"No sabes de lo que estás hablando, ¡no tienes ni idea por lo que he pasado!", continúa Isabel, señalándome con un dedo indignada. "La felicidad... ¡se acabó para mí! No puedo volver a tenerla, ¡ni debería! Así que, saca tu molesta y perfecta nariz de mis asuntos y déjame en paz". Con eso, ella gira sobre sus talones y se marcha a su habitación. La puerta se cierra de golpe y el sonido de sus sollozos llega hasta nosotros. Me seco mis propias lágrimas de los ojos mientras el cachorro se acurru
Sinclair"Estoy preocupada por Ella", confieso, echando mi cena a un lado. "¿Todavía no has podido contactarla?", pregunta Hugo al levantar la vista de su propia comida. Hoy estamos de viaje, entre territorios y disfrutando de una rara noche libre de política, aunque no de estrés. Es la primera vez que puedo parar de moverme en todo el día y sé que me espera una larga noche de investigación y preparativos para nuestro próximo destino. "No como yo quiero", confirmo. "Hablamos por teléfono, p
"¿Tuviste postre?", pregunto mientras en mi mente deseo que encienda la maldita cámara para finalmente poder verla. "No... aunque el chef hizo hoy una tarta que se veía muy deliciosa", revela ella con evidente anhelo en su voz. "Está bien, entonces llama a la cocina y que te traigan un trozo extra grande. Luego, te preparas un baño, enciendes la cámara y tú y yo vamos a hablar de cualquier cosa menos de trabajo. ¿Te parece un buen plan?", pregunto. "Depende", responde Ella con picardía. "¿
SinclairCuando llego al bosque de los sueños, me encuentro solo, igual como casi todas las noches desde que me fui. Sin embargo, en lugar de llamar a mi pareja como suelo hacer, la imagino en mi mente y deseo que venga a mí con toda la fuerza de mi anhelo y determinación. Desato toda la fuerza de mi magia, esparciéndola tan lejos como puedo, buscando en cada centímetro de este plano encantado de existencia. Sale de mí como una densa niebla, traspasando los límites de mi propia conciencia pa
Un puño me golpea en la cara: "Voy a hacerte pagar por esto, zorra", gruñe mi atacante mientras señala a su amigo muerto. "¡No! ¡Por favor!", grito. "No debería ser así. Tú deberías estar muerto". "Pues ahora te toca morir". Su cara se enfoca en la mía y puedo ver el odio puro y sádico en sus ojos. Sus dedos se clavan en mi carne, manteniéndome inmóvil mientras se desabrocha la correa. Me pasa el cuero por la cara cuando se suelta y luego lo utiliza para amordazarme, silenciando mis gritos.
Ella"¿Qué quieres decir con que era un recuerdo?", pregunta Sinclair con cuidado. "¿Pensé que los curas fueron por ti en el orfanato? No recuerdo que los humanos te atacaran en el bosque". Miro fijamente mi regazo, acariciándome el vientre e intentando pensar en cómo explicar mi engaño. Sabía que esta conversación era inevitable, incluso me había preparado para ella, pero estas no son las circunstancias que esperaba. No me imaginaba que estaría tan débil emocionalmente, ni que Sinclair estar
Siento a su lobo luchando por el control, y al instante me pone de rodillas. "No, maldita sea. No te equivocaste", dice él, arrastrándome a sus brazos y reclamando mi boca en un beso abrasador. No me resisto, pongo los brazos alrededor de su cuello y me dejo llevar. Sus manos se sienten ásperas sobre mi cuerpo, al igual que sus labios. Sinclair me muerde el labio inferior con sus colmillos y aprovecha mi grito ahogado para deslizar su lengua en mi boca. Su gran mano me sujeta por la nuca, agarrá
EllaCuando me despierto a la mañana siguiente, siento que ha sido el mejor descanso que he tenido en semanas. Por primera vez desde que empecé con la hipnosis, Philippe no ha tenido que venir en mitad de la noche para despertarme de mis pesadillas nocturnas. El mero hecho de poder conectar con mi pareja ha hecho maravillas con mi estado de ánimo y, aunque nuestro acto sexual estaba reservado a nuestros sueños, mi cuerpo está saciado y satisfecho. Aunque acabo de ver a Sinclair, mi corazón da