Meterse al baño fue la sensación más deliciosa de ese día, pero salir y encontrar sobre su cama una pijama que era siete veces su talla fue todavía mejor. De todas formas había mucho frío y aquello olía a Christopher por todos lados. Bajó para encontrarlo en la cocina, debatiéndose entre la cena y
La mezcla de los dulces con el vino no tardaría mucho en hacer efecto y para cuando Mala por fin se calmó, tenía los ojos y la nariz hinchados de llorar, y los labios muy rojos de mordérselos. Chris no pudo evitar mirárselos y ella no pudo evitar darse cuenta. —Tú también me gustas —murmuró a él el
Chris pasó saliva, no veía ni un asomo de timidez en aquellos ojos aunque era evidente que los dos estaban nerviosos. A pesar de que ya había amanecido, la habitación seguía envuelta en la bruma del invierno. Lo único caliente dentro de aquella biblioteca eran ellos dos, acostados sobre la alfombra
—Mírame, Mala. Eran palabras simples, pero estaban absolutamente llenas de deseo. Mala abrió los ojos, encontrándose con los suyos mientras Chris se abría paso dentro de ella. La penetró lentamente hasta hacerla gemir de placer, sintiendo cada centímetro que invadía en su interior. Su pequeña bo
Percibió la suavidad bajo su cuerpo y se dio cuenta de que ya no estaba en el suelo. Se incorporó sobre un codo y miró alrededor, suponiendo que estaba en la habitación de Chris y que él la había llevado en brazos mientras ella dormía. El colchón era delicioso y la manta calentita, sin embargo eso
Colgar la llamada solo fue un gesto, pero Mala entendía que detrás de aquella negativa a ver su padre debía haber una historia larga y dolorosa. Sus ojos se habían oscurecido y ella lo miró con interrogación. —¿Estás bien? —preguntó Mala con tono preocupado. Chris suspiró y asintió mientras ella h
Mala gritó de placer cuando Chris la penetró profundamente, echando atrás la cabeza con un gruñido de satisfacción. Ella arqueaba su espalda y se aferraba a la mesa mientras él se movía dentro y fuera de ella cada vez con más rapidez. Sentía su aliento caliente en la nuca, su corazón latía tan rápid
Mala no hizo que se lo repitiera. La única forma de lidiar con aquella angustia era hacer algo, así que de inmediato se puso a recoger su maleta mientras Chris salía de la casa. Su corazón latía con fuerza mientras se preguntaba qué haría ahora que todo se había torcido. A pesar de que estaba en un