Capítulo 14
En este momento, Ana frunció el ceño, caminando de un lado a otro en la habitación. Había alguien como una serpiente venenosa, acechando cerca de su padre, y no sabía cuándo podría lastimar a su padre. Era realmente peligroso.

¡Tenía que atraparlo!

Pero, ¿cómo podría atraparlo?

Solo cuando actuara, capturarlo antes de que lastimara a su padre.

Al pensar en esto, Ana se apresuró a preguntarle a Juan: —Juan, ¿tienes algún método para que cuando esa persona le administre parásitos a mi papá, podamos descubrirlo de inmediato?

Juan sacó un paquete de polvo gris de su bolsillo y se lo entregó a Ana: —Aquí hay huevos de gusanos. Estos gusanos, al entrar en el cuerpo humano, son como bacterias normales, no hacen daño ni beneficio al cuerpo humano.

—Estos gusanos son muy reacios a otros gusanos. Si hay otros huevos de gusanos que ingresan, los devorarán de inmediato y luego morderán al huésped en el cuerpo.

La cara de Ana se iluminó al escuchar esto, y guardó el polvo gris como si fuera un teso
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