Chris sentía una opresión en el pecho difícil de describir. Era su culpa, todo era su culpa, tenía enemigos que obviamente estaban dispuestos a todo y ese mismo día había terminado de arruinar a sus hermanos así que ningún ataque le sorprendía. Se había rodeado de guardaespaldas, pero no se había da
Chris no pudo contener la emoción ni las lágrimas que caían por sus mejillas mientras abrazaba a Mala con todas sus fuerzas, hasta que los doctores lo obligaron a apartarse para revisarla mejor. Minutos angustiosos en los que intentaban determinar qué tan bien estaba. Por fin el médico se giró haci
Chris estaba arrodillado en el espacio entre el baño y su habitación, con la mente llena de pensamientos turbios y aquel frasco en la mano, el mismo frasco que había caído de la ropa de Mala y rodado por el suelo frente a él. La etiqueta que tenía pegada le había dado un vuelco al corazón. "Tetrod
Su rostro estaba descompuesto por el dolor, pero hablaba con seguridad. —Los cinco minutos que supuestamente son los que se pierde de las cámaras para ir al baño... ese es el tiempo que pudo usar para poner el veneno en la copa —le dijo a Kainn, metiendo la mano en su bolsillo y sacando el frasco c
No había tensión solo terror. Chris sostenía un arma en su mano mientras abrazaba a Mala, que tenía los ojos muy abiertos y repentinamente brillantes por las lágrimas. Él apuntaba directamente a su barbilla y no había que ser demasiado inteligente para saber que había descubierto algo de la verdad o
—Entonces tú y yo... lo que pasó en Serbia... todo es mentira. Mala negó con desesperación. —No, eso no es mentira, ¡tú y yo es lo único que no es mentira! ¡Eso no...! Las manos de Chris se cerraron sobre el sujetador de libros y lo lanzó contra la vitrina que había detrás de Mala con un gesto de
Chris apretó los dientes mientras aquellas palabras se clavaban en lo más profundo de su conciencia. Esperó a que aquel taxi se fuera y se dirigió al despacho con paso firme. Su plan estaba en marcha y el objetivo era descubrir qué había detrás de toda aquella conspiración para asesinarlo. Abrió la
Mala se tambaleó fuera de aquella mansión. Parecía como si el suelo la llamara. En la cartera sentía el peso del arma y en el corazón el peso de todo lo demás. Su cerebro estaba en piloto automático, como se había puesto muchas otras veces mientras tenía que enfrentar los peores momentos de su vida