Te recordare
Te recordare
Por: Alexa bosquet
1

       

Capítulo 1

Ahora mismo no comprendo muchas cosas, pero sé que todo comenzó el día que mis padres lo trajeron a casa, yo tenía cinco años y no comprendía bien que estaba sucediendo , pero recuerdo que quede hipnotizada con el color de sus ojos.

Estoy segura de que eran los ojos más azules que vi en mi vida. No hablaba y mis padres le prestaban mucha atención, yo solo lo observaba. Su nombre era Cristian, sus padres eran los mejores amigos de mis padres; que por desgracia murieron en un accidente, así que según mis padres a partir de ahora es mi hermano. Cristian es dos años mayor que yo y era el niño más lindo que vi en mi vida, aunque él pasaba de mí yo lo admiraba mucho porque a pesar de todo lo que sucedió en su vida nunca lo vi llorar. Así pasó el tiempo, él recuperó su voz. Nuestros padres nos criaron como hermanos sin hacer diferencias ni distinciones y aun así aquí estoy yo como la tonta que soy enamorada de mi hermano.

– Ana reacciona por Dios – me dice Sofia, mi mejor amiga

– ¿Watt?

– que reacciones. Miras a Cristian de forma rara

 – ¿de forma rara?

– si. como si fuera un trozo de carne

– por Dios, solo tú podrías decir algo como eso

– es cierto, me da escalofrío verte

– dijo Sofí pasándose las manos por los brazos para corroborar su afirmación. Ambas comenzamos a reír como locas

– en serio, Ana si no lo disimula todos lo van a saber

– sabes algo Sofí, ojalá él lo supiera

– por Dios Ana, es tu hermano

– no lo es y nunca lo he considerado como tal

– está bien, pero no creo que sea el momento para decírselo. Aquí viene con su novia.

– no lo he hecho en doce años así que no va a ser ahora que lo haga Cada vez que lo veo con la imbécil de su novia me arde la sangre. Tan creída, pero me queda bien el papel de cuñada rebelde así que nadie me presta atención.

– Anita ya estás lista para ir a casa– me dijo la pendeja

– Cristián – le dije ignorándola

– dime Ana – me pide el calmado ese siempre es su trato hacia mí

– ¿y desde cuando tu perra habla?

– óyeme bien niña

– Cristian la detuvo 

– no Laura

– pero Cristián tu hermana no tiene límites

– ¡vez lo que digo, si habla tu perra¡

– ya basta Ana sube al auto y vamos a casa – intenta mediar en la discusión.

– gracias, Cristian, pero me voy caminando no vaya a tener garrapatas – y miré a su novia

– por favor, Ana - Lo ignoré y me fui con Sofí sé que es inmaduro, pero es mi defensa contra lo que siento por él. Siempre lo evito lo más que puedo, tengo miedo de decirle lo que siento si me descuido. En mis diecisiete años nunca he mirado a otro chico. Solo a Cristián y sus profundos ojos azules.

– te pasaste – me dijo Sofí, pero aun riéndose

– ¿con qué? – sabía a qué se refería, pero aun así me daba gracias preguntar

– ¿así que si su perra habla? – dice sin parar de reír

– ¿no parece una perra detrás de él todo el día? – Sofí hizo como si pensara

– la verdad es que si

– solo le dije la verdad

– estás loca

– gracias

– no fue un alago 

– lo sé

 Sofi y yo fuimos a casa en el atestado metro, la verdad casi me arrepentí de negarme a ir con Cristian. Digo casi por qué aún era mejor el metro que verlo con Laura. La casa de Sofí queda muy cerca de la mía así que vino conmigo a casa como siempre a comerse las galletas de mi mamá. Siempre va corriendo a la cocina.

– un día mi mamá te va a esconder las galletas – le advierto

– no lo creo, tu mamá me quiere mucho, dame jugo no seas tacaña

– tómalo, si total, crees que es tu casa

– ok – así lo hizo 

– ¡Ana ¡

– ¿dime qué pasa?

– ¿vas a ir a la casa de Rick?

– no lo sé

– dicen que va a ser una superfiesta – nada nuevo, las fiestas de él siempre lo son

– ¿tú crees? – sigo la conversación, aunque puedo adivinar su respuesta

– sí, además le gustas a Rick y él está muy sexi

– tu vez a todos sexis - rebato

– ¿es mentira? Él es un chico super sexi - insiste

– pues no, la verdad está muy bien 

– y tiene los ojos azules como Cristian

– ¿quién tiene los ojos como yo? – por supuesto tenia que aparecer en el peor de los momentos, Cristian escogió ese momento para entrar a la cocina a tomar agua y se nos quedó viendo.

– el chico que le gusta a Ana – le soltó Sofí de sopetón

– ¿y a Ana le gusta un chico? – pregunto Cristián sin mostrar demasiado interés.

– ¿no me puede gustar un chico? – es mi respuesta a su falta de interés le pregunté retándolo con la mirada

– la verdad creo que no tienes edad – sigue diciendo tonterías

 – tu novia tiene mi edad Cristian – le recuerdo

– no es lo mismo, Ana – eso me molesto mucho a pesar de que intento que no lo haga

– si claro ¿sabes qué? No es tu problema si me gusta un chico o me gustan veinte

– Sofí puedes dejarnos a solas por favor – habla una vez más con total calma

 – claro – se levantó y tomó sus galletas

– lo siento amiga - Y como toda una traidora se fue y me dejó con Cristian

  – ¿para qué echaste a mi amiga? – le pregunto

– mira Ana no sé cuál es tu problema, pero ya basta – comienza dejándome perdida en el hilo de la conversación

– no sé a qué te refieres – le digo con sinceridad

– toda la vida he tenido mucha paciencia contigo porque sé que te robe atención de tus padres, pero creo que ya es suficiente.

– no sé porque crees algo así, yo nunca lo pensé – se lo dije con toda la sinceridad del mundo y creo que él lo percibió porque me miró como desconcertado.

– entonces me puedes decir que es lo que sucede contigo - Se lo pude haber dicho en ese momento (Cristian te amo) pero no lo hice me dio miedo, en cambio solo le di una respuesta evasiva

– no quieres saberlo créeme – Ana, no puedes tratarme así ni tampoco tratar a Laura como te dé la gana –escucharlo defenderla me dio ganas de llorar

– de verdad voy a esforzarme por tratarla mejor así que detente – me esfuerzo por no demostrar cuanto me duele escucharlo

– y que no se repita lo de hoy, sabes que vienes conmigo a casa – utiliza su tono autoritario conmigo

– no te pases, no eres mi papá

– créeme lo sé – me responde

– ¿a qué te refieres? – le pregunto, no quiero leer mas de lo que dicen sus palabras, pero inevitablemente mi cerebro tiene esperanzas, unas que el rompe de inmediato

– solo bromeo, Ana. No sabes apreciar una broma.

 Solo dijo esto y se fue sin siquiera explicarme nada. Lo amo, pero también a veces lo odio. Su actitud superior me molesta 

                                                  

Alexa bosquet

Hola. Gracias por tomarte un tiempo para leer lo que escribo. Espero que también te tomes un tiempo para dejar tu comentario y decirme que te pareció.

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