Se detuvieron en la puerta del salón y Roger estudió a Cora con detenimiento, tratando de leer entre líneas sus palabras. "¿Te sientes culpable? ¿De no haber sido capaz de sacar este lado de ella?". Cora dejó escapar una carcajada sarcástica. "Me siento culpable de muchas cosas", confesó ominosamente. "Pero no por esto. Necesitaba encontrar a su pareja para sentirse segura y salir de su caparazón. Eso es algo que yo nunca iba a poder hacer por ella". "¿Y tú?", preguntó Roger con astucia, gui
Ella "¿Qué quieres decir con que perdiste a mi hermana?", exijo, enseñándole los colmillos a Roger. Sinclair me sujeta por la cintura, impidiendo que me abalance sobre su hermano tal y como mi loba me está exigiendo en estos momentos. Roger levanta las manos en señal de defensa. "Probablemente haya vuelto al palacio. Estuvimos hablando, se enfadó conmigo y se fue". "¿Entonces por qué no la seguiste? Es la única humana en todo un continente de lobos, ¿y la dejaste huir sola?". Siseo, atacan
‘Claro, culpa al cachorro’, bromea mi loba. ‘Olvida al alfa que te da placer hasta dejarte en coma cada pocas horas’. Tiene razón. Si no lo supiera, pensaría que Sinclair utiliza el sexo para agotarme, pero así es como ha sido siempre con su lobo. Nunca parece tener suficiente de mí, y sé que no desviaría su atención de la guerra en absoluto si pudiera evitarlo. Es puro instinto, y no me quejo en absoluto. Me pongo una bata y me dirijo a la otra habitación, donde oigo a mi pareja hablando c
Ella "¿Qué quieres decir con que quizá no me lleves contigo?". Exijo, apenas procesando las palabras de Sinclair. "Estamos apareados, donde tú vas yo voy". "Cariño, no quiero estar lejos de ti". Sinclair suspira, enviando una ola de genuino pesar a través de nuestro vínculo. No es la primera vez que hace esto, dejarme sentir sus emociones para confirmar su veracidad, pero esto es lo más fuerte que las he sentido. Con la ayuda de nuestra conexión, puedo sentir cuánto odia Sinclair la idea de
"¿Te refieres hasta que yo esté satisfecha?". Aclaro. "No. Quise decir exactamente lo que dije". Responde con una sonrisa burlona.Me río y dejo caer la cabeza sobre su hombro. "De acuerdo, lobo feroz", concedo, mientras él sigue pasándome los dedos por el pelo largo. "Solo prométeme que pensarás en esto. Ambos seremos más felices juntos. Los dos estaremos menos ansiosos. Siempre estaré a tu vista o a tu alcance. Eso vale mucho". "Lo pensaré". Sinclair está de acuerdo. "Hay muchas ventajas,
EllaSabía que no iba a ser fácil. Estaba preparada para escuchar a viudas doloridas, guerreros heridos y familias desconsoladas. Estaba preparada para ver sus espantosas heridas y sus rostros desolados, para tomarlos de la mano mientras lloraban. No estaba preparada para los huérfanos... ni para los padres que habían perdido a sus hijos. Cuando entramos por primera vez en la tienda principal, los refugiados estaban demasiado absortos en sus propios mundos como para fijarse en nosotros, pero
"Bueno, no pasa nada", razono. "Podemos inventarnos nuestra propia historia. A veces es lo mejor que podemos hacer cuando las cosas no salen como habíamos planeado". Todavía parece indecisa, así que le lanzo una de las muñecas que tengo en la mano, apuntando en dirección a la muñeca ofrecida. "Hmm, ¿eres una bruja buena o una bruja mala?", le digo con la voz tonta del muñeco. La niña levanta la comisura de los labios, baja la voz a su octava más baja y dice: "Soy una bruja mala, por supuesto
EllaCuando regresamos al palacio, subo directamente a la oficina que Sinclair ha estado utilizando como sala de guerra. Por supuesto, también había una sala de guerra en su mansión de vuelta en casa, pero aquella había sido utilizada para la campaña, a diferencia de ésta que es una de verdad. Apenas entro, encuentro a mi pareja parado frente a un gran diorama del continente, un modelo a escala de los territorios, el terreno y las ciudades de nuestra patria. Hay diminutas figuras esparcidas p