Me quedo mudo con todo lo que leo, es increíble todas las suposiciones que llegan a hacer con solo posar para una foto. Miro la imagen una y otra vez, pero no encuentro nada de lo que ellos con tanto ahínco aseguran.
«¿Amor?», no entiendo por qué todo lo relacionan con ese sentimiento. A pesar de que nos llevaron bien, teniendo en cuenta todo lo que la prensa amarilla es, podrían haber sido más sinceros si comentaran indirectamente sobre un affaire. Tal vez, estuviera leyendo esto ahora y sonriera por las dudas creadas. Pero no es así.
Tomo el periódico y lo doblo, para echarlo en uno de mis bolsillos. Quiero saber si Jenny ya supo que estábamos en las noticias de cotilleo. No por mí. Yo no soy nadie en este mundillo. Pero Jen es la heredera de toda una fortuna, sus pasos sí son seguidos y criticados a donde quiera que va.
Miro mi reloj, ya voy atrasado. Camino lo más
Corro los últimos metros hasta el edificio, para evitar mojarme. A tan solo una cuadra de distancia comenzó a caer un torrencial. El guardia me abre rápidamente para que no tenga que perder tiempo abriéndola yo.—Señor, por qué no avisó y yo lo buscaba con un paraguas —exclama Carlos, mientras yo atravieso el salón, escurriendo agua en el brillante piso.—No te preocupes, Carlos. Estoy bien —agradezco, con una sonrisa sincera—. Me quedaba poco y seguí mi camino. Creo que esto demorará.Me encamino hacia las escaleras, para no mojar más el suelo ni el ascensor. Al atravesar las puertas y mientras subo los escalones, voy desabrochando mi camisa empapada. Cuando llego al piso con un brillante "seis" pintado en la pared, termino de acomodar la camisa mojada sobre mi hombro y, con el torso desnudo, sacudo mi pelo para eliminar el exceso de agua.Siento el
POV: Mary."El amor, surge en cualquier lugar. ¿Por qué no puede ser aquí?"El titular es claro, pero la foto de portada lo es aún más. Mis ojos pican, pero no puedo llorar. Primero, porque le hace daño a mi bebita. Segundo, porque sería un problema que me vieran con los ojos inflamados.Me tienen prohibido llorar. Expresarme. Sentir.Soy una marioneta en manos de dos hombres. Uno es mi esposo, Harry Smith. El otro, es mi padre, Estefan Brown. Con cualquiera de los dos tengo un boleto directo al infierno si desacato sus órdenes.«¿En qué momento pasó todo esto? ¿En qué momento me volví tan débil?»Mis pensamientos, los que aún no han logrado apagar, me hacen ser consciente de mi realidad, de mi única verdad. Soy una muñeca, en este mundo de porcelana, donde mis sueños son r
POV: Mary.Hasta hoy llega mi tranquilidad. Falta poco para que mi padre y Harry regresen de su viaje. La tensión que siento en mi cuerpo es casi imposible ocultarla. Mi bebita lo siente y yo me culpo aún más por no poder soportarlo y hacerle daño.Un temblor me recorre y quiero, más que deseo, quedarme en cama todo el día, pero si al llegar, ellos no me ven, será mucho peor para mí.Desde temprano, la sirvienta se ocupa de prepararme, vestuario y peinado, para recibirlos. Pareciera que pertenezco a la realeza con tanta estupidez, si tengo en cuenta que mis carceleros no son más que dos hombres comunes y corrientes. El problema está en que ellos pretenden construir una burbuja a mi alrededor, o en mi propio cerebro. Para que yo no sea capaz de pensar, de discutir o de defender mi vida.Y lo acepto. A regañadientes, pero lo hago. Solo por una razón. Mi hija.Ella no
