Simon y Sharon se miraron, uno de pie mientras la otra estaba sentada. No estaban lejos el uno del otro, pero el ambiente se sentía un poco sofocante.

El hombre la miró fijamente durante mucho tiempo. Sin que él se diera cuenta, su mirada se volvió más sombría.

A ojos de los demás, el dúo silencioso parecía estar enfrentándose o incluso poniéndose a prueba para ver si realmente podían separarse de una manera tan cruel.

Después de un rato, el hombre hizo un movimiento. Agarró el bolígrafo que le habían arrojado un momento atrás y firmó con su nombre los papeles del divorcio.

Sharon lo miró conmocionada. ¿De verdad acababa de firmar?

Simon firmó con su nombre y le pasó los papeles del divorcio. "Tu turno".

Ella miró fijamente los imponentes trazos de tinta del hombre con incredulidad. Él no vaciló, y ella no vio ninguna vacilación en él. Fue tan directo que parecía que él quería acabar con este matrimonio de inmediato para poder deshacerse de ella.

Ella sintió como si algo se afer