James levanta la mirada a los ojos de Isabel y sus ojos oscuros se abren casi imperceptiblemente. De repente, la mira de una manera tan atenta que siento que estoy interfiriendo. Isabel aparta la mirada, pero veo un leve sonrojo en sus mejillas. Interesante, pienso con un poco de emoción. Dejo a Sadie en manos de Isabel para que conozca a su nueva niña. "Hola pequeñita", la saluda, y algo en su voz me pone a pensar si el hijo que Isabel perdió era una niña... a lo mejor de esta edad. "Todo es
Ella Me toma un rato apartarme de los huérfanos una vez que se instalaron en el palacio. Sé que tengo mil cosas que hacer, pero ver a tantos pequeños necesitados de amor y cuidados era difícil de resistir. Me quedo unas horas para ayudar a Isabel y a James a instalarse, secretamente mirando en su dirección de vez en cuando para ver cómo iban las cosas. Isabel es tan distante con James como lo es conmigo, pero él es amable y firme, y no parece importarle su actitud fría. De vez en cuando veo
Fue algo muy pequeño, lo sé, pero no puedo evitar sentir que esto es lo correcto. Estos huérfanos, los refugiados, necesitan a alguien que los cuide, y no puedo evitar pensar que soy la persona indicada para ese trabajo. De repente me acuerdo lo que Sinclair me dijo sobre que los Lunas son el corazón de una manada, y luego de la explicación que Henry me dio sobre mi papel de inspirar a los Alfas en la cumbre. Me lleno de culpa al darme cuenta de que tanto me equivoque con Sinclair. No solo tenía
Ella Después de mi merienda, me reúno con los cocineros para hablar de los menús de la cumbre y les pido que me suban la cena a la habitación. Me siento demasiado pensativa y cansada para ser sociable esta noche. Aún me estoy recuperando de haber descubierto lo mal que maneje mis problemas con Sinclair, y tengo tanto miedo como ganas de arreglarlos. Sé que no me voy a sentir mejor hasta que lo haga, pero hacerlo es más que un poco abrumador. Soy demasiado gallina para llamarlo por teléfono y
Respiro con dificultad y estoy a punto de llorar, mis emociones saliéndose de control. Estoy lista para lo peor, e incluso lo quiero, cualquier cosa que alivie mi culpa. Sin embargo, Sinclair simplemente cruza los brazos sobre el pecho, su expresión sombría y premonitoria. Por un momento creo que no va a decirme algo, pero entonces dice: "Súbete a la cama, Ella". Parpadeo, sorprendida por su orden. "¿Por qué?". Mi pareja arquea una ceja de manera amenazadora que me hace correr hacia las su
Ella Sinclair me besa hasta que se me olvida mi rabia y mi arrepentimiento, hasta que olvido por qué estaba enojada y lo mal que actué. Me besa hasta que olvido que esto es un sueño, o que hay un mundo más allá de este bosque encantado. Solo cuando mi mente está tan nublada por el deseo que ya no puedo pensar y mi cuerpo es solo un gran enredo de nervios histéricos, se calma. Se estira al lado mio en la cama, se apoya en el codo y me mira con cansado deseo. "Te extrañé, parejita", Sinclair
"¿Estás sugiriendo que descuide a mi pareja?", Sinclair ruge, apretando su mano en mi cintura. "No creo que merezca que me des una recompensa", digo, ahora indecisa. "Creo que es justo que tú te diviertas mientras yo practico moderación". "Pues yo no creo en los castigos sin recompensa, lobita", Sinclair dice con arrogancia. "La recompensa es cómo te muestro que no importa lo que pase o lo mucho que estemos en desacuerdo, nos arreglamos y regresamos como pareja". "Y yo que pensaba que s
Ella "No quiero despertarme", me quejo, aún acurrucada bajo las sábanas de mi cama de sueños con Sinclair. "Lo sé, pero tan pronto lo hagamos y regresemos al trabajo, podremos reunirnos antes". Sinclair responde, sonando tan reacio como yo. "¿Nos volvemos a ver esta noche?", le pregunto pensando en cómo voy a obligarme a separarme de él. Fiel a su promesa, mi pareja me liberó de culpa y me ayudó a perdonarme, solo que no de la manera que esperaba. Logré darle mucho placer, pero desat