Amaya Bezos Después de la terrible y desgarradora ceremonia nupcial volví a casa en compañía de mis padres. «Ya era una infeliz mujer casada, las más infeliz de todas». Marcelo enojado por mi actitud se había largado a resolver algunos asuntos antes de regresar a Italia en la tarde próxima. Su plan era llevarme con él, lejos de los míos: para alejarme de la protección de mi padre y de la tentación que resultaba ser Roy en mi vida. Aunque no tengo la menor idea a donde pudo ir Marcelo, sospecho que no debe ser nada muy legal tratándose de él. La ansiedad me carcome y parezco una fiera enjaulada caminando de un lado a otro de mi habitación. «Tengo que verlo», es la única idea que se repite una y otra vez que mi cabeza. «Si me tengo que ir mañana, tengo que verlo» ¿Pero cómo?, Mi flamante esposo no está, pero uno de sus matones que funge como guardaespaldas está apostado en las afueras de mi habitación, sin perderme ni pie ni pisada. Si salgo de aquí, pasará menos de un minuto
Roy PhillipsDías ante la ceremonia de bodaCreí que no saldría vivo del Atentado a Atenea. De por si ya me sentía como la m****a por la situación con mi hermana, y después que Amaya me hizo aquella llamada al mediodía, mi mundo se vino abajo. No tengo tiempo para rogarle, no puedo esperar que cambie de parecer. Han pasado los días y no ha llegado ni una llamada. Ahora mismo tampoco tengo mucha cabeza para ella, me duele pero no es lo que me está matando ahora mismo. Tampoco es el disparo que llevó en el brazo. Lo que me está consumiendo es Mariam, estoy al punto de explotar por la impotencia que siento. No puedo hacer nada para salvarla. No puedo hacer nada para ayudarla. Estoy a punto de perder a mi hermana menor y me siento destruido, superado, como una basura. No atino a hacer nada más que estar a las afueras de su habitación para ver qué se le ofrece, a pesar que me aconsejaron descansar por haber perdido mucha sangre por la herida. Mi madre también está devastada, sufriendo
Roy Phillips La noche me duró poco, a pesar que caí como si me hubiese noqueado un campeón de pesos completos. Ella me golpeó y para mi Amaya Bezos en mi contra, era más letal que un luchador de KFC en pleno apogeo de su carrera. Obviamente cuando desperté ella no estaba conmigo... Amaya como siempre había tomado lo que necesitaba de mí que era mi cuerpo y mi pasion desmedida hacia ella, y había huido tal y como ya lo había hecho de su esposo esta noche, era de esperar que lo haría así. ¿Noche de bodas para quien? No pRA MI... tampoco para ese cornudo... solo era la noche de bodas para esa bruja, que se habia salido con la suya haciendome meterme en ella.Su noche de bodas se la pasó en mis brazos para demostrarme que ese tipo que ahora la llamaria "esposa" a ella le importaba una m****a, pero que mucho menos le importaba yo, que después de esto me había convertido en su merioneta. No sé que me duele mas... si la cabeza después de esta resaca terrible o mi orgullo de hombre total
{***} Los primeros momentos en la nueva ciudad fueron extremadamente complicados. Las secciones de quimioterapia de mi hermana eran cada vez más agresivas y le quitaban las fuerzas. Su cancer era tratable y eso era lo unico que nos anclaba a la realidad, pues todo lo demas me dejaba un mal sabor en la boca a pesadilla. Era como si ella se apagara con los días. No se de donde saque fuerzas para sostener sobre mis hombros a mamá y a Mariam. Me costaba adaptarme a estar sin hacer mucho, y cómo si durante toda mi vida habia trabajado para ganar mi sustento. Amiel nos tenia en aquella casa como huéspedes y cada vez me sentía como un mantenido. Desde pequeño me acostumbre a ganarme el pan, así que ayudaba en todo lo que podía. Tanta era la tensión que sentía que durante todo el día no pensaba en la bruja, pero no habia noche en que me librara de su imagen. la hechicera rubia de ojos azules mas poderosa que habia pisado Miami. Lágrimas amargas surcaban mis mejillas y mojaban la almohada
