Unos días antesMientras veía a Ángela dormir sostuve el papel de aquel número que ese preso tanto evito que tuviera, un mal presentimiento de todo esto me embargo. Algo muy raro, estaba pasando y estaba seguro de que no era nada bueno, mire a Ángela de nuevo y desee contarle mis preocupaciones, pero ella no necesitaba más dramas que no tenían explicación aún, tenía mucho en lo que ponerle atención, y no quería ser la causa de sus miedos. Acaricie su nube de cabello miel provocando que me abrazara. Suspire alto sintiendo este intenso cariño que se desbordaba por esta mujer tan rápido y descontrolado que me asustaba que no fuera igual para ella, no mentiría me sentía inseguro solo de pensar que era el remplazo de Matt… sin poder aguantarlo me levante de la cama y me vestí, prefería encontrar la amenaza que nos asechaba para protegerla que seguir pensando el poco tiempo que me quedaba a su lado, bese su frente y me aleje en oscuridad de la noche.Tome el número entre mis manos mientras
—¿Paul… que te pasa? Porque me dices esto. —Inquirí mirándole con preocupación.—Solo prométemelo, para el futuro… —entonces entendí por sus contundentes palabras, que el dolor de su perdida lo vivía como si fuera aquel día tan trágico, entonces asentí.—Perdón, no quería preocuparte… luego te lo contaré todo, pero ahora estoy seguro de que quieres que esta fiesta salga a delante, por el pueblo —alce mi mirada para verle, y tomando su rostro en mis manos y le mire sería.—Paul confió tanto en ti, que podría dejar mi vida en tus manos… —sonrió y beso mi frente.—Aún tienes un beso que darme, cuando la gala termine quiero todo de ti… —se acercó a mis labios y murmuro.—Lo tienes ya todo de mí, Ángela… —le miré con intensidad y su mirada repaso mis labios, entrado los dos en una nebulosa de deseo embriagador que queríamos cortar.—Lo único bueno de contenerme, es que cuando sucumba a ti, voy a desmenuzar el momento hasta saciarme entero —mi corazón latió con rapidez deseosa, solamente el
La gala parecía trascurrir con normalidad, y el ambiente parecía tranquilo, bebí de mi copa de champán mientras miraba la hora de mi reloj, y si le había pasado algo a Paul, me prometió que volvería. Ya había negociado con todos y cada uno de los alcaldes y no podía dejar de preocuparme por él, se veía tan nervioso.—Linda velada… —sorprendida me giré reconociendo esa voz, Matt se acercó a la barandilla observando las vistas.—Yo diría extraña. —Se giró hacia mí con curiosidad.—No entiendo por qué, al parecer, todo salió bien, pensé que las personas del pueblo serían más reticentes al ver que estamos colaborando, pero Galaxy me contó que fueron muy amables las familias granjeras, de hecho, los que parecían ser más fríos los invitaron a un plato en su mesa. —Sonreí levemente satisfecha.—Hasta, Galaxy estaba más silenciosa, no tenía ninguna queja —dijo con diversión, pero mi expresión se entristeció.—Supongo que es normal, que no confié, más que ella sabrá el sufrido de lo que es per
Soltó un fuerte gruñido que me hizo retroceder un paso atrás, me mantuve firme por el fuerte temple de Sefire que me impedía huir asustada, pero sabía perfectamente que no había manera de enfrentarnos a esta cosa, tenía que sacar a todos los civiles de aquí, miles de pensamientos me vinieron a la mente quedándome inerte en mi lugar.—¡Ángela, te dará tiempo para que saques a todos de aquí!—¿Qué? —al girarme un lobo negro gigante salto sobre mí, propinándole una fuerte mordida en el cuello aquella cosa bestia que se agitó gritando. Sin perder tiempo corrí hasta el primer piso esquivando los vidrios y los escombros, de repente una mesa voló a mi dirección provocando que me lanzara al suelo, esta agilidad no era mía… Sefire me estaba ayudando. Me levanté con rapidez y corrí hacia la esposa del alcalde, de reojo vi a Galaxy mirando como Matt luchaba con esa cosa.—¡Galaxy, ayúdame a sacarlos, Matt nos está dando tiempo antes de que esa cosa nos vea de nuevo! —me miro con dureza y parecía
