Marcó el número, pero se frenó antes de digitar el último. Apretó el celular molesta mientras miraba el contacto de Edward, él se había ido, no podía llamarlo.
Lanzó el teléfono molesta contra su escritorio y se despeinó irritada por esa actitud infantil. Miro el celular con el número y el botón de llamada. Estiró la mano y tomó el teléfono de nuevo, solo hacía falta un número. Podría llamarlo y decirle que era por el contrato, o fingir que se había marcado solo, no debía decir nada, quizás solo llamar y esperar que el dijera todo.
Aunque tratara de convencerse de lo contrario, se había acostumbrado demasiado a él y lo extrañaba. Apretó el celular con frustración. Solo debia pulsar el botón, pero ¿Si no contestaba? ¿Si le pedí
↝↜Santiago↝↜Valentina me había contado acerca de la discusión que había tenido con su hermana Vannia un par de días atrás, al principio me preocupó que aquello hiciera que el tratamiento de Valentina retrocediera, la terapeuta nos había dicho que lo mejor era no tocar el tema de Verónica, ni el de Sebastián por el momento, pero al parecer no había pasado a mayores ya que Valentina se veía bastante normal lo que indicaba que, aunque no había avanzado tampoco había retrocedido.La miré con atención mientras me traía un vaso de jugo que acababa de hacer. Valentina no parecía ser una chica agradable, pero cuando uno l
Intenté gritar y pedir ayuda, pero tan pronto abrí mi boca mi cabeza fue sumergida de nuevo dentro del agua. Sentí mis pulmones arder por la falta de oxígeno. Luché con todas mis fuerzas para poder sacar mi cabeza hasta la superficie, pero me hundieron con firmeza. Trate de forcejear, golpear; intente todo, pero nada dio resultado. La angustia me invadió cuando mi boca se abrió sola tratando de recoger un poco de aire; el agua entró a mis pulmones dolorosamente. Sentí como mi pecho se quería implosionar dentro de mí, «me estaba ahogando». Luché un poco más, hasta que las fuerzas me abandonaron y no pude hacerlo más. «Moriré…»
Por amor y dinero¿Todo se vale? ↝↜GEU↝↜ Desde la muerte de Sebastián Anek «el hijo del embajador» cosas extrañas habían estado ocurriendo. Sabía con certeza que todo lo que venía sucediendo los dos últimos años era acciones desesperadas para ocultar cualquier pista que involucrara a la prestigiosa familia Lorens. Ningún agente conseguía nada contundente contra ellos y los que lo hacían terminaban muertos o locos. Me daba escalofríos solo de pensar lo que debieron haberlos hecho pasar para hacerles perder la cordura. Volví a leer los informes que tenía sobre la muerte de Sebastián Re
↝↜Calina↝↜ Tan pronto salimos de la sala de abordaje el aire caliente de la ciudad me sofocó, estaba acostumbrada a las temperaturas bajas, así que la temperatura tropical me tomó por sorpresa. Mire todo con emoción, estaba en la tierra de Vannia, finalmente conocería a su familia y a su hermana Valentina «Mi artista favorita». Tomamos un taxi hasta la mansión Lorens, la había visto por internet, pero cuando estuvimos frente a la casa me di cuenta de que era mucho más grande y bonita de lo que parecía en fotos, era como un gran castillo. En la entrada de la casa había muchos periodistas reunidos. Había leído que el papá de Vannia se había lanzado como presidente y era muy popular en las encuestas. Debido a eso tuvimos que bajarnos detrás
↝↜Vannia↝↜ — Señora Vannia por favor baje a comer — Dijo una de las empleadas — Ya las están esperando — Gracias — Mire a Calina muy nerviosa y respire una vez más antes de salir, había pasado toda la tarde llorando, estaba arrepentida de haber vuelto. Solo esperaba que mi mamá se alegrará de verme o al menos que no fuera tan dura como mi padre o Valeria. Llegué hasta el comedor en compañía de Calina, allí estaba mi padre, mi madre, Valeria, el mejor amigo de mi papá y Alan quien mantuvo su mirada fija en la mesa. Sentí mucho miedo de su reacción, no quería que me odiara, pero era lo más seguro, no había tenido oportunidad de hablar con él, tan pronto me vio salió huyendo, su reacción me lastimo, pero más me lastimó las palabras llenas de rencor de Valeria.
↝↜GEU↝↜ La investigación sobre la muerte de Sebastián estaba lejos de cerrarse. Había muchos, pero muchos implicados y demasiados sospechosos importantes. La lista de sospechosos la encabezaba la hija del senador, Valentina Lorens D'laurentis. Quien había amenazado públicamente a su exnovio después de haber terminado con él. Había indicios de que ambos actores se habían reunido poco antes de la muerte de Sebastián, pero no había pruebas concretas, porque el testigo cambió su versión poco antes de la declaración ante el juez y se suicidó en su celda «sospechoso, pero nadie le dio importancia porque se trataba de la vida de un escolta». En la lista seguía Jimena O'Pherer quien presuntamente tenía nexos con el narcotráfico, específicamente la mafia brasileña. Sebastián y ella habí
↝↜ Edward ↝↜ Había pasado días horribles, ni siquiera me había animado a quedarme en casa solo y como mi papá se mantenía fuera de casa casi siempre había decidido ir a pasar unos días con mi mamá, pero su recibimiento no fue como esperaba. — ¡Por fin viniste a visitarme! — Me reclamó desde el sillón donde estaba sentada con una botella de Ginebra Suiza en la mano con menos de la mitad de contenido. Me señaló y negó tratando de pararse, pero no pudo — ¡Tu padre es un canalla! Tú deberías vivir conmigo ¡Soy tu madre! — Me acerque a ella preocupado al verla así y la ayude a ponerse de pie para llevarla a su habitación, pero en ese momento llegó Giancarlo el esposo de mi mamá y en vez de mejorar todo empeoró — ¿Estás borracha otra vez? — Habló molesto y comprendí que no era la pri
↝↜Calina↝↜ Estaba un poco temerosa, la señora Sara me había conseguido un cupo en el colegio de Valeria en el salón de Valeria. Pero temía que, al ser cuñada de Vannia, Valeria simplemente decidiera odiarme. Además habían pasado algunos días desde que Vannia y yo habíamos llegado a la casa de sus padres y desde ese día Valeria se había rehusado a comer con nosotras. Valentina se había ido de la casa y Alan no había vuelto. Me sentía un poco mal, no solo por Vannia me sentía como una intrusa. — ¿Qué enfermedad tiene Valentina? — Pregunté curiosa mientras me colocaba el uniforme, Vannia se había negado a hablar de su hermana los días anteriores. Mi cuñada continuó con su vista fija en la ventana hacia la casa de enfrente, era una mansión muy bonita y grande como la de los Lorens, también tenía cuatro pisos y estaba bastante l