–Tienes exactamente diez segundos para darme una buena razón por la que estás en el cuarto de mi hija si no quieres comenzar una nueva vida de celibato–.

La voz furiosa de Hades hace que abra los ojos. Joder que es la segunda vez que me atrapan durmiendo en este cuarto.

–¿Y bien?, te quedan cinco segundos–.

–No es lo que parece, anoche me la encontré en un bar y tuvimos una pelea por un culo dulce, así que quería hablar con ella–. Trato de explicar mientras me levanto y hago muecas de dolor.

Por el infierno que dormir en esa posición no es nada cómodo.

–Sigo sin entender por qué demonios pasaste la noche aquí–. Dice y sé que se está conteniendo de golpearme.

Esperen, ¿Acaso dijo toda la noche? ¿Es qué la Rusa no había regresado?

–Pues vine para que discutir el asunto pero