Marcos, tenía muchos días sin poder sacar una imagen de su cabeza, una de varias de su querida esposa, claro que las otras no eran tan sanas como la que lo había estado mortificando últimamente.

Desde que volvió a tener entre sus brazos, a la única persona que puede poner su mundo de cabeza, y claramente lo hizo desde que apareció, nada había podido ser igual, sus días se tornaban irritables y sin tener sentido. Saber que estaba viva, ¿Pero? ¿Por qué no lo recordaba? Era morir lentamente.

Hasta que, al fin, pudo tenerla nuevamente y someter a ese cuerpo a toda su lujuria que estaba contenida, al ser algunos años sin sentirla. Todo fue amor y pasión, hasta que vio un tatuaje en esa hermosa piel tersa y lechosa, sin control como estaba no le presto mucha atención, al quedarse dormidos rendidos de sus juegos pa