Rosse Smith.
La mamá de Justin mira a su hijo lleno de sangre y con un poco de dificultad pars respirar—¡Hay que llevarlo al hospital rápido!—dijo con nervisismo.
El papá de Justin enciende el auto y arranca a toda velocidad al hospital, miro a mi amigo que está casi inconsciente de lo que está pasando, para luego mirar a Emily.
Emily me da una sonrisa de boca cerrada—Todo estará, bien. No te preocupes.
El señor Rogers me mira por el retrovisor—Sí, Rosse, esto no es tu culpa. El lado protector e impulsivo de Justin, lo llevan hacer éstas cosas—La señora Rogers lo mira mal y él continúa—No me mires así, Camille. Justin tiene que aprender a controlar sus impulsos, tampoco jusfico a Andrew, los dos tienen que aprender a resolver sus cosas como hombres civilizados que son.
—Tio... Pero..
El señor Rogers interrumpe a Zack—Pero nada Zack, se que ustedes tienen sus problemas, y es mejor que lo arreglen.
Zack voltea los ojos y sigue miran
Rosse Smith.Solo miro sin que él se de cuenta, y es todo un dios, es como esa oreo bañada en chocolate blanco, y es que el condenado está como Dios manda, su cabello caía por su frente y se pegaba a ella, su camisa blanca que se adhería a su cuerpo dejando notar su perfecto abdomen, y su pantalón ajustado por la humedad hacia que su… Que su...Andrew arquea una de sus cejas—¿Me estás violando en tu mente?—Preguntó con esa sonrisa de arrogante en sus labios.¡Aborten, aborten, aborten!Bufo—No ¿Por qué haría eso?Él se levanta del borde de la piscina—Porque eres mi novia, y no fuiste la única que lo hizo.Su novia…Se escucha tan lindo cuando lo dice.Me sonrojo y me levanto tambien para seguir mirándolo descaradamente, lo que hace que Andrew me tome de la cintura y me pegue su cuerpo—¿Quieres bailar?—preguntó dejando un dulce beso en mis labios.¡Mi-er-da!Yo no sé bailar.—No sé hacerlo —dije con al
Andrew Collins.En patio trasero de la casa de Justin, donde estaba la piscina, pues, yo me encuentro dentro de ella, el tarado de mi amigo y Emily, me empujaron al igual que Rosse, al parecer mi amigo y Emily les pareció divertido hacerlo, por suerte había dejado mi teléfono en la habitación de Justin, porque sino sería una de las tantas peleas que él y yo hemos tenido, y sería la tercera o la cuarta pelea. ¿Cuantas llevamos? ¿Tres, cuatro? Ya ni sé, pero quiero llevar la fiesta en paz. Justin se lució ayudándome con la propuesta, aún pienso que ha sido muy rápido, pero no niego que me alegró que dijera que sí.Salgo de el fondo de la piscina, y paso mis manos por mi rostro y mi cabello para quitar el exceso de agua, noto que Rosse no deja de mirarme, se lo que está pensado o imaginado, ya que mi ropa se ajusta a mi cuerpo, haciendo parecer una segunda piel por la humedad, lo que me hace reír porque no deja de mirarme.Arqueo una ceja y sonrío con arrog
Rosse Smith.Cuando subo al auto Emily y Justin detallan lo poco arreglada que estoy, me siento incómoda al sentir sus miradas pero la risa que suelta Justin hace que Emily y yo nos echemos a reír.—A ver...—Justin trata de contener la risa—No me digas que dejaste a Andrew...No respondo, solo me ruborizo y río mentalmente al recordar lo sucedido con Andrew, me sentía un poco mal por haberlo dejado así, pero tenía que dejarle en claro que a mi nadie me domina. Pero lo que más me gustó fue verle la expresión a la piernas de flamenco que dejé a su jefecito todo erecto. Como me viene ese pensamiento, también me viene el de mi familia, tengo miedo por mi madre, por mi padre y por mí, de los que nos puedan hacer sí de verdad es una amenaza.Salgo de mis padres pensamientos y me enderezo, meto las manos en los bolsillos de mi chaqueta y allí estaban las galletas oreos, no se las entregué, las destapo poco a poco sin que mis amigos se de cuenta, Justin te
