Capítulo 294
—Sin importar cómo, este poder también te ha golpeado. Debes estar sufriendo terriblemente en este momento—dijo Lucas. Justo después de que Lucas terminara de hablar, el rostro de Juan se volvió pálido y luego escupió un chorro intenso de sangre.

Juan, siendo médico, sintió que todos sus órganos internos habían sufrido graves lesiones.

Ana, al ver la firme figura de Juan, sintió que sus ojos se humedecían de dolor.

Resulta que Juan había sufrido lesiones más graves para evitar dañar a su padre y a ella misma.

Ana quiso en ese instante levantarse para ver cómo estaba Juan, pero el fuerte impacto apenas la había rozado, haciéndola sentir demasiado adolorida para ponerse de pie.

Lucas, sin darse cuenta, miró el reloj en el crucero y luego le dijo ansiosamente a Juan: —Veo que eres muy joven y tienes excepcionales habilidades. No te entrometas más, te perdono la vida.

Juan, naturalmente, también notó el pequeño gesto de Lucas y con rapidez comprendió la razón, se limpió la comisura de los
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