¡Hola! Les dejo un capítulo el día de hoy. Gracias por continuar la lectura y le pido que me sigan apoyando en esta etapa final de la historia.
Esa misma noche Lara y Viggo dormían abrazados en su cama, con la cuna de sus dos hijos a su lado. Tras la larga conversación con Escobedo habían ido al hospital a buscarlos. Ya el peligro, no tan peligroso que representaba ese hombre estaba neutralizado, aunque aún quedaba un capítulo por cerrar en esta intrigante trama que había ideado el hombre más vil que habían podido conocer en su vida.Lara no podía entender cómo era que las cosas habían sucedido de esa manera. Ese ser era verdaderamente despreciable, nunca en su vida pensó en que llegaría a conocer a alguien tan ruin como para hacer ese tipo de cosas._ Mi pequeño ángel…debes descansar un poco o nuestros retoños despertarán a comer y no habrás logrado dormir nada _ dijo Viggo abrazándola con fuerza _ solo déjalo ser…él tendrá lo que verdaderamente se merece, de eso me encargo yo _ agregó sabiendo exactamente qué era lo que le ocurría a su rubia._ Lo sé mi amor…es que nunca imaginé que llegaría a tanto por su desprecio injustif
Honorato seguía mirando un poco complicado a las personas que tenía delante. Él había tomado la decisión más importante de su vida y no pensaba detenerse por nada del mundo. Estaba seguro de que eso no era lo que se esperaría de un hombre como él, pero él era el dueño absoluto de su vida y de su destino después de todo._ Ahora…ya estoy viejo y cansado…mi vida se me ha escurrido como agua entre mis dedos y la he desperdiciado en ambiciones y venganzas sin sentido y he decidido, en total dominio de mis facultades, darle el fin que corresponde a todo _ esas palabras eran un enigma para los que estaban presentes, para todos menos para Viggo quien estaba en absoluta comprensión de lo que su abuelo estaba diciendo y también de lo que estaba haciendo._ Amelia…_el hombre hablo llamando a la mujer que estaba allí agazapada como una león a punto de atacar _ quiero que comprendas que tú también eres una víctima de las circunstancias…eres mi nieta…y como tal debes vivir…lamento que hayas estado
Ana Había intentado impugnar el testamento, ella estaba segura de que Honorato n podía haberla dejado sin nada. Aunque en realidad no lo hizo, por el contrario ella tenía más dinero del que podría gastar, pero para su ambiciosa mente eso no era suficiente.Ella se había casado, incluso había tenido intimidad con el viejo decrépito solo con la idea de ser la dueña y señora de todo y ahora, solo era la madre de uno de los herederos. Tenía que volver al plan original, de eso no había duda, ella tenía que lograr meterse en la cama de Viggo, él era ahora el jefe de la familia y el que tomaba las decisiones, le convenía ser su mujer y si no lo lograba por lo menos convertirse en su amante.Ya había tomado la decisión y nada podía lograr hacerla cambiar de opinión.Aarón había decidido salir de esa Villa que ahora pertenecía a Amelia, él realmente ya no quería tener mucha relación con esa mujer, había descubierto que era un ser maquiavélico, cegada por la envidia y la sed de venganza y ya no
La confusión era total. Sangre era lo que se veía por todos lados. Gritos, corridas, espanto y muerte rodeaban a las personas que se encontraban allí.Viggo parecía un ser con cuernos y cola, se había transformado en ese momento, no en el heredero de lucifer, sino que era el mismísimo ángel caído, el más bello de todos, pero también el más letal.Amelia lo miraba con una sonrisa burlona, la adrenalina del momento corría por sus venas de manera precipitada, y sin que ella se diera cuenta, también salía de su cuerpo de la misma manera._ Quiero que la atiendan y salven su vida a como dé lugar _ rugió furioso el ángel del mal, mientras que una delicada mano lo tomada del brazo y se aferraba a él como una enredadera.Amelia observaba todo con incredulidad._ ¡No! ¡Maldita! ¡No puede estar viva! Yo le di…yo la mate _ gritaba de manera histérica mientras que era sostenida por los hombres de Viggo _ abuela…yo la mate…yo la mate…Gritaba mientras que uno de los hombres de Viggo le vendaba el
