Mala abrió los ojos al escuchar a aquel hombre hablándole así a Chris, no se necesitaba demasiado para darse cuenta de que era su hermano, y por lo visto menor. Pero aunque ya había notado que no se llevaba precisamente bien con su familia, ni en sueños había imaginado que Christopher fuera un hijo
"Absolutamente toda mi herencia será para él". Aquella frase se quedó flotando en el aire como si se tratara de una sentencia de muerte, y no precisamente para el viejo Ferguson. Chris sintió que el cabello de su nuca se erizaba. —No puedo aceptar eso. O mejor dicho, no quiero aceptarlo —respondió
Al día siguiente estaban agotados pero tranquilos, y él dejó a uno de sus guardaespaldas cuidando de Jovana mientras llevaba a Mala a casa. —Baño, desayuno y a dormir, sin protestas —le ordenó dándole un posesivo beso en los labios. —¿No vienes? —Mala hizo un puchero. —En cinco minutos, necesito
"Nunca" Era una palabra demasiado fuerte, demasiado definitiva y sobre todo demasiado difícil de cumplir teniendo en cuenta que le había estado mintiendo a Chris desde el primer día que se habían conocido. No quería hacerlo, pero realmente no tenía otra opción. La semana que se había dado se convi
Chris caminaba lentamente hacia la iglesia, acompañado de Mala, que llevaba la mirada fija en el suelo frente a sus pies. A pesar del sol que brillaba con fuerza, el ambiente era sombrío y cargado de tristeza, al menos para los demás. Su padre acababa de fallecer y él debía asistir al funeral para d
Salió de allí con el alma en paz. Aquella no era su familia, lo habían despreciado desde que era un niño y su padre ni después de muerto tenía ni la más mínima gota de amabilidad para con él. —¿Sabes qué? No quiero ir a casa —sentenció él mientras subían a la camioneta—. Soy miembro de un Club de G
—¡Al hospital! ¡Ahora! —fue lo único que alcanzó a gritar antes de levantar a Mala en brazos y subirla a la camioneta. El vehículo quemó gomas sobre el pavimento y segundos después tomaba la carretera a toda velocidad. Chris iba en un estado de pánico, Mala estaba desmayada y no respondía, de vez e
—Por favor, doctor, tiene que salvarla —le suplicó—. Mala es una persona maravillosa y no merece morir así. Haga todo lo posible, se lo suplico. El médico asintió y estaba a punto de alejarse cuando pareció recordar algo importante. —Señor Moe —le dijo—. El envenenamiento por Tetrodotoxina suele s