No se sabía a quién había recordado repentinamente Eugene en su mente, pero una mirada sombría y misteriosa atravesó sus ojos por un momento al escuchar la pregunta. Él frunció los labios y sonrió superficialmente mientras decía: "Todo el mundo dice que soy el soltero más cotizado, ¿no te has enterado?".

Sharon lo miró sin parpadear, preguntándose cuánto de lo que decía era cierto.

Ella podía creer que él era un soltero cotizado, pero no creía que nunca antes hubiera salido con nadie.

"¿Tienes una amante secreta que no puedes revelar?", le dijo Sharon, de repente volviéndose entrometida y tratando de fisgonear.

La mirada en las pupilas de Eugene se volvió más fría, pero su expresión aún era firme. "¿Por qué no te vuelves tú mi amante secreta?". Después de decir eso, continuó descaradamente: "Ah, no, ya no sería secreto luego de esta noche".

"Si no quieres decírme, no me involucres en esto". Ella no necesitaba entrometerse en los asuntos privados del hombre.

Sharon se dio la vuelt