eres la más indicada para hace