Zoe se ve tan hermosa como siempre, aunque me odio a mí mismo por hacerle tal cosa en su cuerpo; esas marcas me recuerdan a lo delicado que es el cuerpo humano y a lo brusco que puedo llegar a ser yo. No me controle lo suficiente. No debe volver a repetirse. —Hey, todavía tengo muchas preguntas sobre ti. —dijo mi pequeña Zoe, colocándose su suéter y cubrir disimuladamente sus moretones. — ¿Qué quieres saber de mí? Se marchó a la cocina. Su estómago rugía inconteniblemente. —Al parecer pasamos más tiempo del normal cuando…— hizo una pausa— cuando hicimos, ya sabes. — vaciló. —Oh, te refieres a cuando te hice mía. — me acerque a ella, no puedo evitar odiar sentirme lejos de ella, es como si siempre quisiera respirar su perfume, su aroma es mi oxígeno. Sus mejillas se tornaron de un tono más rojo que de costumbre. —Sí, eso… se sintió como si solo hubiese pasado un día, pero no fue así— mirándome con confusión. —Bueno, siempre que estés conmigo el tiempo parecerá relativo, el tiempo
Jacksonville. Abril, 2021Abrí mis ojos con dificultad, mi cuerpo se siente pesado, miré a mi alrededor muy confundida ¿estoy en un hospital de nuevo? ¿Qué paso? Intenté levantarme, pero estoy atada a la camilla. Tengo una mano amarrada a la estúpida camilla.— ¿Qué sucede? —murmuro intentando quitarme lo que me tiene atada a la cama.Entra una enfermera.—Zoe, despertaste. — revisa mis síntomas.— ¿Qué está pasando? ¿Qué me paso?—Te encontraron inconsciente en tu casa hace cuatro días. — informa mientras se marcha.— ¿Cuatro días? No puede ser. —pensé en Lucifer, cuando se fue me dejo inconsciente demasiado tiempo. Intento forcejar nuevamente, pero esta vez me detiene una voz, esa voz la reconozco. La psicóloga Martha.—Hola, Zoe. — se mantiene un poco alejada.— ¿Qué hace aquí, doctora?—No debes preocuparte por nada Zoe, ya estas a salvo.— ¿A salvo de qué?—De ti.— ¿Disculpa? ¿De qué habla?—Bueno, cuando asististe la primera vez a mi consultorio tenías claros rasgos de estrés
Nunca me había sentido más triste por regresar a mi castillo, el infierno que había creado ya no me parecía más mi hogar, ahora lo es mi pequeña Zoe, mi infierno personal, mi rosa negra, mi mujer. Mía.Al regresar a mi hogar me sentí extrañado, no se encontraba el desespero en el fondo de la habitación roja (habitación que funciona como prisión) no escuchaba sus lamentos que funcionan como una tonada musical de fondo. Pude notar que faltaban más demonios de lo normal, caminé por el pasillo y me detuve en la puerta roja; la cual es la que no permite que los demonios que me desobedecen puedan salir, Cerbero cuidaba esta puerta.— ¡Hangra! —grité. Apareció al segundo en mi derecha, haciendo su reverencia como siempre.—Mi lord.— ¿Dónde están los demonios? ¿Dónde está Cerbero? —pregunte, furioso.—No lo sé, mi lord. Tengo entendido que todo debería estar en su lugar.— ¡NO LO ESTA! —grite, el castillo entero tembló. — Te dejo a cargo de todo mi reino cuando me ausento, ese es tu único
Me mantenían sedada, atada, inmovilizada, acostada en una camilla, las enfermeras ignoraban mis suplicas, la psicóloga Martha ignoraba mis ‘’estoy bien, no estoy loca’’, siempre respondía con su tonto ‘’lo estarás, Zoe, lo estarás’’. No sé cuántos días pase en este lugar recibiendo suero, líquidos y un montón de calmantes que solo me hacían dormir. Las pesadillas con mis padres regresaron, me mantenían sufriendo de día y con terrores nocturnos por la noche. Si existe el infierno definitivamente no está con Lucifer como todos dicen, está aquí en la tierra. El único lugar donde he sufrido, donde he perdido, donde me torturan y me hacen daño. Estoy muy segura de que en el infierno Lucifer no me trataría de esta forma… No sé porque tuve tanto miedo en decirle que si a irme con él, no pierno nada al irme, aquí todo lo que tenía, todo lo que una vez me hizo feliz ya no existe. No tiene sentido que me quede aquí, Lucifer me hace sentir mucho más feliz de lo que nunca he sido, de alguna for
