Sharon exhaló un suspiro de alivio. Afortunadamente, él no le estaba regalando esto, pero después de pensarlo desde otra perspectiva, ¿por qué este hombre estaba haciendo un espectáculo de algo tan insignificante?

“El vestido si es para ti porque te queda bien. No tienes que devolvérmelo". Igual sería inútil incluso si ella se lo devolviera, ya que él no lo usaría y tampoco tendría otra mujer a quien pudiera dárselo.

Sharon agitó la mano repetidamente y dijo: "No lo quiero". Ella no asistía con frecuencia a fiestas, entonces, ¿por qué querría el vestido?

“Tómalo como una recompensa por ser mi acompañante esta noche. Si no te gusta, véndelo".

¿Qué? ¿Venderlo? ¿Cómo se le ocurría eso?

El Bentley negro se detuvo frente al hotel de cinco estrellas. Sharon pudo ver por la ventanilla que muchos coches de lujo se dirigían hacia ellos y que los estacionamientos de la entrada ya estaban llenos de coches de lujo caros.

No pudo evitar preguntarse qué tipo de cena era esa. ¿Por qué asistía t