Soy un Monstruo

TANQUE


Hago que la tapa de la botella de cerveza que estoy bebiendo choque contra la barra, haciendo que salga volando hacia arriba y que un poco de cerveza salpique en el piso, Mi furia está a niveles altos. Es mi quinta cerveza y aun me siento furioso y frustrado. Quizás debería fumar un poco de hierba o tal vez si me elevo un poco me calme, o llamar una puta del club para sacarme las frustraciones fallándola. Doblo mis nudillos doloridos y los miro, hay sangre seca salpicada en mi piel, esta se ve agrietada. Aunque no estoy seguro de quién es la sangre. Podría ser mía, podría ser de Doff. Lo pensara dos veces antes de ponerse impertinente conmigo otra vez. Le dije que estábamos cambiando de compradores y que ya no quería su m****a rodando por mi club, su droga ya no es tan buena como antes y no quiero m****a falsificada ensuciando mi territorio, él decidió en ese momento cultivar un par de pelotas faltándome al respecto. Nosotros hemos utilizado su producto durante los últimos cinco años, pero cuando su producto dejó de ser bueno fue momento de cambiar. Tuve algunos compradores cabreados como la m****a por la falta de calidad de su yerba.

— M****a, m****a. Hombre, ¿escuchaste eso? —. La puerta del club se abre de un portazo.

Miró por encima de mi hombro, Selence entra con los ojos abiertos de par en par. Es mi primo y recibió su apodo porque cuando mata, es tan silencioso como una pantera, Toda su persona me recuerda a un felino. es un imbécil, solo quiere la atención de una perra en sus términos, y folla como si fuera a pasar de moda. Todos me llaman Tanque por mi complexión robusta, mi altura, soy más grande que la mayoría de mis hombres. Soy bastante intimidante, cualquiera que toma un vistazo en mi dirección sabe que no puedo jugar conmigo. Mi verdadero nombre es Tainxer, pero de niño, mi hermano pequeño no podía decirlo, por lo que balbuceaba Tanquer. Todos comenzaron a llamarme así, y nunca me opuse. El nombre se quedó, todos me conocen por Tanque, y solo unos pocos a exención de Selene sabe mi verdadero nombre.

Selence es hijo de la difunta hermana de mi padre, esta murió hace años dejándolo solo y al cuidado de mi viejo quien lo acogió y lo crío como si fuera suyo, del padre de Selence no se sabe una m****a, el hijo de puta se fue en cuanto supo que su madre estaba embarazada, algunos dicen que se metió en problemas y murió, otros que está por ahí jodiendo más vidas. Selence no se preocupa de si algún día ese pedazo de m****a llega a su puerta dice que dejó de importarle hace mucho.

— Nos traicionaron, hombre. Ellos tomaron uno de nuestros contenedores. Por suerte, era uno que acabamos de vaciar. — niego con la cabeza. — Este es el segundo maldito miembro que es delatado esta semana. — golpeando la botella contra el mostrador, me pasó las manos por el pelo, cabreado. ¿Qué pasó con la lealtad, la hermandad? Los pensamientos de traición proliferan, mis manos duelen queriendo estrangular a alguien en represalia.

— Monster siendo encerrado nos puso en la mira a todos— arqueo una ceja, mi corazón se acelera con su comentario. A Monster lo arrestaron transportando drogas, y fue un efecto dominó. Cada vez que me doy vuelta, están arrestando a otro miembro del club. Es solo cuestión de tiempo antes de que todo este puto club se venga abajo.

Dentro de poco los demás comenzaran a pensar lo que yo estoy pensando, que Monster habló con la policía y rompió una regla MUY importante. El simple hecho de pensarlo hace que mi sangre bombee con urgencia, que quiera ser violento. Quiero creer que uno de mis hombres nunca cometería semejante acto de debilidad, que soy una m****a por siquiera pensarlo. Sin embargo, es lo único que tiene sentido. Monster es un puto soplón y debe pagar el precio.

Después de todo, ese es el precio que pagas cuando te ganas la vida como un RIDERS (jinete). Nosotros hacemos las leyes, somos los jueces, y dictamos la sentencia.

— Eres el vicepresidente, Tanque, tienes que resolver esta m****a. Debemos hacer algo al respecto —. El extiende las manos a cada lado para mostrarse. Es grande, alto y muy musculoso; me recuerda a un hijo de puta con el aspecto de tarzán. Tiene tatuajes en todo su cuerpo y en la cara tiene el Az de pica este es uno de los cuatro naipes encontrados en la baraja francesas, él dice que esa carta le ha dado mucha suerte y por ello se la tatuó en la cara, para recordar que siempre será un hijo de puta con suerte.

Mi teléfono suena, captando mi atención. Es Mónica. La folle hace dos noches. Hago una mueca de disgusto. Corta la llamada y me mandó directo al buzón de voz, Mónica es una maldita sanguijuela no ha dejado de llamarme después que la folle. Piensa que la tomaré como mi OLD LADY, pero se equivoca ese puesto solo la tiene una.

— Todavía esa zorra sigue jodiendo tu culo, ¿verdad? —. Selence agarra mi cerveza, y toma un trago. Con el ceño fruncido miro en su dirección.