Cruzaste la línea, Hangra. Te metiste con mi mujer, te atreviste a tocarla, eso solo significa algo mucho peor que el exilio de mi territorio, debes desaparecer de la existencia misma.A pesar de que traté de contenerme todo lo que pude para evitar un caos mayor, disfrute cada golpe con casi todo mi poder, una energía tan poderosa como la mía no debe demostrarse al cien, puedo incluso explotar la tierra…Me sentía cegado por la ira, el odio controlaba todo mi ser, cada musculo de mi cuerpo en forma humana se contrae con cada golpe en el rostro de Hangra. Quiero matarlo, quiero destrozarlo, pero la suave; dulce, melodiosa y débil voz de Zoe retumbo en mis oídos como un calmante natural.Solo su voz suave me domaría, me acerque a ella, abrazarla, besarla son cosas que me saciaron por completo.Estaba herida, adolorida y drogada con un montón de químicos humanos. La abrace para curarla de todo eso, tengo el poder de hacer eso y más. Lo mismo hice cuando Zoe estaba agonizando en aquel hos
No le temía a las alturas hasta este día, jamás imagine estar en esta situación tan descabellada, en medio de una pelea demoniaca y a miles de pies de altura. Al mirar abajo solo veía el extenso mar y destellos de luces de las ciudades. — ¿Quién es él? — le pregunté a Lucifer, mientras que en un parpadeo aparecimos en mi casa. —Él es Hangra, era mi mano derecha en el infierno, mi demonio de confianza… hasta ahora. — ¿Le hablaste de mí? Porque dijo mi nombre… — cuestione, mientras me alejo de él intentando recuperar el aliento. —Sí, te mencioné, pero jamás pensé que haría algo como esto—acercándose a mí. — ¿Por qué tardaste tanto en venir? — con mis ojos vidriosos—. Lucifer me reviso, usando sus manos para mover mi rostro y detallar mi cuello. —Estoy bien, Lucifer… Respóndeme— exigí, un poco alterada por todo. —Primero quiero asegurarme de que estés realmente bien— me toma de ambas manos— no esperé que mi corta estadía en mi reino significara tanto tiempo aquí. Aún sigo sin enten
Zoe se encuentra por fin en mi reino, en mi poder. Aquí tengo la plena seguridad de que nada malo le sucederá. Yo controlo todo este lugar, ha sido mi hogar por milenios, incluso muchísimo antes de la existencia de los humanos. Zoe está más que segura conmigo aquí.Ella se encuentra admirando mis alas, su reacción me da algo de curiosidad y gracia. Pensé que se aterrorizaría.—Lucifer, ¿Estás seguro de que recuperarás tu reino? — me pregunta, cambiando su expresión a una de miedo.—Mi Zoe, mi amada— le tome ambas manos— ¿ves todo esto?Ella asiente mientras que admira su alrededor.—Sí, lo veo.—Todo es mío, siempre lo fue, el mismo Dios lo encomendó de este modo, y cuando algo es hecho a tu medida no hay forma de que alguien más te lo arrebate.Zoe me dio un abrazo, puedo sentir su alivio luego de escuchar mi seguridad en cada palabra. No le miento, estoy más que seguro de que este reino es mío.La tomo por la cintura y vuelo hasta dónde está mi castillo, aterrizo en el salón princip
Cementerio de Jacksonville, Julio 2021Me encuentro tendida en sus brazos, siento como la energía pesada del infierno se apodera de mi débil cuerpo, sin embargo todo eso desaparece una vez llegamos a la tierra. Me siento mejor, pero no quiero estar aquí.— ¿Dónde estamos? — pregunto, sintiendo un frio estremecedor, está muy oscuro y no puedo ver nada. Es de madrugada.Lucifer con un chasquido enciende un montón de velas que se encontraban encima de todas las lápidas, dando así el paso de la luz y poder ver que nos encontramos en un cementerio.Reconozco este cementerio de forma automática, camino entre las tumbas, leyendo sus nombres, buscando los de mis padres.— ¿Por qué estamos aquí? — pregunto, mientras sigo buscando.—No tienes que hacer esa pregunta si ya conoces la respuesta, Zoe— musito Lucifer, caminando detrás de mí.—No es necesario que los vea…— murmure. Estoy negando que lo hago, pero justo eso estoy haciendo, quizá me miento a mí misma de forma descarada.— ¿Por qué sigu