POV: Mary.
Llego hasta donde están Sofía y Nora, acompañadas de Lianny. Mi hija está bien cerquita de las mesas con delicatessen, esperando la menor oportunidad para darles una probada.
Verla vestida de princesa, con sus hermosos rizos castaños moverse a medida que ella camina, corre y salta, me llena de ternura. Aarón, el pequeño de Maddie y Aiden, se mueve a su alrededor como si quisiera acercarse, pero no se atreve. A pesar de que ya van casi tres meses de que frecuentamos la casa de Maddie y a su familia, ellos aún no se sienten en confianza el uno con el otro.
Me acerco a Sofía y le pregunto qué tal se ha portado Lianny, cuando Nora, sincera como siempre, me hace una pregunta que no sé cómo responder.
—Tú y Leo, ¿terminaron de malas formas? —murmura con voz extrañada. Yo en el momento me quedo en shock, no sé qué deber&ia
POV: Leo.«Estoy jodido».Demasiado jodido.El tiempo sigue corriendo y yo voy a la deriva. Me dejo llevar por la corriente porque no tengo fuerzas para irle a la contraria. Creo que en cualquier momento me volveré loco de tanto pensar, pensar y pensar, sin solución a la vista. Porque la única que se me ocurre no es la mejor, ni la más justa, si vamos al caso.—¿Estás seguro, Leo? —pregunta Maddie. En su voz se nota la inseguridad que le produce lo que acabo de decirle.—Sí, estoy seguro. No hay nada más que pueda hacer —respondo, aunque no quisiera que esa fuera mi única posibilidad.Apoyo los codos sobre mis muslos y, con mis manos, tapo mis ojos. Me frustra no poder hacer nada más.—Al final, la rueda del destino, vuelve al inicio, Leo ¿Por qué te empeñaste tanto en aplazar las cosas si sabes que el r
POV: Mary.«Soy libre».Es lo primero que llega a mi mente.Al fin, puedo decir que sucede algo bueno en mi vida. No es que yo no sea consciente del dilema que tenemos en frente, pero no puedo evitar sentir esta corriente subiendo y bajando por mi cuerpo, emocionada y feliz porque, soy libre.Si Leo y yo seguimos casados, todo el proceso con Harry no tiene validez, ni él tiene derechos sobre mi anticipada herencia. Una alegría infinita me llena al pensar en eso, no por el dinero, que es lo que menos importa, sino porque podré darle a Lianny todo, sin depender de nadie. Podré decidir. Podremos decidir.—Mary... —murmura Leo. Vuelvo a mi realidad y lo encuentro mirándome, con el ceño fruncido— ¿Tú... tú enviaste los documentos?En medio de la supuesta seriedad que pretende darle al asunto, Leo se incomoda al preguntarme sobre algo tan significativo en
POV: Mary.Mi piel se calienta con su mirada intensa, directa.Un atisbo de todo aquello que me provocaba estar entre sus brazos, lo siento recorrer mi cuerpo.Su deseo, su anhelo.«En contra de su voluntad», estoy segura, pero al menos es un avance. Lo prefiero mil veces a su mirada odiosa, amenazante.El agua que cubre mis pies, está fría. Una sensación de frescura para el calor creciente dentro de mí. Miro otra vez hacia el frente, porque sin querer le mostré demasiado de mí. Él correspondió esa mirada, lo sé, pero también tengo claro que no durará mucho. Un ataque gratuito debe ser su próxima interacción.Me meto al agua y voy hasta el fondo, para luego nadar por debajo unos cuantos metros. El contacto del agua fría en mi piel se siente refrescante, me alivia. Escucho el chillido de Lianny, amortiguado a través del agua. L
POV: Leo.Tres días después, mi abogado Steve Hamilton me informa que mañana se realizará la audiencia con el juez. En una corta conversación me asegura que todo se resolverá, que tenemos las de ganar porque el proceso, aunque se pueda ver complicado, es bastante simple. Los documentos se perdieron en algún punto, pero cada uno siguió su vida. Mi supuesta esposa volvió a casarse y yo, estoy a punto de hacerlo.Hoy, a solo un día de resolver todo, los nervios me atacan. No sé por qué tengo la sensación de que no todo es tan sencillo, pero tengo la esperanza de que así sea. Con Mary, no he hablado más, solo a través de un mensaje de texto le informé sobre la fecha y los elementos fundamentales. Luego de nuestra extraña cercanía en la piscina el otro día, no me siento muy seguro de poder ignorar todo lo que ella me hace sentir. Y como
