Howard miró a su madre sin decir palabra alguna. Sus ojos tenían sentimientos encontrados.

"No te preocupes, mamá. Nunca dejaré que aquellos que nos hacen vivir una vida miserable se salgan con la suya". Había una expresión asesina en su rostro.

Fiona siguió comiendo sus manzanas y no se molestó en prestarle atención a Howard.

A veces, pensaba que quizás sería mejor para su madre estar en este estado. De esta forma, al menos no tendría por qué preocuparse por tantas cosas.

Después de que Howard visitó a su madre y salió del hospital psiquiátrico, recibió una llamada de su subordinado. "Joven Amo Howard, la señorita Sharon se ha desmayado".

"¿Se desmayó? ¿En serio?". Era como si ya hubiera previsto que ella se desmayaría.

"Sí, ahora está en una de las salas del hospital".

"Entendido. Iré allí ahora". Howard colgó la llamada y fue de inmediato en su coche al hospital.

Había estado esperando que llegara este día. La única forma de asustar a su tío cuando Sharon se desmayara y su e