Pero Melanie seguía indiferente.

En el pasado, tal vez ella se hubiera preocupado por su estado de ánimo, y tendría miedo de que él se enojara y se enojara.

Sin embargo, después de este incidente, ella no quería complacerlo en absoluto.

¡Podía hacer lo que quisiera!

Además, tuvo que escapar de aquí.

Cuando el médico vio esto, no pudo decir nada más.

Cuando Frederick entró en la habitación, vio que el médico le quitaba una vía intravenosa que aún estaba medio llena y preguntó con curiosidad: "¿Qué pasa?"

Los ojos de la doctora parpadearon levemente y ella respondió respetuosamente: "Señorita Sullivan ..."

Frederick miró a la mujer que yacía en la cama y agitó la mano. "¡Te puedes ir ahora!"

"¡Sí señor!"

El médico dejó escapar un suspiro de alivio y salió apresuradamente de la habitación.

Aunque los ojos de Melanie estaban cerrados, siguió escuchando los movimientos en la puerta.

¡En realidad no se enojó! pensó con asombro.

Sin embargo, si estaba enojado o no, no podía cambi