Mala no hizo que se lo repitiera. La única forma de lidiar con aquella angustia era hacer algo, así que de inmediato se puso a recoger su maleta mientras Chris salía de la casa. Su corazón latía con fuerza mientras se preguntaba qué haría ahora que todo se había torcido. A pesar de que estaba en un
La muchacha sintió que el corazón le latía a mil por hora cuando se subió al avión privado, ocupando uno de los asientos del fondo. Chris la siguió pero no se sentó a su lado, en lugar de eso la hizo levantarse y la sentó sobre sus piernas y acariciando su cabello mientras ella ocultaba el rostro en
—¡Mala! ¡Mala! —Chris sintió un sudor frío bajando por su espalda cuando tuvo a la muchacha desmayada entre sus brazos—. Mala... —Tranquilo, señor, los desmayos del embarazo pasan rápido —le dijo uno de los oficiales con tono comprensivo—. No se asuste. Chris pasó saliva y trató de no parecer dema
Moe asintió poniéndose serio y el médico se dedicó a explicarle cómo podía hacer para ayudar a Mala a mejorar lo más pronto posible. Poco después el guardaespaldas volvió y el doctor le puso a Mala la primera de un largo ciclo de inyecciones que necesitaba. Después de eso se retiró y Chris respiró h
Mala abrió los ojos y se encontró con los brazos de Chris alrededor de su cuerpo. Si no hubiera tenido tanto dolor en su corazón y tantas dudas, incluso hubiera disfrutado... Se incorporó de golpe en la cama y se sostuvo la cabeza, que de inmediato comenzó a doler. "No te hagas esto", se dijo. "No
—Sí, señora, lo siento —murmuró Mala agachando la cabeza. —Bien, ¡ahora lárgate, no me colmes la paciencia si es que quieres que te deje regresar! —gruñó la mujer y Mala tuvo que limpiarse las lágrimas para salir de allí—. ¡Ah, otra cosita! —su voz la detuvo en la puerta—. No creas que no me enteré
Mala abrió los ojos al escuchar a aquel hombre hablándole así a Chris, no se necesitaba demasiado para darse cuenta de que era su hermano, y por lo visto menor. Pero aunque ya había notado que no se llevaba precisamente bien con su familia, ni en sueños había imaginado que Christopher fuera un hijo
"Absolutamente toda mi herencia será para él". Aquella frase se quedó flotando en el aire como si se tratara de una sentencia de muerte, y no precisamente para el viejo Ferguson. Chris sintió que el cabello de su nuca se erizaba. —No puedo aceptar eso. O mejor dicho, no quiero aceptarlo —respondió