POV: Mary.Un pitido constante me recibe cuando despierto. Al momento, mi corazón comienza a latir fuertemente. Reconozco ese sonido y me preocupa lo que puede haber provocado que yo esté aquí.A la par de mi alteración, la máquina conectada a mi cuerpo comienza a sonar estrepitosamente, anunciando que se elevaron mis niveles.Abro los ojos, asustada con todo el panorama que me rodea y veo cómo un médico y varias enfermeras entran a la sala dónde estoy, preocupados ante el aviso. Al verme despierta y forcejeando con la máscara de oxígeno, vienen hasta mí, para evitar que logre mi objetivo.—Señora Smith, por favor, no haga eso, aún lo necesita —dice una de las enfermeras. Su voz es suave, pero a la vez autoritaria.La miro a los ojos, para comunicarle mi preocupación, ella coloca una mano sobre mi frente, para tranquilizarme.—
POV: Mary.Tres días pasan y mi estado mejora mucho. Ya no siento dolores angustiantes y en la ecografía todo salió normal. También ayuda un poco que no he recibido visitas, ni siquiera de mi madre. Le pedí a la enfermera a cargo que no permitiera visitas. Ella lo comentó con la doctora y estuvieron de acuerdo. Al parecer, mi estado al llegar las hizo suponer el porqué de mi pedido.Estos días me sentí muy bien. En la soledad de la habitación pude al fin dormir tranquila. Todavía mantengo algunas preocupaciones, como el hecho de que Harry no ha dado señales de vida. Ni siquiera ha venido a la clínica. Y esto lo sé porque cada vez que ha venido alguien, la enfermera antes me ha pedido mi opinión. La verdad, tengo un poco de miedo de que tome represalias conmigo al salir de aquí. Aunque lo dudo, porque mi padre, según mi madre me contó, fue bastan
POV: Mary.Oscuro. Todo está oscuro. Mi cabeza da vueltas como en un agujero negro, de donde no puedo salir, pero al que tampoco caigo del todo.No siento nada. La burbuja en la que me encuentro mantiene todo en silencio. No hay paz, sin embargo. En mi interior, la sangre fluye de forma normal, mi corazón sigue latiendo y mi respiración es estable. Nada pasó.«O eso es lo que quiero creer».Mi mente. Ya eso es diferente. Siento como si una parte de mí me hubiera sido arrancada del todo. Algo que nunca volverá. Pero no sé qué es.«¿Serán mis decisiones? ¿Mi libre albedrío?».Supongo que, en algún momento de mi miserable vida, lo sabré. En algún punto sentiré que me falta algo. Por ahora, solo me queda seguir.—Señora Smith.Escucho una voz, pero no logro ver de dónde
POV: Mary.El gran día llega.Un tenue dolor comienza en la madrugada. Siento como si mi panza de ocho meses, se recogiera por momentos. Los médicos me dicen que eso son contracciones y que irán aumentando en intensidad. Ahora mismo tengo sentimientos encontrados. Estos dolores que ya comienzo a soportar, quiero que pasen lo más rápido posible. Con cada contracción, me sostengo fuerte de los barrotes de la cama para poder aguantar. No grito, pero ganas no me faltan. Por otro lado, cuando todo haya terminado, si sale bien, tendré la satisfacción de cargar a mi hija en mis brazos. Y seré la mujer más feliz del universo. Pero tengo miedo.Miedo de no saber qué hacer. Miedo de hacerle daño. Miedo de no ser lo que mi hija necesita. Miedo de la responsabilidad que, en unas horas, se volverá permanente.La doctora comienza a hacerme trabajo de parto, preparándome pa
POV: Mary.Toda mi vida cambió con el nacimiento de mi hija. Mi rutina, mi carácter, las nuevas responsabilidades.El tiempo, durante los últimos seis meses, pasa en ocasiones lento, en otras rápido, depende del contexto y mis necesidades.Disfrutando a mi hija y viéndola crecer, creo que estos seis meses se han ido corriendo. Su primera sonrisa, sus primeros gorjeos. Todo lo he vivido con ella, lado a lado, siempre juntas. Desde los primeros minutos creamos una conexión especial y ha sido así durante todo este tiempo. Lianny es mi faro, mi guía en esta vida horrorosa donde no quiero estar, pero a la que pertenezco. Mi meta es sacarla de aquí, de este asqueroso mundo de secretos y contradicciones.Por otro lado, el tiempo me ha parecido demasiado extenso en momentos en los que no puedo hacer nada más que estar sentada y fingir que todo está bien. Las aburridas fiestas, las cenas