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Evana y Marcus fueron para reconocer el cuerpo, Marcus no quiso que Evana viera eso, fue él quien entró, a pesar de hacerse el fuerte, la última vez que identificó un cuerpo, fue cuando su padre murió. Cuando levantaron la sábana era ella, cerró los ojos, luego de verla, y asintió, volvieron a cubrirla. —Me haré cargo de todos los gastos, así como funerarios. El hombre le indicó de a donde debía ir para pagar por todo. Evana estaba en los cuneros, observaba a la bebé ahí, era tan pequeña y hermosa, sonrió al verla, lamentaba que Nicol no hubiese llegado a conocer a su bebé. «Yo sé lo que se siente perder a una mamá cuando eres tan pequeña, sé el dolor que deja, y la soledad que se carga, pobre, nadie merece estar solo en el mundo», pensó Ella sintió una mano en su hombro, al ver, era Marcus. —Es tan pequeñita. Marcus sonrió al verla a través del cristal. —¿Qué pasará con ella? —No lo sé, pero, tiene a su padre y a Stella. —Ellos no son confiables, Marcus. —Lo sé, pero, si i
—Explíquese, no lo entiendo, Álvaro Ford dice ser el padre del hijo de Evana Ford, porque usted cambió el esperma de Marcus por el de él. —¡No lo hice! —aseveró el hombre—. Yo fui amenazado por Álvaro Ford, usted no lo sabe, él tenía pruebas de una infidelidad que cometí a mi esposa, con eso me chantajeó, al principio, fingí ceder a sus demandas, pero, luego lo pensé bien. Decidí que no iba a arriesgar todo, y menos la felicidad de dos personas por ese hombre, hablé con mi esposa, ella me perdonó, renuncié a todo, me mudé aquí, él me entregó su esperma, pero me deshice de él, hice el procedimiento correcto, el hijo que Evana Ford espera, es de Marcus Ford, y cada embrión que se le implantó, era de Marcus Ford, lo juro. —¿Cómo puedo creer en usted? —Debe hacerlo, incluso podrán hacer pruebas de paternidad en unas semanas, y le juro que serán a favor del señor Marcus Ford. —Debe venir conmigo, y decírselo al señor Ford, usted no sabe el dolor que se ha causado en esa pareja. El homb
Evana estaba destrozada, pronto llegó el abogado. —Hay muchas pruebas en contra del señor Ford, pero, estamos contratando un perito para revisar si las firmas a unos documentos son falsas. —¿Por qué no lo dejan libre? —Por desgracia, debe permanecer detenido. Evana bajó la mirada triste. —El señor Glenn ha muerto y ahora él no puede negar que era su cómplice. Evana no podía creer que en este momento se viviera tal situación. Cuando Swift y Jonathan llegaron se veían desesperados, la empresa estaba tomada por la policía y no iban a poder hacer nada por él escándalo de lavado de dinero, si no fuera porque la herencia de Andrés Ford estaba lejos de la empresa, hubiesen congelado las cuentas bancarias de la familia. —Es una suerte que el dinero esté a nombre del primer nieto Ford que tenga usted señora Evana, más que esté embarazada, de lo contrario, podrían quitarle el dinero, además, Marcus le ha nombrado dueña de su fortuna personal. Evana respiró, pero no se sintió satisfecha.