POV: Leo.—¿Entramos? —pregunta Steve, cuando llegamos al tribunal solo unos minutos antes de la hora acordada.Miro a mi alrededor, pero no veo a Mary. Suspiro, cuando me doy cuenta que me preocupa su ausencia y ruego para que no me falle esta vez. Asiento a Steve y nos encaminamos hacia la sala donde se realizará la audiencia. Una chica joven, al vernos, hace un gesto para que la sigamos, luego de asegurarse que somos los de la cita.Antes de entrar, vuelvo a mirar sobre mi hombro, esperando tal vez que ella aparezca. Al atravesar los grandes portones, un olor delicado y dulce, despierta mis sentidos. Ella está aquí. Reconozco su esencia, por muy tenue que sea.La busco con la mirada y cuando la encuentro, mi corazón comienza a latir fuerte en mi pecho. Acelerado. Ansioso.—Buenos días —enuncio y ella, en un instante, se voltea para verme. No utilizo un mal tono, pero tampoco puedo
POV: Mary.Una verdad que ni yo misma quería aceptar.Una verdad que ni yo misma esperaba.Tampoco estaba en mis planes airearla de forma tan sencilla, tan simple. Como si no cambiara nuestros mundos. Como si fuera fácil adoptar una vida que nos cae de repente.Leo es el padre de mi hija. Esa es nuestra nueva realidad.Siento su mirada sobre mí. Veo sus lágrimas correr, a la par de la mías. Veo crecer en sus ojos una decepción inmensa. Pero también, algo diferente. Un amor desmedido y que recién comprende. Porque la conexión fue inmediata.—Está claro —interviene la jueza, rompiendo el silencio—, que quedan muchas cosas pendientes por resolver. —Hace una pausa y yo espero con ansiedad su decisión—. Les propongo posponer esta audiencia...—¡No! —interrumpe Leo, fehaciente. Mira hacia la jueza y su expresió
POV: Leo.Salgo de ese lugar con ganas de romper algo. La necesidad de correr para canalizar estas malas sensaciones es urgente. La rabia que siento es tanta, que fluye por mi cuerpo como si llevara años escondida. Y puede que así sea.No sé si estos sentimientos los guardo desde hace tiempo o fueron desencadenados por la confesión de Mary. Lo que sí puedo asegurar, es que no puedo pararlos. Un pinchazo de culpa me carcome, por haber estado tan ciego, por haber actuado apresurado. Por no preguntar.El padre de mi hija es Leonardo Rowe.Lágrimas llenan mis ojos y no las puedo detener, por lo que dejo salir todo este dolor que me aturde. Recordar su voz rota, pero segura, mientras decía su verdad, me llena de desesperación, de incredulidad.«¿Cuándo?» me pregunto, rompiéndome la cabeza para encontrar el momento en el que fuimos tan descuidados.Yo
POV: Mary.Desde aquella noche en la que tuve que alejarme de Leo, no dejé de pensar si tal vez existía otra forma de lidiar con los problemas. Durante cuatro años, constantemente me pregunté si ese, había sido el camino correcto.Hoy me doy cuenta de que no. No estuvo bien.De haber sido sincera, Leo me habría protegido. Justo como ahora lo está haciendo. Aun cuando acabo de desbaratar su mundo, siente el impulso de defender mi honor, de exigir respeto y de ofrecerme su mano.—¿Qué diablos está diciendo este imbécil? —pregunta Harry, enfurecido. Me mira con los ojos inyectados de sangre y me señala. Su mano tiembla y sé, que es producto del genio que debe estar sintiendo—. Ella. Ella es mía —enfatiza e intenta acercarse otra vez.Leo me pone detrás de él por completo y yo me encojo. Últimamente no me hab&ia