Un auto circulaba a toda velocidad por la avenida principal. Su destino era el Hospital Central. Dentro iba una hermosa mujer cuya roja cabellera se pegaba a su rostro por el sudor que en ese momento surcaba su frente y descendía por su mejilla.Junto a ella, un hombre acariciaba su espalda y le dejaba dulces besos en su frente. Intentaba reconfortarla de alguna manera y que el dolor que sentía se aliviara gracias a su gran amor, pero eso era, ridículamente imposible.Anastasia gruñía de dolor e intentaba aguantar pero era algo que se le dificultaba. Tras llegar al hospital Fabricio la cargó en brazos y la condujo hasta el interior del hospital. Él estaba sumamente entusiasmado ya que ese era su primera hija y deseaba verla y poder tenerla en sus brazos cuanto antes._ Señor, coloque a su esposa en la camilla, la llevaremos a maternidad _ dijo una de las enfermeras inmediatamente vio ingresar a los dos.Fabricio obedeció en el acto, antes de que se la llevaran le dejó un dulce beso en
El sol salió y se posó sobre el horizonte una gran cantidad de veces. Ana había sido finalmente internada a punto de dar a luz a su hijo, algo que la ponía muy feliz, pero no por las razones que todo el mundo creería. Ella tenía un plan muy bien trazado y estaba convencida de que las cosas se darían como ella había maquinado.Una vez en el quirófano, el procedimiento se dio con total naturalidad. Ella había elegido que fuera por cesárea, no quería someterse al dolor que un parto le traería, por lo que pensó que lo mejor era que lo sacaran sin que ella tenga que sufrir al respecto. Ya demasiado había aguantado teniéndolo en su vientre.Sus padres la acompañaban en el hospital. Ambos estaban totalmente ajenos a lo que ella planeaba, pero tampoco les interesaba demasiado en realidad. Ellos eran ambiciosos y solo deseaban el dinero que ese niño les podría rendir. Todo lo acontecido durante los últimos tiempos no les había enseñado nada realmente. Ellos seguían siendo seres sin escrúpulos
El mundo seguía girando en su constante afán. Los días habían transcurrido y luego algunas semanas habían pasado convirtiéndose de esta manera en meses.Ana Miller había desaparecido por completo del mapa, no sin antes firmar los documentos en los que renunciaba para siempre a los derechos y deberes sobre su hijo. Ahora Bautista sería solo el hijo del difunto Honorato Holt y criado por su tutor legal, nombrado previamente por el anciano, Viggo Holt.Los pequeños bebés tenían solo un par de meses de diferencia, lo que hacía pensar a todos que ellos eran hermanos, aunque no estaba en los planes de la pareja que eso fuera así. Ellos tenían planeado decir siempre que los gemelos eran los sobrinos de Bautista, ya que ese era el parentesco real, por descabellado que parezca._ En qué piensas mi pequeño ángel_ dijo la gruesa voz de Viggo ingresando a la habitación mientras Lara veía a los pequeños dormir._ En nada realmente…en todo _ contestó ella con un suspiro _ creo que todo lo que ha ocu
Dicen que los hijos te cambian la vida. Ellos son los que enseñan lo que es verdaderamente importante, los que ayudan a crecer y a valorar esos pequeños momentos que son efímeros e irrepetibles.Esto es lo que había ocurrido con Miller, por lo que todos estaban muy sorprendidos. Aarón Miller era un padre ejemplar, un empresario exitoso y solo veía por los ojos de sus hijas. Nada le importaba más que sus gemelas. Ellas eran su motor y lo que lo ayudaba a mantenerse de pie a pesar de todo lo que le había ocurrido en el último año.Los señores Miller habían regresado a casa, pero él no. Había preferido quedarse allí. Había establecido su empresa y la estaba haciendo crecer gracias a su gran trabajo de liderazgo y los buenos negocios que lograba realizar. Las niñas eran dos muñecas muy parecidas a su madre, solo que sus ojos no eran verdes, sino de un hermoso color miel, idénticos a los de su padre._ Tendrá que tener mucho cuidado cuando crezcan Señor Miller _ dijo la melodiosa y dulce v