Cuando salí de la mansión protegida con una manta térmica de los sanitarios, una marabunta de periodistas e importantes gestores de la prensa de Hackett se acercaron hacia mí con sus micrófonos, avasallándome a fotografías mientras Gaspar y los hombres de seguridad intentaban apartarlos de mí.—¡alcaldesa! ¡Por aquí, alcaldesa! ¿Es verdad que la mansión fue víctima de otro atentado por parte de los salvajes? Salvajes.—No, los Jokhnar no han tenido que ver con este ataque y tampoco con el anterior atentado. Mi secretario Paúl dará una entrevista muy pronto sobre ese caso, así que lo mejor es no desinformar a la ciudadanía con chismes sin fundamento.—¡Alcaldesa! ¡Alcaldesa! ¿Entonces quién ataco las inmediaciones de la alcaldesa? Hay ya un culpable.—Después de una exhaustiva investigación, mi equipo de seguridad determino que todo fue una explosión en la sala de calderas, parte del sótano y el primer piso de arriba resultaron afectados, hiriendo a varios invitados, pero por suerte no
Sentí un fuerte choque eléctrico que me levanto de la cama, respire agitado como si volviera a la vida, al alzar la mirada, la expresión de reproche de la gran sabia me recordaba mis malas acciones, aparte la vista y ella propinó.—No le advertí de las consecuencias de dejar salir esa bestia. —Me levanté de la cama en silencio, vistiéndome mientras veía la marca del sello en mi pecho arder, solté un suspiro y la gran sabia propino enojada lavando sus manos llenas de sangre.—Esa cosa quería hacer daño a Ángela, simplemente perdí el control… fue inevitable.—Pero no se da cuenta de que cada vez que pierde el control, esa bestia consume su alma como consumió la de su lobo —aquellas palabras apretujaron mi pecho recordando a Beliat, ¿no lo volvería a ver? Aparte esos aquel punzante dolor que solo me provocaba hundirme en la tristeza.—Ha podido hablar con su luna, le ha expuesto en el peligro que esta, tal vez a si razoné en la grave situación que esta —alzo un espejo frente a mí dejándo
—¿Desde cuándo a estado exhumado el cadáver de mi abuelo?—Por lo que le explico el técnico de la morgue de la familia Hakett al señor Gaspar, el cuerpo fue exhumado hace dos meses. —Suspire con fuerza negando, parecía toda una pesadilla de la que no podía escapar, quien estaba haciendo eso… ¿Me daba un escalofrío de solo pensarlo? Frente a Paul me mostré fuerte para no preocuparle más y poner sobre sus hombros un peso, que él no tenía por qué cargar. Nos adentramos por un camino de tierra rodeados por el profundo bosque, jamás había venido al cementerio familia, habíamos hecho la ceremonia de funeraria como protocolo, pero no vine a la cripta, la muerte en ese tiempo me ponía ansiosa.—Señorita alcaldesa, ya llegamos —Salí de mi mente y vi por la ventana la cripta de piedra enterrada por la naturaleza, la roca de la que estaba compuesta la cripta se estaba empezado a derruir por la exposición, de alguna manera parecían ruinas de una antigua época. Afuera vi a Gaspar hablando con un h
—Estoy empezando a cansarme de que me vean de manera tan débil…—tomé la muñeca de Galaxy que sostenía con fuerza, enfrente su mirada sintiendo como me ardía la sangre con gran impulso por dejar salir a Sefire que gruñía ávida, me había sentido desamparada cuando ese monstruo me ataco, y estaba cansada de sentirme desvalida. Galaxy esbozó una sonrisa e increpo sin apartar la de ojos carmesí sobre mí.—¿Ya no vas a hacer de mosquita muerta? Por fin me mirarás a la cara actuando acorde a la situación. Esa faceta moralista de niña buena y pacifista es tan insoportable, y más si eres una asesina.—¡Acaso crees que volverá de la tumba por matarme!—¡Te mataré y lo probaremos! —Sefire gruño cuando escucho aquellas palabras lista para saltar a su cuello, cuando...—¡Basta ya, Galaxy! —propino Matt y pareció que su voz bérbero en sus oídos provocando que sus ojos, que ya eran casi como la sangre, volvieran al negro común, me soltó de su agarre cuando escuche a Gaspar.—¿Qué hacen en esta zona