POV: Mary.
Hasta hoy llega mi tranquilidad. Falta poco para que mi padre y Harry regresen de su viaje. La tensión que siento en mi cuerpo es casi imposible ocultarla. Mi bebita lo siente y yo me culpo aún más por no poder soportarlo y hacerle daño.
Un temblor me recorre y quiero, más que deseo, quedarme en cama todo el día, pero si al llegar, ellos no me ven, será mucho peor para mí.
Desde temprano, la sirvienta se ocupa de prepararme, vestuario y peinado, para recibirlos. Pareciera que pertenezco a la realeza con tanta estupidez, si tengo en cuenta que mis carceleros no son más que dos hombres comunes y corrientes. El problema está en que ellos pretenden construir una burbuja a mi alrededor, o en mi propio cerebro. Para que yo no sea capaz de pensar, de discutir o de defender mi vida.
Y lo acepto. A regañadientes, pero lo hago. Solo por una razón. Mi hija.
Ella no
POV: Mary.Un pitido constante me recibe cuando despierto. Al momento, mi corazón comienza a latir fuertemente. Reconozco ese sonido y me preocupa lo que puede haber provocado que yo esté aquí.A la par de mi alteración, la máquina conectada a mi cuerpo comienza a sonar estrepitosamente, anunciando que se elevaron mis niveles.Abro los ojos, asustada con todo el panorama que me rodea y veo cómo un médico y varias enfermeras entran a la sala dónde estoy, preocupados ante el aviso. Al verme despierta y forcejeando con la máscara de oxígeno, vienen hasta mí, para evitar que logre mi objetivo.—Señora Smith, por favor, no haga eso, aún lo necesita —dice una de las enfermeras. Su voz es suave, pero a la vez autoritaria.La miro a los ojos, para comunicarle mi preocupación, ella coloca una mano sobre mi frente, para tranquilizarme.—
POV: Mary.Tres días pasan y mi estado mejora mucho. Ya no siento dolores angustiantes y en la ecografía todo salió normal. También ayuda un poco que no he recibido visitas, ni siquiera de mi madre. Le pedí a la enfermera a cargo que no permitiera visitas. Ella lo comentó con la doctora y estuvieron de acuerdo. Al parecer, mi estado al llegar las hizo suponer el porqué de mi pedido.Estos días me sentí muy bien. En la soledad de la habitación pude al fin dormir tranquila. Todavía mantengo algunas preocupaciones, como el hecho de que Harry no ha dado señales de vida. Ni siquiera ha venido a la clínica. Y esto lo sé porque cada vez que ha venido alguien, la enfermera antes me ha pedido mi opinión. La verdad, tengo un poco de miedo de que tome represalias conmigo al salir de aquí. Aunque lo dudo, porque mi padre, según mi madre me contó, fue bastan
POV: Mary.Oscuro. Todo está oscuro. Mi cabeza da vueltas como en un agujero negro, de donde no puedo salir, pero al que tampoco caigo del todo.No siento nada. La burbuja en la que me encuentro mantiene todo en silencio. No hay paz, sin embargo. En mi interior, la sangre fluye de forma normal, mi corazón sigue latiendo y mi respiración es estable. Nada pasó.«O eso es lo que quiero creer».Mi mente. Ya eso es diferente. Siento como si una parte de mí me hubiera sido arrancada del todo. Algo que nunca volverá. Pero no sé qué es.«¿Serán mis decisiones? ¿Mi libre albedrío?».Supongo que, en algún momento de mi miserable vida, lo sabré. En algún punto sentiré que me falta algo. Por ahora, solo me queda seguir.—Señora Smith.Escucho una voz, pero no logro ver de dónde
POV: Mary.El gran día llega.Un tenue dolor comienza en la madrugada. Siento como si mi panza de ocho meses, se recogiera por momentos. Los médicos me dicen que eso son contracciones y que irán aumentando en intensidad. Ahora mismo tengo sentimientos encontrados. Estos dolores que ya comienzo a soportar, quiero que pasen lo más rápido posible. Con cada contracción, me sostengo fuerte de los barrotes de la cama para poder aguantar. No grito, pero ganas no me faltan. Por otro lado, cuando todo haya terminado, si sale bien, tendré la satisfacción de cargar a mi hija en mis brazos. Y seré la mujer más feliz del universo. Pero tengo miedo.Miedo de no saber qué hacer. Miedo de hacerle daño. Miedo de no ser lo que mi hija necesita. Miedo de la responsabilidad que, en unas horas, se volverá permanente.La doctora comienza a hacerme trabajo de parto, preparándome pa