— Esto es una m****a, Selence. Monster me enseñó todo lo que se. —. Él es el presidente de este club, se hizo cargo cuando mataron a mi viejo, fue quien nos enseñó todo lo que sabemos. El, Selence y yo crecimos prácticamente juntos, aunque él nos lleve 20 años de diferencia fue como un padre para nosotros, cuando el mío lo mató otro club rival. Haciendo con ello que yo sea el próximo presidente de este club, pero es cargo lo obtuvo Monster, ya que yo no estaba listo para ser la cabeza de este club.

— Odio decirlo, primo, pero él es quien está hablando —. susurra Selence, armándose un porro. No hay nadie aquí, estamos solos en la barra del club sentados.

— Se que tienes razón, pero él fue como nuestro padre después de la muerte de mi viejo, él es el presidente de los RIDERS. Él mata a los soplones. —. golpeo mi puño sobre la mesa, haciendo que Selence tenga que empezar de nuevo a armar su porro.—. Al menos pensaba que lo hacía — digo.

— ¿De qué otro modo explicas que todo se venga abajo tan rápidamente, Todo indica que quien está hablando es el., aunque duela admitirlo, pero no hay otro, —, dice un poco con tristeza, Selence al no tener a su padre se aferró al mío y luego de su muerte a Monster.

─ No sé. ─ Respondo.

—Justamente. No hay otra manera. —Me recuerdo en el asiento, haciendo rebotar mi pie con ansiedad.

— ¿Quieres un poco? — Selence da una putada profunda, gesticulando hacia mí. Tomo el cigarro de hierba y le doy una fuerte pitada, esperando que el aroma terreno deshaga mi ataque de furia. Mis dedos se retuercen, ansiando estar detrás de un gatillo. Frotándome los nudillos en los jeans, limpio la sangre de antes y suelto un bufido.

Mi cabeza late, mis nudillos duelen de tanto apretarlos.

M****a. Sí es Monster tendré que matarlo. Maldición. Me levanto, necesitando moverme. La adrenalina y la irá corren por mis extremidades, y el hecho de que esté sentado aquí sin liberar mi furia me tiene a punto de entrar en combustión.

— Estás jodido. Tanque. —un hombre borracho entra tambaleándose al club. Un simpatizante común y corriente, alguien que seguía a Monster como un perrito perdido. Marchando hacia él con pasos furiosos, lo agarro de la camisa y lo acerco de un tirón a poca distancia de mi cara.

—¿Qué dijiste? — suelto a través de los dientes apretados.

— Me oíste bien. Este club se va a ir a la m****a sin tu padre por aquí, hijo. Y ahora con Monster preso es solo cuestión de tiempo para que ustedes se jodan. — pronuncia mal. No lo dejo pasar y estrelló mi puño en su cara hasta que la fuerza de mi golpe lo hace caer al suelo y me pongo a horcajadas sobre él. Agarrando su camiseta, lo golpeo con el puño en la cara una y otra vez.

— Eres un maldito hombre muerto. — él parpadea rápidamente, y lo golpeó con la bota en la cara.

— ¡Tanque! — Selence me agarra de los brazos, pero antes de que logre alejarme, le doy un pisotón en la cara.— ¡Mierda, hermano, contrólate!.— Selence me empuja.—Jesús, hombre.— Selence se da la vuelta, entrelazando sus dedos detrás de la cabeza mientras mira al hombre inconsciente en el piso. Me vuelvo, tratando de calmarme, cuando veo mi reflejo en el espejo. Mi cabello oscuro está completamente despeinado, mi barba necesita un afeitado, y mi pecho está jadeando de la rabia. — ¿Te sientes mejor?— me pregunta Selence con calma. —¿Qué vas a hacer? — pregunta, Selence algo preocupado.

Le mandé un regalo de mi parte a Monster a la cárcel.

Suena mi teléfono. Le sonrío, sabiendo que es Monster.

— ¿Hola? — Tos y jadeos suenan en el receptor. Se está muriendo mientras hablamos.

— ¿Cómo te sientes Monster? Suena como que te cuesta respirar. ¿Tal vez un poco mareado? ¿Posiblemente tienes temblores?,—. Me río entre dientes en el teléfono. Llegar a escuchar su último aliento, sabiendo que él es el que está tratando de acabar con la única familia que tengo siendo un traidor... Es jodidamente grandioso.

— ¿Qué... hiciste...? —, jadea en el teléfono.

— Lo que necesitaba hacer. Eres un maldito soplón, y esto es lo que sucede cuando traicionas a tu hermandad. Esto es lo que me enseñaste, lo que me entrenaste para hacer cuando alguien se convierte en un traidor. —, gruño.

—¡Noo...!— Un ataque de tos y gemidos interrumpen su respuesta. Intenta pedir auxilio. Suena doloroso y dichoso todo al mismo tiempo. Se escucha un golpe, como si Monster hubiese caído al suelo, y la comunicación se corta. Acabo de matar a mi segundo padre. Mi pecho arde. Arde tan intensamente que siento que mis costillas se constriñen al punto de que me encojo de dolor. Si no me conociera mejor, diría que mi corazón se rompió. Que está sangrando debido a cualquier emoción o decencia humana que podría haber estado dormida.

Soy oficialmente un monstruo. 

Un animal. 

Un psicópata. 

Un Riders Of Hades. 

Uno que mi padre crío. 

Y me iré al infierno por ello. 

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