Ella Sinclair y yo jadeamos al mismo tiempo, y mis ojos se abren de repente, encontrándose con los suyos. Nos quedamos inmóviles, pero entonces suena otro llanto y nos ponemos en movimiento al instante, corriendo por el bosque en busca de nuestro hijo. "¡Rafe!". Grito, con voz desesperada, mientras Sinclair se me adelanta con sus largas piernas. "¡Rafe, cariño! ¡Ya vamos!". Los llantos de Rafe son ahora más fuertes, más sólidos, el sonido de un bebé de verdad llorando lágrimas de verdad.
"Vas a ser muy grande y fuerte", le susurro a mi cachorro, acunándolo contra mi cuerpo. "Y estamos deseando verte hacerlo". "Necesitamos que seas fuerte, amiguito", susurra Sinclair, con la voz entrecortada. "Solo aguanta. Tu mamá te va a cargar y te va a mantener a salvo". "Lo sentimos mucho", susurro, sintiendo que las lágrimas se acumulan en mis propios ojos al pensar en todo lo que mi pobre bebé tuvo que soportar. No me extraña que se escondiera, que se alejara de mí y de los horrores de
3ra persona Cora casi patina hasta detenerse cuando entra volando en la habitación de Ella en el hospital. "¿Qué?", jadea. "¿Qué pasa? ¿Está...?". Pero Sinclair está de pie junto a la cama de Ella, con las manos metidas en los bolsillos, mirando a la puerta como si la estuviera esperando. Cora se traga las palabras, sabiendo que si Ella hubiera... bueno, Sinclair no se quedaría quieto. Estaría haciendo pedazos el mundo. Cora respira hondo y mira a su hermana en la cama. Dios, parece tan dé
Cora sigue dudando y se sorprende cuando Roger llega a su lado y le toma la mano. "Tenemos que intentarlo", murmura. Cuando ella levanta la vista hacia él, se sorprende aún más al ver que sus ojos están llenos de esperanza. "Creo que tiene razón, Cora. Tiene sentido. Y es un regalo, no creo que pueda hacerle daño". El labio de Cora empieza a temblar al pensar en ello, en las horribles consecuencias que podría tener si saliera mal. Pero Roger le sostiene la mirada, apretándole la mano, dándole
EllaMe pesa mucho la cabeza. Gimo e intento subir las manos para presionarlas contra las sienes, pero no puedo moverlas."Tranquila", lo oigo decir a mi lado e instintivamente me giro hacia su voz. ¿Dónde...?"Tranquila, Ella", murmura, sus palabras llenas de emoción. "Todo está bien...".Abro los párpados, confundida por el esfuerzo. Es como si llevara semanas sin abrir los ojos...Vuelvo a ver despacio y la habitación que me rodea se enfoca con esfuerzo. Parpadeo rápidamente y miro a Sin
"Ella", dice rápidamente, llegando a mi lado, casi chocando con Cora en su prisa por llegar a mí. Rápidamente me examina la cara, con expresión preocupada. "Tengo que decir que me sorprende verte despierta...". Rápidamente me coge de la muñeca, me toma el pulso y se gira hacia los monitores que hay detrás de ellos, mirándolos en busca de nueva información. "No debería ser posible...", murmura, con las cejas fruncidas. "Hoy...". "Fue... ". Digo, titubeando, mirando a Sinclair. "No precisamente
Ella "Muy bien", dice el médico, entrando en la habitación donde Sinclair y yo descansamos juntos en mi cama de hospital, con la cabeza apoyada en el hombro de mi pareja mientras vemos alguna telenovela del día. Me levanto cuando entra el médico, impaciente por oír lo que tiene que decir. Sinclair emite un pequeño gemido cuando se sienta y pone los pies en el suelo, colocándose junto a la cama para escuchar las noticias. Sé que no está cansado, sino todo lo contrario. Todos estos días y horas
"Médico". La voz de Sinclair es baja, casi no se escucha por la distancia, y me inclino hacia delante para oír mejor. "¿Cuánto le pagan aquí?". El médico se burla y le dice a Sinclair que, francamente, no es asunto suyo. "Ahora sí", responde Sinclair. "Porque sea lo que sea, le pagaré el doble por ser el médico personal de Ella durante el resto de su embarazo. Y el médico de nuestros hijos, en el futuro". Cuando oigo el sonido de las manos chocando en un apretón de manos, sonrío y me recu