Todos estaban sin palabras, cosa que no era para menos, debido a que nadie ni en un millón de años se habría imaginado que su tía tenía un secreto tan oscuro como ese. Pero mientras más tensión había en la sala, más feliz era Jerome, quien con aquella satisfacción que se notaba en sus gestos faciales, daba a entender que el momento que el tanto había planeado había llegado.

-Este sin duda ha de ser el mejor día de mi vida.- Expresó el pelinegro, quien miraba con felicidad a todos sus familiares. -Muy bien, pero creo que todos deben estar dirigiendo lo que pasó.- Dijo Jerome mientras esperaba a que alguien tuviera la iniciativa de decirle algo a Marilyn.

-Tía ¿Por qué hiciste todo eso? Nunca pensé que fueras capaz de hacer algo así.- Dijeron Franco y Penny con un tono de voz muy bajo y con una mirada fija en el suelo.

-No voy