El resto de la tarde fue bien, trabajé mucho aquel día, pues tenía que ponerme al día después del fin de semana, ordenar la información del nuevo trato que teníamos con el señor Davis, preparar la reunión de accionistas del día siguiente, y un largo etc aburrido.
Cuando terminé me marché a casa, sin tan siquiera despedirme de mi jefe, pues aún me sentía algo incómoda después de nuestra última reunión bastante subidita de tono. Si aquello continuaba así caería en sus fauces, y eso no era lo mejor en aquel momento, pues a pesar de todo el seguía siendo mi jefe y yo su secretaria.
Llegué a casa, mi madre aún no había llegado, así que cené algo ligero (una ensalada) y me fui a la ducha, necesitaba relajarme con mis sales de baño, aceites y demás, mientras el agua cal
Llegué al trabajo antes de la hora, y me dediqué a ordenar aquel caos que habían dejado en la mañana sobre mi escritorio: un revoltijo de papeles que había que presentar en la reunión de las siete, y tan sólo disponía de un par de horas para tenerlo todo listo.Dejé el abrigo y el bolso sobre la percha y comencé con aquella ardua tarea. No iba ni por la mitad cuando mi jefe llegó al despacho, me saludó con la cabeza y entró en su oficina, sin tan sólo darme las buenas tardes.Me levanté de golpe y llamé a su puerta, para luego entrar y verle dejar su chaqueta sobre el respaldar de su silla, me miró con detenimiento mientras se desabotonaba las mangas de la camisa y se las arremangaba.Tendrá la documentación de la reunión dentro de un rato – le comunicaba – acaban de traerla y está toda
CAPÍTULO 15No volví a entrar en su despacho, una parte de mí estaba aterrada por lo que mi otra parte quería que él me hiciese, por lo que dejaría que me hiciese, así que tenía que evitarlo, tenía que evitar la tentación.Cuando llegué a casa la comida estaba sobre la mesa, y podía escuchar a mi madre reírse mientras hablaba por teléfono con una de sus amigas del baile.Cené aquel revuelto de patatas con jamón, con calma, y luego recogí la cocina, mientras mi madre colgaba el teléfono y llegaba hasta la cocina.Voy a salir un rato – me informó – los chicos quieren salir a celebrar que hemos entrado en el concurso del barrio y …¿en serio? – Pregunté hacia ella – eso es estupendo – la animé – se la ilusión que te hací
Al día siguiente me levanté con el tiempo justo de comer, arreglarme e ir a trabajar, aún me sentía demasiado confundida por lo que había deseado que él me hiciese. Por haber pensado en la sola posibilidad de acostarme con él.Aquella tarde, trabajaba con calma, en mi escritorio, tenía mucha información que mandar a recursos humanos, sobre el error que habían cometido, y no paré en toda la tarde.Alicia – me llamó él tan pronto como hube cogido el teléfono que estaba sonando – ven a mi despacho, por favor.Me levanté con desgana y entré en el despacho, con muy pocas ganas de enfrentarme a él. Mi jefe estaba esperándome, de pie, frente a la puerta.Cierra la puerta – me ordenó, para luego observar cómo le obedecía – lamento muchísimo l
No dejé de bailar en toda la noche, intentando ignorar aquella preocupación que pasaba por mi mente, sobre él, su prometida y yo. No quería encontrarme en aquella situación, en aquel extraño trío.Salí del taxi y me despedí de los chicos, admirando como estos se despedían de mí con voz borrachina. Cerré la puerta y miré hacia ellos, despidiéndolos con la mano, mientras el taxi se alejaba.Caminé hacia casa con dificultad, estaba bastante borracha. Saqué las llaves de casa, abrí la puerta y entré en el portal.Esperé largo y tendido a que llegase el ascensor, que se encontraba en la última planta, y largo y tendido a que me llevase a mi planta.Entré en casa, dejé los tacones y el abrigo sobre el sillón del salón, caminé hacia mi habitaci&oacu
Bajaba en el ascensor, bastante alterada por lo que había pasado en su despacho. Aquello se estaba descontrolando demasiado, si las cosas seguían así terminaría fallando a mis principios, y me acostaría con él. Eso no era correcto, no podía involucrarme con un hombre a punto de casarse. Pero no podía dejar de pensar en él, en sus manos aferrándose a mis nalgas. --- Aquella noche fue mucho más intensa que las anteriores, pues cuando me toqué, justo después de darme una ducha, no podía dejar de recordar en aquel beso, en sus gemidos sobre mi boca, imaginar que aún estaba allí en aquel despacho, junto a él, y que era tomada en sus brazos mientras él me acariciaba despacio, y me hacía morir de placer en sus brazos, me hacía estremecer con cada caricia, con cada beso, con cada… Me enervé de la cama, de un salto, dejando de darme placer, dándome cuenta de que aquello se estaba descontrolando, no podía dejar que aquello continuase por aquel ca
CAPÍTULO 19 Pasé el resto del día en casa, de relax, viendo la tele con mi madre, y al final de la tarde, a eso de las nueve, Isaac me avisó de que saldríamos a tomar unas copas. Así que tras prometerle a mi madre que volvería a casa pronto, preparar la cena, cenar, ducharme y prepararme… que tengo que admitir que estaba preciosa aquella noche. Con aquel vestido que me había comprado en Phoenix, me encantaba aquel vestido. Isaac estaba fuera de mi casa, esperándome en su moto, así que me monté con cuidado, pues no quería estropear el vestido y me agarré a él. Cuando llegamos al bar, mis cabellos estaban un poco despeinados, pero aun así no me quedaba mal aquel look roquero. Beca nos estaba esperando en una de las mesas. Me senté y agradecí que la música no estuviese muy alta, así pude poner al día a mis compañeros sobre que me quedaba como secretaria del señor Duarte. Eran muchas horas, y sinceramente, cobraba más o me
Cuando desperté al día siguiente me sentía echa una mierda, y agradecí muchísimo que fuese mi día libre, pues no tenía fuerzas de enfrentarme al trabajo después de lo que había pasado entre nosotros la noche anterior.¿por qué no podía ser como esas mujeres a las que le importaba una mierda romper una relación? ¿por qué no podía aferrarme a él y ser feliz? No podía, no dejaba de pensar en su novia, en Amara, en lo mucho que se querían, pues pronto se casarían, y uno no se casa con cualquiera.Siempre he pensado que el matrimonio es algo tan importante para una pareja que se ama, que se respeta, que están preparados para dar un paso más, que saben que no podrán vivir el uno sin el otro, y la culminación de una relación es el matrimonio y formar una familia juntos.Creo que mi f
Cuando llegué a la oficina, después del fin de semana, él ya estaba allí, pero ni siquiera entré a saludarle como solía hacer cada tarde. Me preparé para recoger mis cosas y en cuanto llegó la nueva secretaria me dispuse a enseñarle todo lo que sabía, pues quería que fuese tan eficaz como lo era yo. Sobre todo, tienes que recordar que él odia ser molestado en las reuniones, si quieres preguntarle algo llámale a su línea – le indicaba mientras señalaba su extensión en el teléfono – y si tienes alguna duda siempre puedes llamarme a mí, estaré en la extensión 9. Muchas gracias por la oportunidad – aseguraba la chica rubia, era demasiado joven, y no tenía experiencia, pero me había asegurado que había hecho las prácticas en una revista y que sabía bastante sobre aquel tema de la publicidad. Siempre debes llamarle por su apellido – le aconsejaba – odia que le llamen por su nombre, no cambies la formalidad a no ser que él lo haga.