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Marcus se alejó de ella tanto como pudo, al sentir que estaban muy cerca, pensó que la joven solo estaba ebria, pero en ningún momento pensó que ella pudiera a atreverse algo más, él solo amaba a Evana Ford, y solo quería volver a ella. Dante Swift se acercó a ellos, y tomó a la joven. —Señor Marcus, llevaré a Irina a su casa —dijo Dante —Gracias, Swift, debo encargarme de nuestro socio. Irina se quedó perpleja, hubiese querido no ser interrumpida, Marcus la rechazó eso la hizo enfadar. Dante Swift manejó hasta ese apartamento, ella sonrió, lo miró. —Gracias por traerme, señor Swift. El hombre sonrió. —Irina, ten cuidado cuando bebas, recuerda que, aunque el señor Ford es amable, él es casado, podrías perder tu puesto si sobre pasas el límite. —¿De qué habla? No hice nada malo. Swift la miró bien, estaba convencido de que ella no estaba alcoholizada, si no que fingía. —Vi cuando te acercaste demasiado al señor Ford, querías besarlo, ten cuidado con lo que haces. Irina sinti
Evangelyn no podía creer que su padre fuera capaz de algo que le parecía despiadado, abandonar a su propia madre a su suerte, sin volver a verla, ella debía comprobarlo con sus propios ojos. Ella tomó su cartera, salió de casa, miró a Pablo. —¿Puedes llevarme a un lugar? —pregunto la chica dudosa Pablo dijo que sí, y subieron al auto. Bennett buscó a su madre, ella estaba en el jardín de rosas, sonrió al verlo. —¿Qué pasa, cariño? —exclamó Evana, quien, al conocerlo, notó que quería decirle algo. —Madre, hay algo que quiere pedirte. —Dime, hijo. —Mi nueva asistente Margaret, no tiene donde vivir, madre, esta pasando una mala situación económica, pero yo pensé, ¿Te acuerdas del pent-house de papá? Pensé que, podríamos prestárselo, mientras ella encuentra un lugar donde vivir. Evana lo miró. —¿Margaret? —Bueno, ¿te acuerdas de la chica con que me hiciste bailar? Evana esbozó una sonrisa. —La hermosa chica con que te hice bailar, ¿es Margaret? Que pequeño es el mundo, Ben. —
Evangelyn miró a su padre que tenía ojos severos sobre ella. —Padre… ¿Por qué…? —ella quiso reclamarle, Marcus la tomó del brazo —Vámonos, y hablemos en casa, vámonos, ahora mismo. Salieron del lugar y subieron al auto que conducía Pablo, durante todo el camino hubo un gran silencio entre los dos. Evangelyn no podía entender que era lo que pasaba. Mansión Ford. Al llegar a la mansión Ford, Evangelyn estaba enfurecida, miró a su padre con ojos llenos de reproche. —¡¿Puedes explicarme porque mi abuela está encerrada en un sanatorio, abandonada por todos?! Evana y Natalia bajaban la escalera cuando al fin la escucharon —¿Qué dices, Evangelyn? Evana se puso nerviosa —Como lo oyes, mi abuela está en un sanatorio, abandonada a su suerte, parece que a nadie le importa, ¡Es tu mamá, padre! ¿Cómo has podido abandonarla, yo la cuidaré si ustedes se niegan, han pregonado siempre ser buenos y generosos, ¿Cómo pueden dejar a una pobre anciana sin ayuda? —¡Basta! No ayudarás a nadie, men
—¿Y a cambio de que me ayudarías? —exclamó Aimé con ojos mordaces. —A cambio de nada, solo no me gustan las chicas como Natalia Ford, mosquitas muertas que sabemos bien que no lo son. Aimé rio. —Así es, esa idiota se cree una buena chica, cuando en realidad todo lo que quiere es meterse en la cama de su propio primo —sentenció Aimé con rabia. Marcus llamó a Swift, él lo escuchó, no podía creer que Irina se hubiese atrevido a hablar de lo de ayer con Marcus. —¿Eso te dijo? —preguntó —Dante, sé que somos como familia, pero, no puedes dudar de una pobre chica ni de mí. —No dudo de ti, ahora con más razón dudo de ella —sentenció con ojos severos —¿Qué dices? —¿Por qué razón vino contigo a hacerte la mártir? Es como si esa chica supiera exactamente que fibras tocar en ti, venir y hacerse la chica en apuros y afligida, funciona para ti, eres un hombre a la antigua de los que les gusta dar, ayudar, proteger, parece que ella lo intuye, vino y te lloró, no sé mira, Irina es buena emple
