CoraEstoy un poco sin aliento cuando por fin alcanzo a Roger y Rafe, después de haber tenido que esforzarme mucho para seguir sus largos pasos de lobo."Grosero", digo cuando por fin me detengo junto a ellos. "¿No podías haberme esperado?". "¿Estoy siendo grosero?", dice Roger, alzando las cejas hacia mí con incredulidad. "Cora, no has sido más que molesta desde el momento en que pisamos el bosque…". Abro la boca con un pequeño chillido de protesta, pero Roger se limita a poner los ojos e
Jadeo, de repente sintiéndome asustada, pero Roger pone rápidamente una mano en mi cintura y me estabiliza. "No jales al bebé hacia atrás", me dice, mirando a la luz blanca de la luna, tratando asimismo de distinguirlo. "Si lo haces, no podremos ver...". Así que sigo sosteniendo al bebé, con los brazos temblando un poco, y observo cómo se forma la historia en el aire. No es... no es totalmente visual. No es como ver una película proyectada en humo en el aire. En lugar de eso, es... se sien
EllaParece como si mi hermana hubiera estado fuera con mi bebé durante... horas. Pero en realidad, sé que ha sido, como mucho, media hora. Aun así, mientras los demás rondamos por el oscuro bosque, bebiendo champaña y esperando, no puedo evitar seguir mirando ansiosamente en la oscuridad. ¿Qué los retiene? ¿Por qué no vuelven? "Paciencia, problemilla", dice Sinclair detrás de mí y yo suspiro. Sin mirarlo directamente, vuelvo a apoyarme en su pecho y me llevo la copa de champaña a la boca,
"Ella", dice Roger, sonriéndome y metiendo las manos en los bolsillos. "¿No sabes que es un asunto privado lo que ocurre entre un niño, sus padrinos y la diosa la noche de su bautizo?". "Te juro, Roger", le advierto entrecerrando los ojos, "que si me ocultas esto, te torturaré el resto de tu vida...". Mi cuñado me enseña los dientes juguetonamente, inclinándose hacia delante. "Ay, Ella, pero ¿no lo ves? Ahora tengo el poder de torturarte, ya que tengo la información que quieres, y voy a hace
EllaDos horas más tarde, Sinclair y yo recibimos a nuestros amigos en casa para un desayuno informal con café, o mimosas, según las preferencias, para celebrar el bautizo de Rafe a la luz de la luna. Me doy cuenta de que nuestros invitados están cansados. Después de todo, han estado despiertos toda la noche, pero los ánimos están por las nubes. "Vaya", digo, apoyándome en el pecho de Sinclair con un cruasán en una mano y una taza de café en la otra. Rafe, por suerte, está dormido en su silli
"Por favor, Ella", dice en voz baja, mirando ansiosamente hacia donde está Sinclair. "Lo siento, quizá no debería habértelo dicho"."No", digo, sacudiendo la cabeza y mirándola con una nueva determinación en el rostro. "Necesito saberlo, Isabel. Estoy mucho mejor, necesito hacer este tipo de trabajo. Si Sinclair quiere liderar a esta gente, yo no pretendo quedarme en casa y ser una feliz ama de casa mientras otros sufren. Quiero ayudar". Ella asiente, comprendiendo mis intenciones. "Sabía que
EllaMis invitados me sorprenden quedándose casi hasta el mediodía. Bueno, al menos, algunos de ellos, sobre todo los que empezaron a darle duro a las mimosas cuando volvimos a la casa y luego pasaron al güisqui. Después de dar de comer al recién despierto bebé, vuelvo bostezando a la parte delantera de la casa, donde sonrío al ver que Sinclair se ha aflojado la corbata y está disfrutando de una pequeña charla con Roger y algunos de los otros Alfas. Isabel y James se han ido a su hotel para
"Ella", dice Cora, agarrándome por los hombros y dándome una pequeña sacudida, aunque puedo ver que sus mejillas se sonrojan. "Déjalo". "Está bien", le miento, aún mirándola con el ceño fruncido.Cora suspira y sacude la cabeza. "Estoy cansada, Ella", dice, mirando hacia la puerta y luego de nuevo a mí. "Me voy a casa, pero no quiero irme así. Ha sido una noche estupenda, muy... especial. ¿Podemos decirnos que nos queremos y luego irnos a tomar unas siestas bien merecidas?". "Sí", suspiro.