Amaya BezosUn Año y Medio Después.Cada segundo qué pasa lejos de mi país, lejos de mi familia y sobre todo lejos de mi amor, del hombre de mi vida, me convence más de que merezco otra oportunidad. Quizás no fui lo inteligente que debí haber sido para manejar la ruina de mi enemigoHe estado tratando en vano de unir las pruebas necesarias para deshacerme de una vez y por todas de la bestia inhumana que tengo como esposo legal y carcelero oficial.Somos dos fantasmas que viven en alas opuestas de la misma casa. No ha habido intimidad entre nosotros, ni la habrá, aunque intente violarme, para ponerme un dedo encima con su cochina lascivia tendría que matarme primero, malamente nos tratamos.Ya no tiene interés en mí, -cosa que me alegra bastante- ni en como llevo la vida que me obligó y condenó a vivir; Mucho menos desde que Marcelo descubrió que a parte de una cuenta bancaria con un saldo ínfimo, yo no tenía acceso a ninguna cuenta de mi familia. Sus planes de usar mi dinero estaban t
Amaya Bezos Tal y como espere mi presencia no continúo siendo desapercibida, y justo ahora que necesitaba desaparecer de la faz de la tierra; uno de los hombres que parecían ser de la seguridad personal de la estrella se ocupo de llamarme la atención para que me largara. —No puede estar aquí señorita, esto es una zona privada—me vocifero fuerte el guardaespaldas, su tono fue bastante alto para asegurarse que lo escuchara. El viento de la madrugada comenzaba a arreciar y abracé mi cuerpo para protegerme del frío que me dio ver al amor de mi vida rodeado de otra mujer. Asentí con la cabeza para demostrarle al hombre que había escuchado su orden y clave mi mirada en el asfalto. No quería chocar con la mirada acusadora de Roy. Que el hombre de seguridad me hablara, eso fue suficiente para que la Estrella notara mi presencia y nuestras miradas se encontraran por breves segundos. Baje la vista avergonzada de semejante ridículo. —No se preocupe ya me voy— musité cortando el contacto visua
Amaya Bezos. Luego del Jacuzzi hicimos el amor en un sillón, hasta finalmente llegamos a la cama ara el tercer raund de la noche. Había sido tanto tiempo sin él que ninguno de los dos parecíamos poder saciarnos. Tenerlo dentro de mi podría ser considerado deporte de alto riesgo por los niveles de adrenalina que disparaba en mi organismo. Lo veneré en cuerpo y alma… quería hacerle sentir que era el único hombre que existía en mi vida a pesar de estar legalmente unida en matrimonio con otro demonio. Roy hizo lo mismo que en el pasado… me amó con su cuerpo tanto como lo hacía con su corazón. Él me veneraba como a una diosa, y al mismo tiempo me hacia sentir como la puta diosa de los orgasmos. Era maravilloso estar con él, no importaba en que posición. Cerca del amanecer me desperté y él estaba dormido, amé besarle los labios mientras dormía como el ángel que era. Me incorporé y le di rienda suelta a mis deseos. Mis labios llevaban otro camino, así que fui dejando un rastro de besos,
Amaya Bezos Al regresar esa noche a casas después de bajar las bolsas que contenían la compra, me encontré con la puerta de la calle abierta de par en par. Mala señal de que tendria una guerra muy diferente esta noche. El monstruo sin dudas había vuelto de su cloca, no tenia tenta suerte para que se trataran de ladrones comunes y corrientes de esos que roban baratijas y se largan por donde vinieron. El delincuente que vivia en mi casa y al cual me enfrentaría no era un ratero cualquiera: era sanguinario, maltratador e inhumano, y ademas carecia del más minimo o basico respeto o consideración por el sexo femenino. En ocasiones llegaba a pensar que su sadismo injustificado estaba motivado por su temor al poder de las mujeres. Poruqe no encontraba otra causa posible a tanta maldad. Entré en el living en penumbras lleno de sombras, mas que una casa ese maorada cada vez parecia más un mausoleo. La escasa luz de las luminarias del patio se colaba por una pequeña rendija que había quedado