—Sí, es una larga historia, no te la contaré toda, ni te daré nombres, solo diré que, estuve casada con un hombre que me destrozo el corazón, me engañó, no solo eso, al terminar, casi acaba con mi vida, tu padre me encontró en medio de ese camino tortuoso, me salvó la vida, me llenó de amor, eso es el pasado, ahora somo felices. Evangelyn sonrió al escuchar a su madre. —Suena como la más hermosa historia de amor. —No lo sé, lo único que sé, es que tu padre y yo construimos una buena vida para ustedes, pero, tu abuela no es buena, cometió sus errores, ahora paga el precio por ellos, prométeme que no irás a verla nunca más. Evangelyn asintió. —Aunque me duela dejar a mi abuela en ese oscuro lugar, te lo prometo, madre, gracias por confiar en mí, lamento que alguien haya roto tu corazón, pero, me alegro de que hayas encontrado a papá. Evangelyn abrazó a su madre. —Así como yo, tú también conocerás a un buen hombre, que te haga creer en el amor, no te conformes con menos. Evangelyn
Álvaro tomó la foto, la miró impactado, sus ojos se abrieron enormes. —¡Ella es mi hija! —exclamó Irina estaba impactada de sus palabras. —¡¿Cómo puedes estar tan seguro?! —exclamó aun con gran duda. —Bueno… no tengo la certeza total, pero esta chica es tan parecida a mi exmujer Nicol, estoy casi seguro de que lo es, solo sus ojos son como los míos; y este par, él es parecido a mi tío cuando tenía su edad, la chica es una copia hermosa de Evana Monet. Irina estaba confundida, sacó el dinero y se lo dio sin ser vista por los guardias. —Gracias por la información. —¡Espera, dime que harás con ellos! —el hombre volvió a gritar, pero nada hizo que volviera, ella se fue sin decir nada más. La mujer se fue tan rápido, Álvaro contó su dinero, supo que era un buen dinero, pero no sería suficiente para que soportara otro año en prisión. Margaret estaba cocinando, cuando llamaron a la puerta, miró su vestido, se miró al espejo, invitó a cenar a Bennett Ford con el pretexto de agradecerl
Andrés intentó sepáralas, levantó a Natalia del suelo. Aimé quiso abofetear a Natalia, ella la detuvo. Evangelyn llegó y miró tal escena —¿Qué es lo que pasa? —exclamó aturdida de ver la pelea como todos los miraban —Pasa que la zorra de tu hermana quiere a su propio primo como una mujer, ¡Ella quiere quitarme a mi hombre! Los ojos de Evangelyn se abrieron enormes, si no fuera porque la música era muy alta, todo el mundo lo hubiese escuchado. Evangelyn no podía creer en las cosas tan horribles que decía Aimé. —¡Aimé! Dices locuras, Natalia no puede querer a Andresito como un hombre, ¡Él es nuestro primo! Es nuestra familia de sangre —sentenció Aimé. Natalia dio la vuelta, se fue de inmediato. Andrés la vio salir, luego miró con desprecio a Aimé. —Estás loca. —¿De verdad estoy loca? ¿Dirás que miento? Andrés sintió dolor por Aimé, sabía que en el fondo ella tenía algo de razón. —Lo único que diré, es que no te quiero Aimé, no me interesas como mujer, por eso te he engañado
—¿Me odias, Natalia? —exclamó Evangelyn, mirándola, sus ojos eran llorosos. Natalia acarició su rostro, negó. —¡Claro que no, boba! Te amo, siempre lo haré. Volvieron a la casa, Natalia subió a Evangelyn a su alcoba, y durmió a su lado, le dolía verla sufrir por alguien que no la amaba, y ella misma sufría por Andrés. «Debo arrancarme esto que siento del pecho, es una tentación, es un pecado, pero entre más lucho por ahogarlo, más viene a mí, no puedo escapar», pensó con dolor en el corazón. Al día siguiente, Natalia comenzó a trabajar en su proyecto, ella tenía el apoyo del gerente financiero, pero vio como Bennett tenía el de Andrés, el CEO Echamendi, algunos socios, y mucha gente que estaba dispuesta a que el primogénito trillizo ganara el puesto de CEO aprendiz. —No sé porque me esfuerzo tanto, en realidad, Licenciado Vicente, está claro que Bennett ganará, los socios lo apoyan por ser hombre —dijo Natalia con algo de tristeza. Vicente esbozó una sonrisa, la miró con algo de