Capítulo 23
Carina intentó ignorarlo por completo y pasar de largo, pero cuando estaba a su lado, Ferguson de repente la agarró del brazo y le dijo con rostro sombrío:

—Nunca me di cuenta de que tuvieras tanta ambición. Ten cuidado de no ahogarte en ella. ¿Crees que alguien como Nicolás Benítez se casaría contigo? No sueñes con eso, solo está jugando contigo.

—¿Has terminado? —Carina se soltó de su agarre con impaciencia—. Ferguson, mejor ocúpate de tus asuntos y deja de meterte en los míos.

—¡Carina, lo digo por tu bien! No seas ingrata —gruñó Ferguson enojado.

Carina siguió caminando despreocupada hacia el ascensor como si no lo hubiera oído.

Emilio, que llevaba el equipaje, se detuvo al pasar junto a Ferguson y se ajustó las gafas.

—Señor Lombardi, un pequeño consejo: las enfermedades entran por la boca, y los problemas salen por ella. Piense bien qué puede decir y qué no —la sonrisa forzada de Emilio transmitía una amenaza velada.

Carina descansó en el hotel esa noche y al día siguiente fue di
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