Evana esperaba afuera de la comisaria cuando vio llegar a Swift y a Jonathan —¡Evana! ¿Qué es lo que pasó? —exclamó Jonathan al verla ahí, La mujer les mostró la grabación que había tomado con su teléfono móvil. Ellos se quedaron petrificados al escuchar como Álvaro Ford se incriminaba así mismo, sonrieron. Llamaron a los abogados, y ellos estaban satisfechos, lo usarían como prueba de su confesión del crimen, además de que las pruebas de polígrafo estaban listas, donde se dictaminaba que las firmas de Marcus Ford para tener a esos proveedores eran falsas, por lo tanto, estaban trabajando a escondidas de el presidente de la empresa Ford y de sus socios principales, él único que tenía nexos con ellos era Álvaro Ford. Evana pudo entrar a ver a Marcus. Él estaba ahí, se sentía desamparado, le habían indicado lo que pasó, nunca se sintió tan triste como ahora, además, de que tenía el miedo de que su padre ya no estaba en ese mundo para ayudarlo, ahora dependía de abogados, amigos, de
Evana caminó unos pasos, mientras escuchaba a la policía alejarse con Álvaro. Sintió un mareo terrible y cayó en los brazos de Marcus, quien la cargó aun estaba consciente de ser llevada por su esposo a casa. Al entrar, la llevó a su habitación y la recostó en la cama. Acarició su rostro —Ya viene el médico, amor —susurró —Estoy bien, solo ha sido agotador. Él acarició su rostro de nuevo, la miró con ternura. —Ya estás en casa, mi amor, te extrañé. Él sonrió. —No demoré mucho. —¡La niña! —exclamó Evana—. La hija de Nicol, ha quedado desamparada. Marcus la recordó, sintió compasión por esa pobre niña, muertas Stella y Nicol, con Álvaro en la cárcel, la pequeña niña estaría sola en el mundo. —Nos tiene a nosotros, te prometo que no estará sola. Evana sonrió, y acarició su rostro con sus dedos largos. —Eres demasiado bueno, Marcus, para este mundo. Él negó. —Solo soy bueno por ti, tu amor me volvió bueno. Cuando el doctor llegó, revisó a Evana, notó que su presión arteria
Al día siguiente. Marcus llegó con la bebé, Evana bajó a verla, la cargó en sus brazos, era tan hermosa, pequeña y dulce, cada movimiento que hacía era delicado, inspiraba ternura. Sabrina se acercó, subieron a la habitación y la llevaron con el pequeño Andresito. —¿Y que harán? ¿Se quedarán con ella? Evana asintió. —Ahora, ella esta sola en el mundo, la comprendo, fui huérfana cuando era muy niña, así que no quiero que ningún niño sienta la soledad por la falta de una madre, no si yo lo puedo evitar. Evana puso a la pequeña sobre la cama, observando como su cuerpecito se estiraba. Sabrina sonrió. —Eres muy buena, Evana, estoy segura de que ella te lo sabrá agradecer cuando sea grande. Sabrina cargaba a Andresito que estiró su cuerpo al ver a la pequeña. —¿Qué pasa, cariño? Es tu primita —dijo Sabrina Evana sonrió. —Bueno, no son de la misma sangre, recuerda que Álvaro solo era familia de Fátima, pero no de Don Andrés, sin embargo, creo que podrán amarse como primos. Sabri
Marcus volvió a casa, no quiso decir nada a Evana sobre Álvaro, habían tenido tanto de la maldad de ese hombre, que decidió que debían olvidarlo para siempre. Apenas Marcus llego, Evana daba de comer a Natalia, Marcus las observó, sonrió, eran hermosas juntas. Él sonrió. —¿Qué pasa? —dijo Evana al verlo. —Eres tan hermosa, y buena, estoy enamorado de ti, siempre será así. Evana sonrió. —Pronto tendremos más niños, cariño, así que, debemos ser fuertes. Marcus sonrió. —Ya verás, te ayudaré mucho, seré un buen papá, trataré de ser el mejor para mis hijos, para ti. Evana puso a la pequeña Natalia en la cuna, ella lo abrazó, besó sus labios. —Sé que serás el mejor padre del mundo, y te amo. Cinco meses despues. Evana estaba en su baby shower, todo organizado por las empleadas de la empresa Ford, que en cinco meses estaba mejorando, y creciendo. El apellido Ford volvía a ser limpio y respetable. Evana recibió los regalos de las empleadas y esposas de empleados, iban desde los p
Dos años despues. Evana daba pecho a Natalia, Bennett había dejado el pecho unos días antes, y ahora solo quería tomar biberón, mientras las pequeñas niñas, aún tomaban su pecho. Evana arrullaba a la niña, que, mirando sus ojos, iba quedándose dormida, hasta que, por fin, saciada, pudo recostarla en la cuna. Eran tres cunas pegadas, ella puso la tenue luz, los miró, dormían con tanta paz, Evana sonrió, deseó que siempre durmieran así, toda la vida, pero supo que solo el destino y Dios podría decidirlo. Ella volvió a la cama, su esposo estaba ahí, dormido. Evana fue y se dio una ducha, cuando de pronto, sintió sus manos calientes, abrazarla. —¿Estás muy cansada amor? Ella sonrió al verlo, negó, —Para tener ganas de amarte, nunca estoy cansada. Él sonrió satisfecho, besó sus labios con pasión, el agua tibia corría por sus cuerpos, mientras el beso apremiaba, él la giró de espaldas, besó su cuello, sus hombros, y su espalda. Sus manos acariciaron con toda suavidad sus pechos, po