Andrew Collins.A lo mejor piensen que estar de la forma que estoy, no está bien, ya que solo me dejó caliente, pero para mí es una experiencia completamente diferente, ustedes ya se sabrán controlar, pero yo no, yo siempre era el que dejaba así a las chicas, no ellas a mí, pero no voy que la ira se apodere de mí. Me levanto de mi silla y cierro la botella para botarla en el cesto de la basura que había en mí oficina, la botella aún tenía un poco de güisqui, pero mientras bebía pensaba que por más que yo debiera, no me iba a sentir lleno, en el sentido de que muchos ingieren alcohol para llenar un vacío o sentirse bien con ellos, cuando es todo lo contrario, el alcohol te lleva a cometer muchos errores sino lo controlas y te envuelve en un mundo de mentira.Nunca es bueno abusar, por eso no tomaré más por un buen tiempo, no soy de beber mucho pero en estas ocasiones sí he bebido seguidamente, ya sea por por ido a bares o en mi casa por las noche. A
Andrew Collins.Nunca había estado tan aburrida como la que estoy en este preciso momento, no me separo ni un instante de Justin, ya que él conoce a todos y yo no, a medida que iban pasando las horas, traté de buscar a Rosse con la mirada pero no la encontraba, y no me puedo molestar, porque espero a que ella esté comoda para hablarme.Se acerca un grupo de personas, habían dos chicas y tres chicos. Las chicas trataban a Justin muy cariñoso, y eran muy coquetas con él, y por lo que veo a Emily no le agrada nada, decido presentarme para quitar las miradas de Justin, estrecho mi mano para presentarme, y surgió la conversación de los trabajos de pequeños negocios comparado con mi puesto en la compañía familiar, Justin no pierde el tiempo para hablar del club de mi padre.Tomo un sorbo de mi vino para hablar—La mayoría de sus padres están aquí¿Verdad?—todos asienten y continúo hablando—Me he dado cuenta de que estas personas no son cualquier tipo de personas
Rosse Smith.No me atrevo a levantar la mirada, no pienso hacerlo, me siento congelada, mis manos sudan y comienzo a sudar frío, escuchaba como se presentaron, pero de repente mi madre me toma del brazo y me levanta para llevarme a un lugar apartado de la mesa.—¿Que hacen ellos aquí?—musitó mamá muy furiosa—¿Que fue lo que te dijo la zorra de Emily?Volteo los ojos y me cruzo de brazos para mirar a otra parte que no sea a mi madre, lo peor es que me tengo que callar porque no puedo armar un escándalo enfrete de estas personas, pero si mi poca paciencia se agota, lo haré.Mi madre me toma de de rostro con fuerza para mirarla pero no lo hago—¡Mirame!—hago caso y ella sigue hablando—¿Ese es el chico con el que hablabas?¿Por el que te fuiste a la isla?—¡JAA! Entonces sí fuiste tú, ¿No? Tú eras la que me leías los mensajes—le quito la mano—Te desconozco, como es que de la noche a la mañana te volviste tan ambiciosa cuando papá siempre te d
Seis meses después.Aún tengo pesadillas de todo el accidente, aún no supero su muerte, una parte de mí se siente culpable, pero tengo que vivir con eso. Paso la mano por mi cabello al verme al espejo, Emily sale de un cubículo del baño vestida de blanco.—Emily, ¿Estas segura de lo que harás?—pregunto mientras le coloco el pequeño velo.—Por supuesto, Justin es el único al que he amado-aseguró.Sonrío—Te ves hermosa.—Gracias—me da un beso en la mejilla.—Bien, iré a ver a Justin—Salgo del baño de chicas del museo de la ciudad y miro si hay muros en la costa para entrar en el baño de hombres.Entro al baño de hombres y estaba Justin acomodando su saco, él me mira y sonríe—Estoy guapo—Afirmó mientras se miraba en el espejo.Rodeo los ojos y sonrío_Pues no lo niego, ¿Quien será tu testigo?—Pablo. Siento que al verlo a él, veo a Drew...—sonríe triste.Un nudo en mi estómago se forma, no se nada de la familia de An
Andrew Collins.¿Saben lo que es estar frustrado? ¿Sí?... Bueno así es como me siento en este preciso momento viendo la partitura que el profesor me entrego, tomo y miro la partidura, y más confundido no puedo estar.¿Adivinen quien está en clases de piano?Sí, adivinaron, soy yo. Después de ver lo bien que a mi hermano le va en sus clases de idiomas, decidí tomar clases de piano, es una forma muy buena para distraer mi mente, siempre me llamó la atención la música, pero no como los típicos chicos que solo tocan guitarra y quieren ser todo unos roqueros, en mi caso prefiero escuchar el sonido calmante de una pieza clásica, de esas que sientes que te conectas con cada nota y acorde, donde solo sientes desaparecer estando inmerso de la melodía.Andrew, ¿Estudiaste las partituras que te di la clase pasada?—preguntó mi profesora. Una señora de mas o menos cincuenta años de eda