"¿Qué quieres decir?", pregunto inquieta, sin que me guste el tono oscuro de su voz. "Quiero decir que la única razón por la que estás en esta situación es por mi culpa", gruñe Sinclair. "Si no me hubieras conocido, podrías haber tenido una vida normal. Una vida segura". "Dominic, si nunca te hubiera conocido estaría de vuelta allí". Le informo con severidad, señalando la pantalla de la computadora. "Estaría en bancarrota, con el corazón roto, pensando que soy estéril, con un lobo atrapado y
Sinclair Ella se retuerce bajo mi imponente figura y puedo percibir los sentimientos encontrados de su loba. Está satisfecha consigo misma por distraerme de mis inquietantes pensamientos, pero también inquieta por mis intenciones y excitada por mi dominio. Emite ondas de desafío y deseo a la vez, y como la lobita traviesa aún no ha aprendido a bloquear los pensamientos y sentimientos que me envía, de repente oigo su dulce voz en mi cabeza. ‘Alfa mandon’. Tratando de decirnos qué hacer, como si
Ella me mira con los ojos muy abiertos: "Lo siento, ¡prometo portarme bien!". Sin embargo su loba tiene otros pensamientos al respecto. ‘Habla por ti, ¿por qué deberíamos seguir sus reglas si ni siquiera va a cumplirlas?’. ‘¿Quieres callarte?’, le dice Ella a su loba, sin darse cuenta o sin importarle que yo también puedo oírlo. ‘Solo estás empeorando las cosas’. El descarado can se encoge de hombros con desinterés, y sé que mis instintos eran correctos. Su loba necesita esto tanto como e
Ella A la mañana siguiente, cuando voy por el desayuno, tengo que intentar ocultar una mueca de dolor al sentarme. Me duele el trasero y me punza al tocar la silla, pero el pinchazo de dolor también hace que me recorra un pulso de calor por todo el cuerpo, evocando los recuerdos de lo que viene a continuación. Siento los ojos de mi pareja fijos en mí y, cuando levanto la vista, Sinclair me observa con una sonrisa cómplice. Tiene un aspecto tan lobuno en ese momento que me pregunto cómo he po
"Hijo, deberías escuchar a tu pareja". Henry suspira. "Al paso que vas, te vas a hundir antes de que acabe la semana". Sinclair solo frunce más el ceño, y sus manos se cierran en puños. "Agradezco tu preocupación, pero...". "Si aprecias nuestra preocupación entonces escucha, Dom". Roger interviene. Noto cómo aumenta su frustración, y cuanto más aumenta, más me inquieta. Sinclair golpea bruscamente la mesa con uno de sus puños antes de abrir y cerrar la boca. Al final se aparta de la mesa y
Ella La capital vanariana parece otro planeta. Dondequiera que miremos, los cristales están encima de nosotros, tallados en las formas más intrincadas que jamás haya visto. Los cambiaformas que pueblan la ciudad son amables y abiertos en su curiosidad, y nos detenemos con frecuencia para que Gabriel pueda charlar con los residentes y presentarnos. Todo es tan fácil y pacífico, sin mentiras, sin secretos, solo lobos viviendo abiertamente juntos en armonía. Al observar a Gabriel, veo a un lí
‘Esto no me hace gracia, Ella’. Su voz gruñona suena en mi mente. Ignorándole, salto y me ato a sus piernas, dándole codazos y repitiendo mis súplicas una y otra vez. En el momento en que le muerdo los tobillos, el estoico alfa cede y su enorme lobo se libera con un rugido. Mi loba está al mando y solo quiere celebrarlo. ‘¡Sí!’. Grita, abalanzándose sobre él en cuanto se completa la transformación. La energía premonitoria de Sinclair se tiñe de humor ahora, y sé que he ganado. Luchamos y jugam
3ra Persona Mientras Sinclair y Ella se alejaban corriendo por las calles serpenteantes de la capital vanariana, Roger encontró que su mirada se detenía en Cora. La humana seguía a su hermana con asombro, como si no pudiera creer lo que veían sus propios ojos. El viento agitaba sus cabellos negros, llevando su ya familiar aroma hasta el fuerte lobo. Roger se había mantenido cerca de Cora desde que huyeron del Valle Luna. Cuando apareció por primera vez en su puerta diciéndole que tenían que