POV: Mary.Toda mi vida cambió con el nacimiento de mi hija. Mi rutina, mi carácter, las nuevas responsabilidades.El tiempo, durante los últimos seis meses, pasa en ocasiones lento, en otras rápido, depende del contexto y mis necesidades.Disfrutando a mi hija y viéndola crecer, creo que estos seis meses se han ido corriendo. Su primera sonrisa, sus primeros gorjeos. Todo lo he vivido con ella, lado a lado, siempre juntas. Desde los primeros minutos creamos una conexión especial y ha sido así durante todo este tiempo. Lianny es mi faro, mi guía en esta vida horrorosa donde no quiero estar, pero a la que pertenezco. Mi meta es sacarla de aquí, de este asqueroso mundo de secretos y contradicciones.Por otro lado, el tiempo me ha parecido demasiado extenso en momentos en los que no puedo hacer nada más que estar sentada y fingir que todo está bien. Las aburridas fiestas, las cenas
POV: Mary.Salgo de la casa, directo al garaje. Hace mucho que no utilizo mi auto, pero hoy será el primer día de mi retorno a la vida que deseo. Camino hasta casi el final, pasando por el lado de los autos de cada miembro de mi familia. El mío está detrás de todo, cubierto con una lona oscura, para evitar que se arruine de no usarse. Lo destapo y disfruto de la vista. Mi Audi A6, de color rosa chicle, me provoca miles de recuerdos. Mi felicidad. Y mi independencia.Busco las llaves, en un panel donde cuelgan todas las de la colección, dispuesta a usar mi auto después de tanto tiempo. Al encenderlo, el ruido del motor debajo de mí, me hace vibrar.Adrenalina. Pura.Abro la puerta del garaje con la llave de contacto y acelero, para salir. El guardia me saluda cuando paso por su lado, una expresión sorprendida se muestra en su rostro al ver que soy yo quien va conduciendo. Entiendo la sorpresa,
POV: Mary.Despierto con el llanto de Lianny. Un poco sobresaltada, miro el despertador y son solo las seis de la mañana. Me levanto, froto mis ojos con ambas manos, para ver si me desperezo un poco y voy hacia donde está la cuna. Cuando me ve, Lianny se tranquiliza, me sonríe y yo, emocionada, la sostengo entre mis brazos para arrullarla.Sofía, que duerme en la habitación contigua a la nuestra, entra sin hacer ruido, con el biberón listo en mano.—Buenos días, Sofía —susurro, agradecida por su ayuda incondicional.—Buenos días —responde, acomodando los cojines en el sillón para que yo me siente.Me acomodo con mi hija en brazos para darle su toma y disfruto del momento. Mientras lo hago, Sofía no para a nuestro alrededor. Tiende la cama, dobla las mantas, abre las cortinas. Todo tan rápido que termina mucho antes que Lianny, su biberó
Segunda parte.POV: Leo.Cuatro años han pasado. Cuatro largos años en los que me he obligado a ser feliz. La mayoría del tiempo, lo he logrado. A veces con mucho sacrificio. Otras, verdaderamente agradecido de lo que la vida me ofrece.Pero a veces pienso...¿Por qué estoy constantemente verificando si soy feliz o no?Es algo que me preocupa, porque toda mi vida gira alrededor de una persona. Una mujer que me ha ayudado a levantarme, olvidar, crecer y seguir mi camino, con la frente en alto y demostrando que sí puedo. Sí puedo, ganarme la vida haciendo lo que más me gusta. Sí pude, demostrar que los obstáculos son temporales, si uno se lo propone.Jenny ha sido mi mundo, mi sostén. Junto a ella, mi vida es más completa.—Buenos días, amor. —La voz soñolienta de Jen, me sorprende, no sabía que estaba d